VIOLETA DEL ANÁHUAC

“SALUD UNA OSCURIDAD DOLOROSA”

ISABEL ORTEGA MORALES

Domingo 21 de febrero de 2021

 Cuando empezó a circular el aviso de la CFE donde daba a conocer las Entidades Federativas que tendrían corte de energía eléctrica por 5 horas, una reacción casi general, fue disponer de una energía alternativa para que la noche no nos mostrara más vulnerables.

Quizá a algunas personas, como mi caso, fue traer a la memoria el tiempo de los hermosos kinkes iluminando los espacios. Otros más recordaron también los paquetes a base de petróleo para los calentadores de agua o boiler, y no nos alcanzó la edad en comentarios para ir más atrás.

El anuncio del corte vino aparejada a recomendaciones para ahorrar energía eléctrica y me hizo recordar una que direccionaban a las mujeres “planchar cuando hay menos uso de energía eléctrica, a las doce del día”, que me recordó un artículo en el que le decía a esa paraestatal que había que preguntar en nuestros centros de trabajo si nos permitían llevarnos “burro”, plancha y ropa.

Ese recuerdo a la luz del día parecía fuera de lugar. 

Pero el contexto de la realidad que estamos viviendo, con la pandemia, escuelas en línea, trabajo en casa, etc., vino a mostrarnos que hay un desconocimiento de “nuestra” realidad.

Uno de ellos está en el sector salud.

En Guerrero el titular de Salud dijo que los “apagones” no afectaban a los hospitales porque tenían plantas de luz de emergencia. Palabras que tranquilizan por supuesto. Pero un amigo de Acapulco que acaba de salir del hospital donde estuvo internado por COVID-19 y sigue el tratamiento en su casa, desde la experiencia de su tratamiento dijo en un chat que la falta de luz perjudica a quienes desde sus casas tienen tanques de oxigeno para ayudarse a respirar en este padecimiento. Porque “ya chole” no se si comentar que no faltó la reacción para descalificarlo

Es decir, en los hogares, para ayudar a respirar, a pacientes en este caso de Pandemia, se usa un concentrador de oxigeno o generador de oxigeno que es una máquina que se conecta a una corriente de energía eléctrica para que funcione.

Los hospitales cuentan con plantas de oxigeno para ser distribuido por redes de gases medicinales, o tanques en los más austeros.

Es decir, los apagones vinieron a mostrarnos que el sistema de salud en las casas, donde está la realidad, la que no está en cifras porque hay temor de morir en el olvido, la que desconfía de los mensajes contradictorios tan elementales como el uso de cubrebocas, saben que el sistema llamado estado, no los ha considerado tampoco en ese rubro.

Y eso nos lleva a sentir que el apagón por falta de energía eléctrica, solo muestra una oscuridad ya existente.

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