Al igual que su currículo académico, la calificación del presidente Andrés Manuel López Obrador en estos tres años de gobierno, en el mejor de los casos, sería “de panzazo”, con muchas materias a exámenes extraordinarios y después a título de suficiencia.
Los rubros principales por evaluar el 1o de septiembre son:
• Salud
• Educación
• Seguridad interior
• Seguridad Nacional
• Desarrollo Social
• Política Económica
• Finanzas
• Política Exterior
• Democracia y Gobernabilidad
• Derechos Humanos
• Justicia
En todos y cada uno, el saldo es negativo. Y lo es, no sólo por los efectos de una pandemia que dista mucho de haber sido controlada. Los fracasos se gestaron desde el principio de la presente administración.
No son sólo las decisiones, sino el uso grosero, insolente de puestos y personas, como auténticas corcholatas de su ajedrez muy personal, lo que abonan a esta calificación.

SEÑALES PREOCUPANTES
Puede parecer que su movimiento, convertido en partido, lleva la delantera para conservar el poder en el 2024, pero ello no garantiza que, en automático, López Obrador mantenga el control absoluto sobre sus huestes.
De hecho, ya empezó a probar las primeras hieles y amarguras. Las cosas no se están acomodando como él esperaba. Por eso el regreso apresurado de Olguita al Senado, pero ni así.
Lo ocurrido en Chiapas, el viernes pasado, es un asunto grave. No sólo por la fragilidad que revela en el entorno presidencial, sino por lo endeble de los acuerdos y lealtades que ha forjado AMLO luego de 3 años de mandato.
Son demasiados los agravios que ha dejado en el camino. Secretarios de Estado humillados, ridiculizados públicamente; gente de primer nivel ofendida, que ha tenido que renunciar para mantener un poco la dignidad.
Basta con hacer una lista de los secretarios removidos; y el propio relevo de Olguita al Senado, movida como un auténtico florero de un lado al otro, para comprobar esta afirmación.
La movió, sólo para mandar un mensaje que ya no llega con fuerza, porque del otro lado le vuelven a responder: “Se necesitan acuerdos”, es necesario dialogar, limar asperezas.
Esa es la respuesta que recibió tan sólo un día después de ese desaseado movimiento de Olguita, luego de que el presidente había sido literalmente retenido en las afueras de una base militar.
Si esos no le parecen datos preocupantes al Jefe del Ejecutivo, pues entonces no sabemos qué otras señales lo pueden ser. No, la sumisión que él soñaba, ya no está.

PRIMER AVISO
Nadie tiene garantizadas las lealtades, ni la popularidad, es cierto. Pero que sus propios aliados políticos, sus protegidos, lo acorralen, lo exhiban y le den la puñalada pública, son ya palabras mayores.
Algo pasa en la cúpula, porque uno o varios de sus correligionarios y miembros de gabinete prefirieron voltear hacia otro lado; en espera, como es ya costumbre, de que el propio López Obrador tome las decisiones.
Así, la figura presidencial empieza a deteriorarse; sus funcionarios no resuelven, lo mal asesoran y para colmo, sus cófrades le dan la puñalada trapera porque, dicen, “no ha cumplido con su palabra”.
¡imagínense qué pasará cuando sean los cárteles criminales quienes decidan rodearlo, someterlo! como de hecho ya lo hicieron, en Culiacán, donde tuvo que liberar al hijo de El Chapo.
Así pues, lo de Chiapas, fue tan solo una advertencia. Conforme se acorten los tiempos, se empezarán a decantar los grupos y aspiraciones; con ello crecerán las presiones y los desengaños.
Por eso, en estos momentos, cualquier escándalo o persecución política es buena, para diluir el desplome de un gobierno que llegó con un impresionante arrastre popular y, a poco, otea el abandono de las masas.

ESPEJITO, ESPEJITO
Al espejo del soberbio, todos son súbditos. Pero, con la novedad de que dentro de su propio partido hay “aspiracionistas”, a los que no les gustan las “nalgadas”, ni los manotazos en la mesa.
Ese es el fantasma que se le apareció en el espejito, espejito. Andrés Manuel estaba tranquilo, porque en el horizonte de la oposición, simplemente no hay adversarios. Y los que quedan, los puede aniquilar o abrirles un expediente.
Al PRI le quedan pocos años de vida, por una simple razón: fue diseñado como partido de Estado. Su nomenclatura, “institucional”, se acuñó para subrayar su sentido de sujeción.
Fueron los tataranietos de un proyecto, una fuerza revolucionaria que hoy agotó su bagaje. En los actuales tiempos, no pueden coexistir dos entidades con un mismo fin.
Así, Morena emerge como sustituto, que empieza a recoger como imán, el poder del Estado, pero que ya no tiene en las instituciones su sustento, sino en los tránsfugas de proyectos y ambiciones distintas, como en la revolución.
Por tanto, ese papel y espacio como partido de Estado, ya lo cumple el nuevo partido guinda, por eso quiere pintar de ese color todo. Pero, contra lo que se piense, la hegemonía lopezobradorista no durará.
Las fracturas empiezan a evidenciarse dentro de la 4T, y lo que se perfila ahora, en la segunda mitad del sexenio, es el rostro duro de un régimen cada día más déspota, intolerante y reaccionario a la crítica.
No son afirmaciones fatuas. Todo tiene sustento: esto puede verse a la luz de la escalada declarativa de López Obrador contra algunos periodistas, politólogos y medios de información que nunca estuvieron de su lado.

¿QUÉ VA A INFORMAR EL PRIMER MANDATARIO?
SEGURIDAD NACIONAL E INTERIOR
El primer error fue cuando, al problema de violencia, inseguridad y avance del crimen organizado, se respondió con una frase que aún hoy, sigue sonando patética y hasta irresponsable.
El “abrazos, no balazos”, sólo ha dejado hasta ahora un incremento en los delitos de alto impacto, con un saldo de más de 96 mil víctimas, entre ejecuciones, asesinatos, masacres, desapariciones, feminicidios de tres sexenios.
Es cierto que el panorama se descompuso aún más con la pandemia, pero la economía, en términos generales, ya traía números rojos, por decisiones que llenaron de pánico a los mercados e inversionistas de dentro y fuera del país.

ECONOMÍA Y FINANZAS
Hoy, redondeamos un tercer trimestre con fuga de capitales, que rondan los 12 mil millones de dólares. En términos reales, se perdieron las garantías. En México ya no hay certeza para hacer negocios.
El régimen aplica políticas ambivalentes, que lo mismo persiguen que dan manga ancha a empresas que han cometido corruptelas. Los contratos y licitaciones, durante estos tres años, han sido una cortina de humo.
La transparencia ha estado ausente de punta a punta en este gobierno. Prevalece la idea de que López Obrador protege a sus hermanos, a su prima, a sus amigos y aliados.
Como remate, las Fuerzas Armadas se han convertido en este régimen, en otro Poder que participa también en negociaciones de comercio y finanzas, so pretexto de dar certeza a las aduanas, puertos y vías de comunicación.

UNA SOPITA DE SU PROPIO CHOCOLATITO
En materia de gobernanza, derechos humanos y democracia, el panorama también es patético, y lo ocurrido el viernes pasado, es sólo el colofón de un gobierno que aplica la ley y los derechos muy a su leal saber y entender.
Maestro de los plantones y tomas de pozos petroleros, AMLO fue objeto de una sopa de su propio chocolate, retenido durante más de dos horas, por esos maestros que lo acusaron de mentir y pretender regresarlos a clases sin ninguna garantía sanitaria.
¿Dónde está la gobernanza? ¿Dónde los derechos humanos? Los trabajadores de Notimex cumplieron más de un año en huelga, mientras que la titular de esa agencia del Estado cobra un sueldo sin trabajar.
En política energética, además de la nula política ambiental y de protección ecológica, el régimen obradorista sigue sin explicar por qué mantiene en Pemex a Romero, pese a las denuncias que existen por su falta de calificación para ocupar el cargo. Un agrónomo, titulado en una universidad que ya no existe.
En materia de política exterior, hoy México está convertido no sólo en cancerbero de Estados Unidos, sino en recipiendario de los migrantes que son rechazados del vecino del norte.
Tampoco hay estrategia ni protocolos, ya no digamos para resolver el problema, sino para contener la marejada de indocumentados que vienen de Haití y están en proceso de cruzar por todo el territorio, sin ninguna medida de contención.
Pareciera por momentos que alguien azuza esos flujos. Y en ello ha influido la postura de López Obrador, en defensa a ultranza de gobiernos autoritarios como el de Cuba o de Venezuela.
Ha retado incluso con el envío de suministros y medicinas que dudosamente llegarían a la población cubana, pero que envían un mensaje claro al gobierno de Biden, en demanda de apoyo financiero.
En materia de justicia, cómo señalar posibles avances cuando el propio presidente dice que el Poder Judicial “está podrido” pero pide que los imputados en delitos se presenten a declarar porque, “el que nada debe, nada teme”.
¿Ustedes se someterían a juicio ante un poder judicial podrido? ¿Dónde está la depuración? Su única estrategia era perpetuar en la presidencia de la Suprema Corte a Arturo Zaldívar. Soluciones cojas, mediocres y de cuarta.

ESCANDALOSA FORMA DE JUSTICIA
Esta forma de impartir justicia mueve al escándalo mundial, a la luz de los casos Lozoya, Robles y Anaya. De hecho, éstos dos últimos deberían mover a profunda preocupación.
En México hay un evidente uso ilegal y abusivo de las instituciones para detener adversarios políticos.
Bajo un precepto extrajurídico, “principio de oportunidad”, el ex director de Pemex goza de privilegios en su casa, pese a ser el núcleo de toda una operación corrupta que se operó desde Brasil para sobornar a políticos y funcionarios.
En materia educativa, el fracaso es monumental. Este lunes se experimentó un regreso a clases, sin seguridad alguna. Por mucho que quieran argumentar, no hubo protocolos y la esperanza oficial es que los niños sean inmunes al Covid19.
Mientras en instituciones como la Universidad Autónoma Metropolitana, por ejemplo, se realizaron al menos tres encuestas, para saber el sentir y las opiniones de académicos, alumnos y trabajadores, en la SEP no hubo nada.
Se trataba de saber, a nivel nacional, cuáles son los problemas generados por la pandemia; los retos y perspectivas del retorno seguro. No hubo una sola, El presidente de la república prefirió levantar una encuestas sobre aplicar o no la ley.
Esa encuesta, por sí sola, pinta de frente y de perfil a un mandatario sin nivel académico, que todo lo politiza, lo polemiza, lo convierte en una cruzada semi religiosa, en aras de un mundo feliz que sólo en su cerebro existe, pero no en la realidad.
En resumen, López Obrador vuelve a tener, al igual que durante todo su desempeño universitario, una calificación por debajo de la media, en aras de no ser tan estrictos con él, aunque todos sabemos que está más que reprobado.

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