ÁNGELES DEJA A VILLA, DESPUÉS VINO LA MUERTE DE ARTILLERO

Por: ARTURO RÍOS RUIZ

Cuando Felipe Ángeles decidió separarse de Villa ya habían asesinado a Emiliano Zapata, quien pese a su reticencia de que fuese Presidente de la República, y con quien mantuvo correspondencia que no se conoce. Zapata habría dicho, en una carta:

“Entre los militares a quienes puede acudirse, figura en primera línea, el señor general Felipe Ángeles, quien está dispuesto a ayudar al triunfo de la causa agrarista y de quien es fácil obtener promesas concretas que obliguen su honor, de cuya conservación es tan celoso”. Archivo Histórico de la UNAM.

¿Pudo haber imaginado el General que podía encabezar los esfuerzos de la lucha agrarista en el Sur, después de haber peleado tanto en el Norte del país, de haber combatido a estos? No parece tan absurdo, dado el realismo que lo caracterizó.

De acuerdo con el testimonio del mayor Martín Rivera, ayudante del General, Villa se fue el 29 de octubre por la noche, dejó a Ángeles a cargo del campamento. Al despedirse Villa, le pidió “no se me ande usted con confiancitas”.

Ángeles saldría de ese

campamento con 15 escoltas, con Félix Salas, del convoy del general Martín López, fiel a Villa. Salas lo entregaría a los carrancistas, en la sierra de Nonoava. Fue llevado a Parral y luego a Chihuahua, en ferrocarril.

En 1918 había regresado con Villa, pero se separaría de él y traicionado, fue aprehendido; sujeto a consejo de guerra, fue fusilado el 26 de noviembre de 1919, en Chihuahua. La figura de Ángeles es un ejemplo patriótico por su lealtad a las instituciones nacionales legalmente constituidas. FUENTE: Gobierno de México

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