La función pública mandatada constitucionalmente, es ¡Mérito Ciudadano!
Un mérito, son ¡Logros! Acciones benéficas, muchas veces anónimas y ¡Altruistas!

Desinteresadas y de entrega en beneficio social.

Con más valía cuando es sin percepción ¡Salarial!
Con acciones permanentes, sin abandono por ¡Aspiracionista! Ni obediencia ciega al superior.

No se ofrece ni se propone una presea a ¡Conveniencia! Ni por quedar bien.

Simplemente es un reconocimiento, que no debiera incluir a quien está obligado a cumplir, y no lo hace del todo bien.
Dos legisladoras locales, una de ellas, ex perredista, Elizabeth Mateos Hernández y Xóchitl Bravo Espinosa, se aventaron una ¡Puntada!
Ambas, integrantes de una rara creación -Asociación Parlamentaria de Mujeres Demócratas- usaron su investidura para garantizar su futuro.
Tal vez por si ¡Llega!Proponen a Claudia Sheinbaum a la medalla al ¡Mérito Ciudadano!

Para mi ¡Grotesco!
Omitieron que la funcionaria confirmó: “primero, soy militante”.
Nunca dijo ¡Ciudadana!
También pidió inclusión en la lista de la cuarta transformación”, no en la de aquellos que apoyan a México.

Una presea, y a ¡Sheinbaum! Por reglamento y ley se otorga sólo por “singulares beneficios en las diversas áreas del conocimiento humano o en acciones de trascendencia social para la ciudad y la comunidad del Distrito Federal”, hoy CDMX.

Es decir, tal y como se la dieron a voluntarios por ¡Salvar vidas! No por ¡Muerte!

Por su heroica acción en la explosión de una pipa de gas en el Hospital Materno Infantil en Cuajimalpa.

Las legisladoras, son ¡Desmemoriadas!
Olvidan que Sheinbaum carga sobre hombros por lo menos ¡Dos tragedias! Y varios desaciertos.

¡Muertes! Que no se ¡Olvidan! Y ella olvidó.
Su atuendo no es impecable, está manchado de ¡Sangre! Y de dolor.

El caso del colegio Rébsamen, la línea 12 del Metro y el abandono en que tiene a los hospitales de la CDMX.

Condiciones que en nada se comparan con aquellos que han recibido el galardón.

Por impulsar nueva tecnología contra temblores y especialización sísmica a ingenieros.

Mientas que en el caso de Sheinbaum, en el mismo año en que se dio ese reconocimiento, fallecieron niños en ¡Tlalpan! Cuando era titular en la demarcación.
Una presea, es por labor en favor, nunca por ¡Encubrir! ¡Jamás! Por omisión o ¡Solapar! A Otros.

Tampoco por ¡Olvidar! A quien aún lloran a sus hijos.

O por omitir y ¡Retardar! Indemnizaciones a las víctimas del percance en el ¡Metro!
Desmemoriadas las Legisladoras, que prontas están para garantizar su futuro.

El ciudadano ¡No! ¡Olvida!
Y se espera que tampoco los integrantes de la Junta de Coordinación Política y la comisión especial que analizará esa propuesta en el Congreso local, olviden ese dolor de familias mexicanas.

Argumentar un premio a la fiel y obediente Sheinbaum por las acciones contra el COVID, es una ¡Aberración! Las dos legisladoras deberían recorren hospitales para ver que ni medicamentos hay.

Además, a la funcionaria ¡Nunca! Se le vio en un hospital al menos para la ¡Foto!

Que cortas esa visión de ¡Empujar! A una presea sólo porque ¡Un! neurocirujano y un paramédico se los propusieron.
¿Qué hay de los médicos, las enfermeras, las afanadores y los camilleros?
Muchos son sólo recuerdo de sus familiar, porque están ¡Muertos!
Son las víctimas del contagio por su entrega a su labor.

Son los que deberían recibir esa medalla “Al Mérito Ciudadano”.
Que memoria tan corta.
Que visión tan miope y ciega de ambas legisladoras.
¡Ah qué mujeres! Olvidadizas del verdadero ¡Mérito Ciudadano!
Acaso sabrán qué es ¡Mérito!
O..

¿Quieren reconocer y anticiparse a tender la cama por si la ¡Aspiracionista! llega a dormir a ¡Palacio Nacional!?

Que tristeza que se pervierta un reconocimiento por quedar bien.

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