La improvisación en la administración pública está aflorando en decisiones de gobierno que no indican conocer el terreno práctico de la problemática sino la complacencia por el simple hecho de estar en un cargo. Uno de estos el tema de la seguridad en el país, donde los datos simplemente no coinciden con los abrazos que han recibido las víctimas de la violencia.

Cuando el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en la euforia del inicio de su gobierno lanza la convocatoria para crear la Guardia Nacional consideró que la reacción inmediata del grupo joven al que dirigía el mensaje sería la de sumarse sin pensar, a un proyecto de protección ciudadana, que pronto pasó del mando de la Secretaría de Seguridad Pública y Participación Ciudadana, a un simulado mando militar..

Cuando se habla de pasar la Guardia Nacional a que dependan complemente, es decir la modificación del decretazo inicial de marzo de 2019 a septiembre de 2022, bajo reglas directas y no tras los telones del poder, en el Ejército Mexicano, se está hablando del fracaso de la política de seguridad pública del gobierno federal en turno?, o de que la improvisación en las decisiones.

Si la Guardia Nacional se militariza no solo se militariza el país, se deja fuera la consideración de que la sociedad, con visión civil, puede superar las condiciones de inseguridad porque conocen la realidad del entorno.

Militarizar la seguridad cambiando el concepto por el que está el Ejército Mexicano, es otro riesgo más delicado, es caminar hacia la falta de democracia, dar paso a la centralización de las decisiones de seguridad desde la esfera más delicada de las libertades que llevaría a perderlas.

Quienes gobiernan el país detestan la memoria porque en ella está situado el discurso que les dio popularidad. Ahora se enfrentan a sí mismos, y el reflejo es el rostro del fracaso.

Han pasado cuatro años de esta administración federal y cuando el gobierno estaría en la ruta de la consolidación de sus proyectos la realidad le está mostrando que hay incapacidad para gobernar, porque  se gobierna con un diseño mental que no corresponde a la realidad, sino que esta realidad debió ser el principal motor para mostrar que el conocimiento de la problemática social  les llevaría a aplicar las mejores soluciones. Lo que por supuesto no ha ocurrido.

Y ahora nos encaminamos hacia los dos años constitucionalmente previstos en la elección, para el  cierre del ejercicio de gobierno…será que pedirá ampliar su responsabilidad para mantener el poder?. Será que estamos hablando del fracaso en los ejes que regirían a la Guardia Nacional: la prevención del delito, la preservación de la seguridad, el combate a la delincuencia?

Si ha fracasado la formación policial civil, significa que estaremos en la antesala de que se regularice la portación de armas para la defensa ciudadana?  ¿Surrealismo?

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