Frente a la ¡Ausencia! Policiaca y la mirada atónita e inmóvil de pasajeros, enfrentó ¡Solo! A sus ¡Asesinos!
Gabriel Ramos, fue víctima de lo ¡Inmóvil! Como otros.
De policía y fiscales en entidad mexiquense y capitalina, sólo ¡Inertes!
Lo mató, como a muchos, la ausencia de autoridad.
El miedo de usuarios del transporte público que cruza y comparten la inseguridad en ambas regiones.
En esa zona del Estado de México, donde se cometen la mitad, del total nacional de robos en transporte público.
Lo ¡Asesinaron! con sólo 18 años.
Fue víctima de la omisión al exhorto del Congreso mexiquense y a las ¡Acciones!
A la desatención a un legislativo, que semana antes de su muerte, demandó ¡Acciones conjuntas! En la zona metropolitana del Valle de México.
Exigió ¡Prevenir! El robo a usuario del transporte público.
No lo hicieron y Gabriel fue ¡Asesinado!
Fue víctima, como otros en la Ciudad de México, de autoridades y diputados capitalinos pasmados, ahora en la ¡Revocación del mandato!
De legisladores con permiso, meros promotores del voto, no de representar ciudadanos.
Con ciudadanos temerosos a delincuentes que ¡Matan! Usuarios y choferes.
Con rabia por la indolencia de secretarios de Seguridad, de corporaciones policiacas y fiscales, sin atención a lo prioritario.
Que no escuchan la urgencia legislativa sólo mexiquense para disminuir asaltos en ambas zonas.
Lo pidió el diputado Jorge Ernesto Hernández Sánchez, con cifras que alertan.
Más de mil denuncias, en territorio mexiquense.
En la Ciudad, para qué, si hay ¡Impunidad!
¡Peligro! En ocho municipios, entre ellos ¡Chalco! En región limítrofe.
Zona de donde venía Gabriel, rumbo a la Ciudad de México, donde más de 85 por ciento de usuarios siente inseguridad en el transporte público.
Gabriel está ¡Muerto!
Los demás, con miedo de usar transporte público en ambas regiones.
¡Nadie! Atendió ni la unanimidad de los legisladores y ese jovencito, fue ¡Asesinado! Enfrentó a tres delincuentes.
La autoridad, evadió la ¡Acción! Inmediata, la petición legislativa.
La Secretaría de Seguridad y el nuevo fiscal de la entidad, tal vez esperaban el oficio.
Mientras los otros, los de la Ciudad de México, ensimismados en el nuevo aeropuerto, en la defensa de la obra.
En la promoción del ¡Voto! Y en el olvido de la inseguridad.
De ¡Asesinatos! De ¡Justicia!
De Gabriel, quien con su valentía enfrentó solo, ante la mirada estupefacta de usuarios a sus ¡Homicidas!
Ayer, fueron otros ¡Muertos!
Diario son muchos usuarios con ¡Miedo!
A él, como a otros, le truncaron la vida, sus esperanzas, sus anhelos.
Ellos, los legisladores de la Ciudad, están en la promoción del sufragio.
Te lo piden a ti, a mi, a todos y nosotros, queremos ¡Seguridad!
Seguir ¡Vivos!, sin hijos, víctimas de ladrones, de ¡Asesinos! En el transporte público.
Los fiscales, en su cotidiana omisión.
Las corporaciones policiacas, en su permanente ¡Corruptela!
Todos, en su ¡Parálisis! Abstraídos, porque al delincuente, nuestro presidente, que quiere nuestro voto, les da ¡Abrazos, no balazos!
Y el padre de Gabriel, quiere a su ¡Hijo! Y él, está ¡Muerto!
