El infierno mexicano Ni para donde hacerse. La crisis económica de la mayoría es terrible, grave, castastrófica, como la misma epidemia-pandemia del Coronavirus, que desde la tinta, el papel y el discurso, nos dicen que va marcha atrás, pero las cifras de los hogares y de la calle, en cada esquina nos aseguran que no.La carestía está imparable, mientras el gobierno refuta y dice tener otro datos. No se vaya lejos. Basta con preguntar a las cajeras de los grandes monopolios comercializadores transnacionales y del país, donde no se regatea pues todo está etiquetado, para saber que hoy, lo que más compra el consumidor es comida, dejando al margen otras que no consideran necesarias, como antes.Una cara radicalmente diferente la que se registra en los mercados públicos, para mostrar la otra cara de la moneda, la de pobreza, la del ama de casa que busca monedas en su cartera y no las encuentra y eleva su morada al cielo para pedir compasión, porque no le alcanza con el raquítico salario del jefe de familia, para cubrir las necesidades más elementales de sustento alimentario en el hogar.Se trata del nuevo infierno, el de la esperanza que dos años después de cuajar en las urnas, no se ha hecho realidad por los caprichos exacerbados de quien se ha autoerigido como soberano, como omnipotente, que no acepta las cifras que no le resultan favorables a sus intenciones del adueñamiento de la verdad que se vuelve ley desde sus arengas, en las que lo mismo agravia y denigra todo aquél que no piense igual.Precios exageradamente elevados de la energía eléctrica, que ahora se atora con las trampas (apagones), dejadas estratégicamente en los últimos cinco sexenios, desde los priístas Carlos Salinas de Gortari, pasando por Ernesto Zedillo Ponce de León, para continuar con los panistas Vicente Fox Quesada y Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, hasta retornar de nuevo con el tricolor Enrique Peña Nieto, que consolidaría las diversas reformas a la Constitución, para llegar al capital extranjero, principalmente español (Iberdrola), la concesión de la producción de la mitad del fluido eléctrico, que solamente ha incrementado tarifas del consumidor mexicano.Una traición a la patria. Los golpes bajos a los ideales a favor de los intereses de México, de un Adolfo López Mateos, al mexicanizar en su sexenio (1958-1964), la industria eléctrica en mano de extranjeros insaciables, para darle fortaleza con visión y espíritu nacionalistas, a una energía vital para el bienestar y desarrollo económico de los mexicanos, que por la voracidad de unos cuantos han generado una situación de indefensión, pérdida de control y por lo mismo soberanía.Lo mismo con la industria petrolera, entregada al gran capital estadounidense y de las demás potencias, en medio de un río revuelto que ha propiciado y sigue dando margen a la mega corrupción, que pareciera imparable para acabar con lo que queda del orgullo nacional como nación productora y exportadora de hidrocarburos, que alguna vez llegó a ser la cuarta potencia mundial, pero cuyas ganancias nunca se reflejaron en los bolsillos de las familias de la mayoría y si en cambio de unos cuantos y sus socios del exterior.Hay que decirlo y ahí sí estoy de acuerdo en devolver a los 130 millones de mexicanos, el patrimonio, la riqueza todavía inacabable, que nos has sido arrebatadas por la deshonestidad de una mafia del poder que se mantiene intocable, hasta nuestros días, en que su control es evidente al estar en el mando distinguidos y prominentes miembros de la cofradía.Pareciera sin embargo, que es otra de las “intentonas” que desde ahora me atrevo a asegurar que resultarán fallidas, porque después de los descalabros sufridos al no planear adecuadamente la marcha atrás en la cancelación de lo que sería el nuevo aeropuerto de Texcoco, los candados adelantados en caso de cancelación, nos llevan en este momento al pago de más de 331 mil millones de pesos, finalmente con cargo a la mayor deuda de los mexicanos.Y todo, dentro de un esquema de la satisfacción de caprichos personales, desde antes de asumir Andrés Manuel López Obrador, la Presidencia de la República, y ejecutada al sentarse en la Silla del Aguila de Palacio Nacional, bajo el argumento de que en la ejecución de la majestuosa obra visionaria, todo estaba plagado de corrupción.Algo, que se daría por hecho y que a la fecha no ha merecido mayor explicación, ni aportación de pruebas de lo que bien pudieran considerarse fechorías graves, pero no ha sido así, dando sobre la marcha un viraje que ha puesto en duda la veracidad del Primer Mandatario, al involucrar en su proyecto personal de nueva terminal aérea en el aeropuerto militar de Santa Lucía, en el estado de México, al todopoderoso Carlos Slim Helú, que era cabeza de playa en el de Texcoco.Y no únicamente ese acto de desagravio al magnate símbolo inequívoco de la mafia del poder, sino más como el otorgamiento de obras de gran envergadura en los proyectos vertebrales del sexenio de la llamada Cuarta Transformación, como el Tren Maya, de Palenque a Cancún, pasando por Tabasco, Campeche y Yucatán, y la siempre inundable Refinería de Dos Bocas, en el terruño tabasqueño de la querencia.Intenciones buenas en el propósito de recuperar las causas perdidas de Lázaro Cárdenas del Río y de Adolfo López Mateos, éste último inexplicablemente no considerado en el emblema que identifica al gobierno del Movimiento de Regeneración Nacional, a pesar de la trascendencia de su obra de justicia social saboteada.Tal vez ha faltado más sentido de la ubicación, pero sobre todo de la explicación de los razonamientos que pudieran impulsar los afanes reivindicatorios a favor de la sociedad nacional, ya de por sí sujeta a las decisiones cupulares del poder, respaldadas por la sumisión de diputados y senadores, así como de líderes de partidos políticos y gobernadores, que han permitido la impunidad que agobia por la ausencia absoluta de transparencia en la firma de acuerdos con el inversionista foráneo que sigue saqueando la riqueza natural y sometiendo a extremos la explotación laboral, al no ir acorde a los salarios que se pagan por el mismo trabajo a nacionales y extranjeros, como ocurre con las industrias petrolera y de electricidad, además de la automotriz y otras maquiladoras en la faja fronteriza norte.Vivir en el infierno de un México que no merece la clase de gobernantes que ha tenido, por la indiferencia ciudadana, que cíclicamente se equivoca y corrige para volver la dirección equivocada, y seguir hundiéndose en la pobreza que desde el resto del concierto internacional no se acaba de entender, por lo inexplicable en un país que constituye en 2021, la 15 economía mundial, impresa en un papel de simples cifras que contrasta con los datos de una pobreza que se agrava peligrosamente, amenazando la subsistencia de las familias.Coyuntura que no pareciera preocupar más que en los señalamientos retóricos de las conferencias mañaneras del púlpito de la sede de la Presidencia Imperial, cuyo titular, a pesar de haber presuntamente padecido la infección del Coronavirus y que al igual que su ex colega estadounidense Donald Trump, sorteó en cuestión de menos de una semana, sigue aún menospreciando las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, del uso elemental del cubreboca como medida preventiva.Versión de que la rapidez de la curación se daría en función de haber tomado un tratamiento experimental del Instituto Nacional de Nutrición, que por cierto bien harían las autoridades del Sector Salud, en aplicarlo a toda para población expuesta en el territorio nacional y así evitar diariamente las miles de muertes que enlutan a las familias y contagios, que mantienen angustiados por el temor del fallecimiento.El capricho y la terquedad para demostrar que nadie influye en sus decisiones, que está seguro son las correctas, olvidando que este mal ejemplo sigue contribuyendo irremediablemente a la acumulación de casos, que oficialmente este viernes 26 de febrero de 2020, ascendió a 184 mil 474 decesos y dos millones 76 mil 882 infectados por Covid-19.No hay marcha atrás en la simulación que desde la visión oficial minimiza lo que realmente acontece fuera de los hospitales gubernamentales, donde el número de camas disponibles se amplía, porque las familias se niegan a internar sus enfermos, convencidos de que al hacerlo, nunca más los volverán a verlos vivos, porque les serán entregados en urnas donde solamente el polvo se sus restos quedara como su recuerdo.Los otros datos que no aceptan que el número de víctimas va más allá de lo que informan para no alarmar y que ha hecho a lo largo de un año, que la gente de bajo nivel cultural haya también menospreciado su gravedad y seguir el mal ejemplo de la no protección preventiva impuesto desde Palacio Nacional.Ocultamiento del vocero subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell Ramírez, que al igual que su jefe López Obrador es diagnosticado como de efectos leves por el contagio, mientras la tempestad sigue afuera en volúmenes cada vez más alarmantes, al no haber existido en los últimos 12 meses una estrategia mínima de orientación, tratando de imponer medidas que en lo personal acabaría incumpliendo, al irse de reventón playero en Oaxaca, donde sería captado sin la protección bucal y nasal.Complicaciones en un país pleno de contradicciones que se explican en un estira y afloja político de colores de semáforos que tampoco corresponden a los hechos que se registran fuera de las instituciones oficiales de Salud, donde quienes expiden los certificados médicos mantienen fiel la consigna de no utilizar la palabra Covid-19, como causa de muerte, haciendo común el uso de clasificaciones envueltas en paros cardio-respiratorios y neumonías atípicas, entre otras.La misma recomendación que censura a las oficinas del registro Civil enla república, donde se aplica la misma dosis de cortina de humo, en el entendido de la idea de que la verdad deberá ser sustituida por la “mentira piadosa”, lo cual viene a constituir un riesgo para las familias, que por la conveniencia de velar en sus casas y funerarias a sus difuntos, incurren en situaciones de riesgo que han empezado a manifestarse como contagios masivos.Es el infierno en la tierra, complicado por la demora en la campaña de vacunación, por la no entrega de dosis supuestamente comprometidas en número de 234 millones de dosis de las más importantes empresas farmacéuticas productoras de los inmunizantes, como Pfizer (Estados Unidos); AstraZeneca (Reino Unido); Sputnik-V (Rusia), Corona Vac Sinovac (China), y Cancino Bilogics (China), con eficacia de 70 a 96 por ciento, en su aplicación.Falta de planeación de la campaña, asignada en su operación no a la Secretaría de Salud, sino a la de Bienestar, con sus miles de “siervos de la nación”, que con documentación que identifica los colores de MORENA, llevan a cabo el censo y control de los beneficiados a los que se exige la entrega para sacar copia de documentos oficiales como la credencial del Instituto Nacional Electoral, con obvios fines político electorales, dirigidos a los comicios intermedios del próximo 6 de junio.Desorden en los municipios de la Costa de Chiapas, donde la resistencia de muchos adultos mayores, ha provocado sobrantes de dosis, por lo que se ha convocado a la población mayor de 60 años de poblaciones aledañas, a acercarse a los centros de vacunación oficiales.Insuficiencia de los inmunizantes, que podría hacer crisis en los próximos días, cuando los hombres y mujeres de la tercera edad que se han registrado oficialmente vía internet para recibir la primera dosis de la vacuna, empiecen a observar carencias para Tapachula y zona fronteriza, donde habrá que recordar existe una importante población de extranjeros indocumentados, que suman actualmente por lo menos el 40 por ciento del millón y medio de habitantes.Premio Nacional de Periodismo 1983 y 2013. Club de Periodistas de México.Premio al Mérito Periodístico 2015 y 2017 del Senado de la República y Comunicadores por la Unidad A.C.

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