“Con tus plumas en el sombrero, tus abanicos o tus paraguas de holanes, tus trajes de seda o tus zapatillas de raso y la boquita bien delineada por el carmesí, eras, en efecto, la artista, la mujer, la diva, la célebre tiple en quien todos creían ver encarnarse el espíritu mismo de la época… tu cuerpo era simple pendiente para que resbalaran ríos de tela y filigrana.” Escribió Araceli Rico, acerca de Esperanza Iris.
María de los Ángeles Estrella del Carmen Bonfil y Ferrer, nació el 30 de marzo de 1884 en Villahermosa, Tabasco.
A los 9 años, debutó en la Compañía Infantil de Austri y Palacios, en la obra Las Compras del Carreón, actuó y cantó durante 5 años.
Desde su primera aparición, los empresarios y el público comprendieron que tenía ante ellos a un prodigio. Destacada por su bella voz y su capacidad histriónica, eligió llamarse Esperanza Iris, y en 1896 probó suerte como actriz de opereta en el teatro Abreu.
Lo mejor de aquella época.
Llegó al Teatro Principal en 1902 y se consagró con la obra Cuarta Plana, con la que recorrió América y Europa. En esta gira, Esperanza Iris se ganó en Brasil el título de “Reina de la opereta” y, en España, fue condecorada por el rey Alfonso XIII.
Fue a Cuba en 1910 con la obra La Viuda Alegre y la “Emperatriz de la Gracia”; cosechó éxitos en el ámbito internacional gracias a las obras La pesadilla de Cantolla, Chin-Chun-Chan, El Conde de Luxemburgo, El soldado de Chocolate y La casta Susana y Eva.
En 1918 cumplió su sueño de ser la primera mujer en abrir su propio teatro en México “El Esperanza Iris”; inaugurado el 25 de mayo de 1918, acompañada por el presidente de la República, Venustiano Carranza y desde entonces, fue conocida como “La tiple de hierro”, por ser capaz de montar cualquier obra en tan sólo 21 días.
En 1938, siendo viuda, se casó con Paco Sierra, un cantante de ópera 20 años menor que ella.
“Algunos privilegiados vimos a la Iris bailar el vals de La viuda Alegre en brazos de Paco Sierra, recordó Emilio Carballido y el público lanzaba murmullos de sospecha, asombro y arrobamiento: ¿pero de veras están enamorados?” se preguntaban.
En 1952, Francisco Sierra y Emilio Arellano fueron apresados en Lecumberri por explotar un avión para cobrar seis pólizas de seguros. La diva, creyó en la inocencia de su esposo, organizó un coro en el Palacio Negro (Lecumberri), en el que Sierra era profesor de música. Eso, le valió millones de aplausos.
“La Hija predilecta de México” declarada así en 1922 por su aportación a la cultura y el arte mexicanos, murió el 7 de noviembre de 1962.