Como si en México no pasara absolutamente nada, el presidente de la República nos recetó este fin de semana, otro mensaje bravucón y muy macho, fiel a su estilo de gandalla de barrio:

Su partido, Morena, seguirá “ganando por paliza”, en los comicios presidenciales del 2024; y para ello, nos revive el viejo “dedazo” conque el antiguo presidencialismo feroz priista controlaba las aspiraciones políticas del partido mayoritario.

Él ya le puso apodo a lo que, hasta hace poco, se conocía como “la caballada”. Hoy se les conoce como “las corcholatas”, y para eso ya tiene 3 en juego, aunque podrían ser más, porque a él le gusta el juego perverso del “jaloneo”.

Tiene entretenida a sus huestes con mensajes cruzados y contradictorios sobre el desempeño de los funcionarios, que luego adereza con la advertencia de que “habrá relevo generacional”.

Así, más confundidos que un perro en el periférico, el prohombre se coloca desde ahora en el centro de una decisión que, en todo caso, en un país verdaderamente democrático, debería corresponder a la sociedad.

Dice que no buscará la reelección, pero desde hoy debemos entender que él será, de facto, el gran elector, como en aquellos tiempos del “Maximato”, y dice que no son 3, sino 5 funcionarios en la lista para sucederlo.

Esta es la nefanda actitud de un Presidente que ha convertido el fracaso personal en una presunta maquinación de todos los adversarios del mundo, que se han empeñado en que López Obrador vuelva a reprobar en todo.

No hace mella en su ánimo el asesinato de un joven estudiante en Guanajuato, a manos de un elemento de la Guardia Nacional. No le importó que dos mujeres murieran el pasado 10 de abril, por culpa de su dichosa y fracasada consulta.

No. El sujeto es verbo y predicado, de una oración con el YO más que exaltado, porque sólo él tiene la bondad y las buenas intenciones de su lado, aunque los recursos provengan de los impuestos de todos los demás.

Presentará su iniciativa de militarización de la Guardia Nacional, por encima del cadáver de Ángel Yael Ignacio Rangel, estudiante de la Universidad de Guanajuato, asesinado por la bala de un “soldado-policía-militar”.

Enviará su proyecto de reforma electoral sobre los cuerpos muertos de dos indígenas, que se fueron al barranco, cuando eran “acarreadas” desde las montañas de Chiapas para votar en la consulta de revocación.

El Presidente de la República no hizo referencia alguna a este hecho; los partidos de oposición, inútiles, nunca lo consideraron un caso importante en sus acusaciones y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación le dio “carpetazo”.

Ese es el nivel de la miseria política que pinta, de frente y de perfil, la situación política en México y a la nueva élite que nos gobierna, que se dice “representante del pueblo”.

Para esas mujeres y el estudiante no hubo justicia alguna, pero el SUJETO, VERBO Y PREDICADO hoy se queja del odio nacional que ha desatado, en esa permanente polarización y apología de “Los de arriba y los de abajo”.

Por si no fuera suficiente, será uno de sus secuaces, el senador Félix Salgado Macedonio, quien encabezará una caravana a la Ciudad de México, para expresar su apoyo a esa nefasta reforma electoral que les dará el poder total.

Vienen desde Acapulco, Guerrero, entidad donde el crimen organizado se ha enseñoreado, incluso aún más desde que la hija de este otro sujeto asumió la gubernatura. Burla tras burla, y aún así quieren un partido de Estado.

REFORMA A LA EDUCACIÓN BÁSICA, SIN SENTIDO

Cada día que pasa, el régimen de la 4T consolida la percepción de que en México está en marcha un perverso proceso de ideologización y reformas que, contra lo que pudiera pensarse, nos llevan a una involución y retroceso monumental.

Pero, no sólo se trata de la militarización de la Guardia y la reforma electoral en ciernes; ahí también viene una inédita reforma al sistema de educación básica en México, que nos colocará en el limbo a nivel mundial.

Es, sin más requiebros, un intento de ideologización hacia un sistema socialista radical, que vuelve al comunismo la base de todo cuanto se haga en los planes de estudio de los niños.

¿EN QUÉ CONSISTE?

El plan de AMLO es reformar la estructura de 6 grados de educación primaria; quitar el sistema de matrículas, asignaturas o materias; eliminar los exámenes y calificaciones para los alumnos. Serán estos los que se autoevalúen.

Será, dice el proemio del proyecto AMLISTA, implementar una educación dirigida “a los grupos sociales oprimidos”; “que tenga como centro organizador, no al alumno, sino a la comunidad”.

Claro, los especialistas e investigadores ya advierten desde ahora, que bajo esa lógica se violarán varios preceptos constitucionales porque, de entrada, se imponen ideologías y creencias más allá de la educación laica.

El objetivo de lograr una educación de calidad quedará, simple y sencillamente, muerto, para poner encima el concepto de “comunidad”, sin criterios pedagógicos claros. La confusión actual de los niños cada día será peor.

Desaparecerán los grados y la escuela se organizará por fases; los maestros no están obligados a seguir estrictamente los planes de estudio oficiales, podrán libremente transformarlos para ajustarlos al contexto de la comunidad.

Por lo pronto, los libros de texto hasta ahora conocidos, desaparecerán en ese nuevo modelo en el que ya no habrá́ asignaturas, niveles, grados escolares, ni exámenes, ni calificaciones.

Pero el régimen cuatroteísta está convencido de que con ello acabará con la pobreza, la ignorancia y la marginación, luego de que la pandemia incrementó el rezago y las diferencias abismales del conocimiento.

Sin embargo, lo más lamentable del caso, es que las instituciones educativas de alto nivel como la UNAM y la UAM han guardado un silencio vergonzante, más preocupados sus rectores en preservar el presupuesto y la chamba.

No hay, hasta el momento, una postura oficial al respecto, porque siguen aterrados por las amenazas de la directora del CONACYT, María Elena Álvarez Buylla, quien según El Financiero, nombró a su madre como investigadora sin tener los requisitos.

Esa mujer es la que, por órdenes de López Obrador, modificó el sistema de becas a universitarios y ahora cualquier hijo de vecina puede ser considerado nivel 3 en el Sistema Nacional de Investigadores (SNI)

Ahí están los casos del Fiscal Gertz Manero, que plagia textos; o la esposa del presidente, que goza de una maestría en una universidad en la que rara vez da clases; o una progenitora que es investigadora porque lo dijo su hija.

Pero eso sí, los argumentos marxistas de quienes quieren modificar la educación básica, es que el actual sistema educativo “ha servido exclusivamente a las élites empresariales y élites políticas dominantes”. Esa es la ética y la moral de la 4T.

COLOFÓN DE LA IGNOMINIA

Este país ya venía de una historia de agravios y abusos bajo los gobiernos del PRI, que regresó al poder con Peña Nieto, sólo para confirmar su sevicia y voracidad para despojar al pueblo de los recursos de la nación.

Después pasó por el desengaño de un gobierno de conciliábulos, con Fox, que sólo propició el resurgimiento de los cárteles del narcotráfico y crimen organizado; y siguió con una lucha a ciegas, de Felipe Calderón, que intentó combatirlos y fracasó.

Ahora, despertamos en una realidad con Morena, que parece resumir todos los males concentrados, con un viejo populismo revivido; una voracidad por el poder sin límites; una soberbia mesiánica y una polarización y división social peligrosa.

Estamos, pues, ante un horizonte explosivo de una contienda electoral que anticipa una descarnada disputa fratricida por la presidencia de la república.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *