La Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheibaum, fue entrevistada por el periodista Javier Lafuente del influyente periódico español El País. Y ha logrado su propósito al ponerse en boca del análisis nacional e internacional, pero quizá no como ella se propuso.

Después de que el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, la “destapara” para sucederlo en el cargo, si hay alguien que se creyó el hecho fue la propia Sheinbaum y junto con el otro elemento de su gabinete “destapado” el Canciller Marcelo Ebrard, iniciaron una abierta campaña en busca del pueblo sabio y bueno para tener el verdadero respaldo de llegar a ser cierta la acción, dejando fuera, por segunda ocasión al Senador Ricardo Monreal.

El País ha logrado su propósito de hacer que los ojos mexicanos e internacionales vuelvan la mirada hacia la única mujer cercana al Mandatario Federal considerada para sucederlo, pero ha sido más motivo de crítica negativa por el trabajo que por el impacto deseado de seriedad.

Si la idea fue presentar a una mujer que trasciende más allá de la ciencia, de su trabajo de investigadora, de sus cien publicaciones sobre temas de medio ambiente que la haría ser considerada como la figura irremplazable para la sucesión, parece que falló.

Y es que el surrealismo volvió a presentarse desde el inicio del mismo cuerpo informativo, y hasta de la misma portada. En esta última estudiosos del lenguaje corporal han coincidido en que la foto la presenta como distante, distraída, con una mirada que está situada en una realidad ajena, indiferente y unas cortinas que no la dejan ver la verdadera realidad de dónde está colocada.

Pero el inicio del texto carece de más seriedad. Es una representación de la orfandad de la historia, y una entrada parcial, muy de queda bien al situar que la conclusión de la Guerra de Vietnam (30-IV-1975) es producto del activismo de Sheinbaum Pardo convierte el tema en un despropósito para cualquier intento de cordura.

Cuando el conflicto bélico inicio, en el año 1965, Claudia era una niña de escasos 4 años (sus datos biográficos dicen que nació el 24 de junio de 1962). Cuando concluyó la guerra el 30 de abril de 1975, tenía 10 años, y no 12 como cita el texto. Si en su escuela hicieron una “representación del conflicto” y la dieron una pancarta para sostenerla, sin demeritar la comprensión de la niñez, no es creíble que haya sido fruto de su activismo.

Y si se atreven a decir eso a un medio internacional, ante la falta de análisis del propio periodista ni acotación de su equipo de trabajo ¿qué nos podemos esperar de declaraciones que pueda formular para presentarse como un cuadro serio en busca de la Presidencia?

Evidentemente los que votan en el país no están donde circula el serio medio español, y no se enterarán. Incluso desmentirán si alguien se atreviera a formular algún comentario sobre el tema. Pero si están los inversionistas.

¿Preocupará el estado de seriedad de la declaración que habrá dado motivo a considerar que su activismo fue el principal impulsor de que terminara el conflicto que dejó más de 5 millones de personas muertas?

A mi sí. La seriedad con que consideré el trabajo de la Física, de la Doctora en Ingeniería Ambiental, a pesar de que no se ha visto reflejado en el trabajo en la Ciudad de México, tenía rasgo de confianza hacia su labor, su experiencia y el que consideré su compromiso.

Pero,Como considerar que lo demás que diga no tiene ese rasgo de fantasía, incluso hasta de un riesgoso término de desfigurar la realidad: ¿mitómana? Grave sería o es una campaña surrealista? ¿Surrealismo?

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