EL REBOZO Y LAS MANOS MÁGICAS QUE LO HACEN
Por: ARTURO RÍOS RUIZ
El rebozo es un segmento de tela con flecos de algodón, lana o seda, de 1 o 3 metros de longitud y que está ricamente decorado con bordados de colores o con un complicado entretejido de hilos.

No se conoce el nombre quién lo inventó, o quién le dio el nombre, la prenda es creación de la fusión de la cultura prehispánica y de la extranjera. Antes de los hispanos, los indígenas usaban trozos de tela como vestimenta, el ayate que usaban hombres y mujeres para transportar objetos y niños.
En 1572, fray Diego Durán, en su obra Historia de las Indias de Nueva España e islas de Tierra Firme anotó que las mestizas usaban telas para cubrirse en las iglesias y obligaban a las indígenas a usarlas en recintos sagrados.
La evolución de su forma y uso pudo estar influenciada por la mantilla española y el mantón de Manila. A finales del siglo XVI, el rebozo era usado por mestizas, indígenas, negras y mulatas.
Durante el siglo XVIII, el rebozo, palabra que en el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua de 1855 aparece con el significado “…mantilla que usan las mujeres para cubrirse el bozo”, ya de amplio uso en México.
En la Revolución, el rebozo fue símbolo femenino y miles de damas lo usaban para cargar a sus hijos y seguir a sus esposos en la lucha. En algunas zonas, fue usado en lugar del anillo de compromiso y como lienzo para amortajar muertos.
Casi todas las mexicanas poseen un bello rebozo, sea rico o modesto. Hoy en la variedad está el gusto, existen miles de diseños y colores, muestra de la creatividad, sensibilidad y pasión artística.