TRAS BAMBALINAS. Impunidad total a los hombrecitos de papel

Por Jorge Octavio Ochoa.

Ella dice: “la oposición ha querido instalar la narrativa de que somos iguales, y no somos iguales”. La que habla, es la dirigente del partido más poderoso en México y, según su propia publicidad, el más grande en Latinoamérica, con alrededor de 10 millones de afiliados.

Pero, están metidos en un tobogán. Luisa María Alcalde está lejos, años luz, de tener las luces de Jesús Reyes Heroles, que también fuera secretario de Gobernación. El “expertise” político no se adquiere por ósmosis, ni por pisar el mismo suelo del Palacio de Cobián. Ella es deficiente en ese rubro.

Aun así, ella, junto con Arturo Ávila Anaya, vocero de Morena en la Cámara de Diputados, han iniciado una campaña de reacción a la ola de críticas que se ha levantado por los ostentosos viajes de Andy López Beltrán, Ricardo Monreal y Mario Delgado, entre otros notables. Pero nadie les cree.

El asunto no son sólo los viajes. Son los vínculos, la velocidad y el descaro con que la nueva élite política de Morena se ha allegado de dinero y poder, a través de lazos con el crimen organizado y el narcotráfico, que ponen en picota el slogan aquel de la “honestidad valiente” que argüía el ex presidente.

Ahora, hasta los miembros del nuevo Comité de Afiliación de Morena, deploran las acciones de Adán Augusto. Epigmenio Ibarra, defensor acérrimo de la 4T, admite que Adán, “pudo haber sido omiso, pudo haber sido cómplice, pero ya, por su comportamiento puso en riesgo al país”.

Pero no es sólo él. A la vuelta de un sexenio, ya con el control absoluto de los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, cínicamente muestran sus lujos, con el miserable argumento de que lo hacen “con sus propios recursos”, mismos que provienen del erario, de nuestros impuestos.

Vamos a tener un Poder Judicial plagado de mediocres, tramposos, impulsados desde el oficialismo con acordeonescalificaciones deplorables, sumisos a las órdenes de la 4T y Morena. Hay manchas que no se podrán lavar ni con el agua de todos los mares del mundo… ni se olvidarán.

Según el Tribunal Electoral, los Comités de Evaluación de los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial son los culpables de las suciedades que ocurrieron el 1º de junio, ya que no revisaron siquiera, que se cumpliera el requisito del promedio mínimo de 9 en las materias que serán motivo de su trabajo.

Además, fue el propio Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE), el que aprobó imponer sanciones económicas por un monto aproximado de 18 millones de pesos por los “acordeones”, difundidos semanas antes de la pasada elección. Todos los futuros ministros de la Suprema Corte, aparecieron en esos acordeones.

Estos dos datos reflejan el tamaño de la monstruosidad que ocurre en México, en medio del silencio ciudadano, y con la complacencia de un régimen cada vez más hipócrita, que olvidó por completo la lucha de generaciones para fundar una verdadera democracia y hoy se ven muy cómodos entre lujos y excentricidades.

Ninguno de ellos, empezando por la presidenta Sheinbaum, mira en retrospectiva que el acenso al poder de Andrés Manuel López Obrador, en el 2018, fue por gracia del hartazgo de los mexicanos con el abuso, los excesos, la deficiente rendición de cuentas, que hoy se repite con mayor cinismo.

Para colmo, tenemos los infames desplantes de gobernadoras como Layda Sansores o Rocío Nahle, que debieran ser ejemplo de las mujeres empoderadas, pero hoy solo representan la soberbia, el abuso, la prepotencia y la imposición de nuevas reglas que dibujan el verdadero rostro de un partido autoritario.

Como colofón, observamos que los Claudistas, ahora nos quieren vender como un gran triunfo lo que, en los hechos, podría implicar la entrega a EEUU y Trump, de nuestras tierras raras, el litio, el cierre total a la mercadería de China y el corrimiento del muro de migrantes hasta la franja sur, para filtrar a toda Centroamérica.

Se sabe que uno de los asuntos puestos sobre la mesa para la renegociación del T-MEC, es la sociedad hasta en un 49%, de Estados Unidos en la extracción y beneficio del litio a través de una empresa que ya está constituida en Sonora y que, por cierto, es otro de los “negocios” de Morena.

Alfonso Durazo Chávez, hijo del gobernador de Sonora, anunció desde febrero del 2022, que se revocaría la concesión con los chinos para “nacionalizar” el litio y crear una empresa estatal. Este personaje es coordinador estatal de la asociación Que Siga la Democracia, y tenía información privilegiada.

Ese mismo año, Pablo Daniel Taddei Arriola, fue nombrado director de la empresa pública LitioMX por Andrés Manuel López Obrador. Él es hijo de Jorge Taddei Bringas, delegado de los programas del Bienestar del gobierno federal en Sonora y primo de Guadalupe Taddei Zavala, consejera presidenta del INE.

Existen versiones, no desmentidas, de que el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos tiene abierta una investigación sobre los hijos del gobernador de Sonora, por presuntos nexos con prestanombres del Cártel de Sinaloa. Son dueños de empresas inmobiliarias registradas en aquel país. Todo juega a favor de Trump.

Es más que evidente que Trump quiere poner punto final a la invasión del comercio ilegal de China, que se observa a simple vista principalmente en la Ciudad de México. A cambio de todo esto, Trump podría otorgar impunidad total a AMLO, o a quienes decida la presidenta Sheinbaum.

Será el golpe final para terminar con los dictados del pasado. Pero indefectiblemente tendrá un altísimo costo para la soberanía del país y quizá, será el último clavo en la lápida de la democracia mexicana porque, a como se ven las cosas, ella también tiene como proyecto, consolidar a Morena como único partido de Estado. 

Al menos así se ve con la reciente designación de Pablo Gómez como coordinador de la Comisión Especial de la Presidencia para la Reforma Electoral. Un sujeto que no vio, no supo nada de los negocios turbios de Hernán Bermúdez Requena, protegido y socio de Adán Augusto.

Un sujeto que ha sacado jugo infinito a su breve lapso como líder estudiantil del 68, y se encumbró en la política para malabarear entre la Cámara de Diputados, el Senado y otros puestos que le permitieron vivir holgadamente, degustar los vinos exclusivos de las cavas de restaurantes lujosos y decirse de izquierda.

Pero no sólo es él. Esa es justamente la imagen de los izquierdistas de antaño, que después se “sensualizaron” con la tibieza de la buena vida de las clases adineradas a las que tanto critican, pero estiraron la mano para recibir maletas de dinero con ligas. No, no fueron distintos a los de antes. Simplemente, son iguales. 

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