En tanto Bruno Plácido Valerio se mueve
sobre el filo de la navaja y buscándole tres pies al gato desde su ya descompuesta UPOEG, con sus oscuras alianzas con grupos bien reconocidos de la delincuencia organizada, con la perdida real de acercamiento con el gobierno del estado, ñ
la senadora Nestora Salgado desde la CRAC, teje fino en la búsqueda de mayores alianzas entre la sociedad civil, las policías comunitarias como la CRAC y
las instituciones oficiales, evitando provocar confrontamientos como los del pasado martes 28 pasado.

El 13 de Mayo pasado la ciudad y puerto de Acapulco fue literalmente secuestrada por el llamado desde el supuesto anonimato a tomar calles, avenidas, entradas a la ciudad, bloqueos con unidades del transporte urbano pesado y liviano, con el afán de obligar, extorsionar a las autoridades del gobierno del estado para que dejaran en libertad a un grupo de supuestos miembros de la policía comunitaria y delincuentes detenidos en la comunidad de San Marcos.

Tardaron una hora en organizarse. Desde el mediodía de las detenciones en San Marcos hasta el inicio de las operaciones de bloqueo. Su “ejercito” para lograrlo, los comerciantes de los mercados, taxistas, choferes de los urbanos, todos ellos cooptados por la ejecución del pago de piso y la extorción cotidiana. Carne de cañón. Un grave problema social que hasta hoy en contubernio con autoridades se ejerce con violencia psicológica bajo el prurito de la amenaza cotidiana.

La capacidad del gobierno de Evelyn Cesia Salgado Pineda estaba siendo puesta a prueba, y sus fuerzas de control y prevención del delito como de las Fuerzas Armadas, Sedena, Marina y Guardia Nacional en ese “cuarto de guerra” denominado Coordinación para la Construcción de la Paz, pusieron todos sus elementos sobre la mesa, bajo la consigna de que otro movimiento semejante de ninguna manera sería permitido.

La rueda de prensa dada en las instalaciones del C5 por parte de la Fiscalia General del estado y la Policía del Estado, puso los puntos sobre las íes, donde dieron a conocer que se tienen bien identificados tanto actores intelectuales, léase jefes, como de los operativos y bien claro el modus operandi para llamar a la gente, carne de cañón, como los llamados a estar presentes frente al Asta Bandera, para continuar con la presión para la liberación de los detenidos en Marquelia un día antes, con la utilización de la fuerza disuasoria de las policías estatales y municipales para impedir nuevos bloqueos. Sobre esto a la que desde frente al micrófono en la rueda de prensa se dio a conocer el establecimiento de un protocolo permanente de operativos y la solicitud de la confianza de la ciudadanía que sin temor debe de denunciar cualquier intento de extorsión o amenaza semejante.
La única que parece No entender la dinámica delictiva de estos movimientos y la determinación política y de seguridad por parte del gobierno de Evelyn Cesia Salgado Pineda, es la alcaldesa de Acapulco, la que sigue en su mundo al revés.

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