Por Abel Miranda Ayala

Las letras iluminadas del polémico Monumento a los Caídos del Movimiento de 1960 que se encuentra en la Alameda de Chilpancingo, fueron arrancadas de la pared y sólo cables quedaron colgando del dorado letrero.

El Monumento a los Caídos del 60 ha sido polémico desde hace un par de años, cuando la entonces presidenta municipal, Norma Otilia Hernández Martínez, decidió destruir la alegoría arquitectónica que contenía 20 pilares que eran la representación de los muertos en el movimiento y al centro una fuente que simbolizaba la Universidad Autónoma de Guerrero de la que brota el conocimiento que se expande a todo el estado de Guerrero.

La alegoría fue destruida y en ese sitio se instalaron juegos infantiles, estos fueron retirados por miembros de organizaciones sociales que reclamaban regresar la alegoría que evoca el movimiento de 1960 que dio vida a la UAGro.

Meses después se inició una remodelación integral de la Alameda, en la que la alegoría se trasladó a la orilla del parque, frente a la Preparatoria Número uno, esto volvió a molestar a miembros de organizaciones que aseguran que el sitio en que se encontraba la alegoría tiene importancia puesto que ahí estuvo el campamento de Genaro Vázquez, que fue el centro neurálgico de todo el movimiento.

Entonces quitaron la escultura de bronce y la regresaron a ese lugar mientras que la nueva alegoría que contenía los nombres de los caídos colocados en cristales e iluminados con luces led se quedó en el nuevo sitio, otra de las inconformidades fue que se agregaron nombres de fallecidos por el movimiento como el de Jesús Araujo que fue dirigente estudiantil pero no mártir y por el contrario el movimiento lo aprovechó para llegar a ser magistrado del poder judicial.

Actualmente la alegoría de bronces se encuentra en el centro de la alameda, donde se presume estuvo el campamento de Genero Vázquez y el letrero que se colocó recientemente fue vandalizado y las letras arrancadas, sin que se pueda establecer si el vandalismo tiene el mismo origen del descontento social por el cambio de lugar.

También se resalta que las letras que le colocaron fueron de muy mala calidad, el aluminio estaba sumamente frágil y con la mano se podría destruir, incluso en la plaza de San Francisco donde se puso un material similar… las letras se cayeron solas.

La remodelación de la alameda fue una obra que costó más de 30 millones de pesos y justamente el mover la alegoría fue de las principales cosas que se hicieron para que en el anterior sitio se colocaran fuentes danzarinas que son un gran atractivo cuando se prenden

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