Por Jorge Octavio Ochoa. Se los dijimos hace un mes en este mismo espacio: si piensan que Estados Unidos perderá la atención sobre México debido a la guerra desatada por Rusia en Ucrania, están más que equivocados.
Lo peor: ahora vemos que los dos ejes de dominación mundial tienen a nuestro país como epicentro de una disputa algo más que ideológica: es el escenario perfecto para la penetración y la descomposición social.
Brutalidad, violencia descontrolada; ejecuciones, fusilamientos, desplazados, tráfico de personas; y el aceite con el que se cocina todo esto: radicalización, con ideas socializantes que cada día se acercan más a la ultraizquierda.
Es el caldo perfecto para desatar ánimos de intervención de uno y otro país. La instalación de la Mesa de Amistad México-Rusia, justo en el momento en que ese país lleva a cabo crímenes de guerra, es la muestra más evidente.
Estados Unidos y Rusia se confrontan por la postura diplomática del actual gobierno que, dicho sea de paso, ha sido dubitativa, confusa y en alto grado esquizofrénica.
Por un lado, pide dinero a EU para su proyecto Sembrando Vida en Centro América y reprocha que después de 3 años no le han dado respuesta; y por otro, instalan “Mesas de Amistad” que ni vienen al caso ante un conflicto bélico.
Torpe, y a tropezones, López Obrador ha dictado la agenda de política exterior, de la manera más mediocre, irreflexiva, arbitraria, que sólo hacen evidente la radicalización política que vive México.
Ni una vez, en medio de estos dos años de pandemia, de masacres, de violencia sin control, el presidente de la República llamó a la unidad de todos los mexicanos. Siempre dividió entre “conservadores” y leales a su causa.
Si la Unión Europea pide mayor protección a periodistas, él lo asume como un ataque en su contra y dice que es la derecha que lo acusa, cuando nadie ha mencionado siquiera que sean “crímenes de Estado”. Sólo se le pide protección.
Polarización, división, hoy se encuentran en el cenit, porque es la única salida para ocultar el fracaso que viene. México tiene hoy más muertos, más pobres, más desamparados y desplazados que al inicio del régimen de López Obrador.
No hay garantías de que las pensiones y apoyos se mantengan hasta el infinito, y la disputa hacia el interior del partido empieza a crecer como un globo explosivo que, sea como sea, le reventará en la cara al Presidente.
No sólo es la disputa Gertz-Scherer-Saldivar; está la pugna Padierna-Bejarano- Cuitláhuac-Sheinbaum contra Ricardo Monreal y Marcelo Ebrard como dos de los principales grupos que buscan el relevo del 2024.
LAS TENTACIONES INTERVENCIONISTAS
Parece de novela épica, pero las tentaciones intervencionistas están ahí. EU y Rusia muy pendientes del devenir político de México; una consulta de revocación que nadie entiende y una reforma eléctrica que sólo ve hacia la estatización.
Y a río revuelto, esos que ejecutan, incendian y fusilan en vía pública, podrían sacar sus ganancias de facto, en medio de una disputa social que ya está más que cantada. Los odios están desatados.
El Servicio de Investigación del Congreso de Estados Unidos presentó un documento, en el que acusa al presidente López Obrador, de ser renuente a investigar casos de corrupción entre familiares y cercanos.
En el informe reaparece de repente el nombre del general Salvador Cienfuegos, exsecretario de la Defensa Nacional detenido en octubre de 2020 en Estados Unidos. Mensaje de reproche, advertencia, todavía no sabemos.
El general fue relacionado con asuntos de narcotráfico y lavado de dinero, pero el gobierno estadounidense aceptó abandonar el caso y permitir que Cienfuegos regresara a México donde fue exonerado de todos los cargos.
Ahora, según el Comando Norte de USA, México está penetrado por miles de espías rusos. Rusia responde: “¿Quiénes son más de 1000 diplomáticos estadounidenses que trabajan en la Embajada de Estados Unidos en México?”.
El domingo 10 de abril veremos hasta dónde llega el encono, en una sociedad dividida entre pobres y una clase media acusada de estar en “contra de la democracia”.
Científicos, intelectuales, actores, artistas, biólogos, académicos, todos metidos en una misma bolsa de “adversarios”, “aspiracionistas”, “Pseudo ambientalistas”, esos mismos que apoyaron su campaña presidencial.
Rubén Albarrán (Café Tacuba), Natalia Lafourcade, Saúl Hernández, son algunos de los que le expresaron simpatía en aquel entonces. Pero él dice ahora que es una campaña contra su gobierno.
“Ahora es el Tren Maya, convencen o contratan a artistas, pseudo ambientalistas, supuestamente preocupados por la defensa del Medio Ambiente y empiezan una campaña en contra del Tren Maya”.
“Ayer mismo se declaró como zona de reserva natural el Lago de Texcoco. ¿Cuándo estos artistas pseudo ambientalistas se pronunciaron por la destrucción que se iba a llevar a cabo en el Lago de Texcoco? ¿Cuándo?”
Es inclemente, lapidario, respecto de todos aquellos a los que ya no siente leales. como Carmen Aristegui. Sumisión o humillación es el nuevo mensaje. “Vendidos”, o “contratados”, les dice, “lectores de telepronter”.
Sin embargo, el presidente no haya ahora como resolver la tragedia palaciega que lo envuelve. Dentro de su propio partido empiezan a fruncir el ceño. “Acuérdate de abril, recuerda”. El reloj empezará a sonar inexorable. Lo que no se logre, se fue.