Por Miguel Ángel Mata Mata

1.

Fest, deriva del alemán fest, y en la actualidad se usa para bautizar fiestas como, por ejemplo, Oktober Fest, o fiesta de octubre en honor a la producción de la cerveza, en Alemania o, el celebrado por la tienda Liverpool en la ciudad de México, Fashion fest, o el celebrado en verano, Verano fest.

Se trata de un evento generalmente celebrado por una comunidad y que gira sobre algún aspecto característico de esa comunidad y su religión o cultura. A menudo se celebra como una fiesta local o nacional y constituye un caso típico de interrelación entre distintos estratos culturales de un pueblo.

— “Gloria a Dios en las alturas, recogieron las basuras de mi calle, ayer a oscuras, y hoy cuajada de bombillas… En la noche de San Juan, cómo comparten su pan, su mujer y su galán, gentes de cien mil raleas”, canta Joan Manuel Serrat, en La Fiesta.

2.

Falta poco para que, en Chilpancingo, se lleve a cabo el Paseo del Pendón y la lucha de tigres, representando a los barrios tradicionales de la capital de Guerrero, en una sincrética lucha que reúne a gentes de las ocho regiones de la entidad en torno a un éxtasis de mezcal y cervezas.

La tigrada de Chilapa o la lucha a golpes en Zitlala, lugar de las estrellas, donde por cada golpe y sangre, el cielo enviará abundantes lluvias para que el ciclo agrícola sea rico en producción.

— Esas son fiestas que podrían llamarse Chilpancingo Fest, Chilapa Fest, Zitlala Fest, Tigrada Fest o Porrazo Fest porque, como canta Serrat, “… comparten su pan, su mujer y su galán, gentes de cien mil raleas”.

3.

En Acapulco hubo fiestas impresionantes que atrajeron a estrellas del espectáculo de todo el mundo. La reseña Mundial del Cine fue un Acapulco Fest, con invitados que llegaban al puerto, desde el extranjero, en su propio jet; de ahí viene el término de jet set.

El Tianguis Turístico, nacido aquí, fue un Acapulco Fest inigualable a la fecha, a pesar que lo robó un chaparro con indiscutible gusto por el Bacardí blanco pintadito.

— ¿Hay otros festivales, otras fiestas en el puerto?

4.

Acapulco fue el escenario de fiestas que dejaron sincretismo y cultura cuando llegaba, a la Playa Tambuco, el Galeón de Manila. Fue una fiesta de comercio que unía a los continentes asiático, americano y europeo en un lugar que, desde aquellos tiempos, ha sido hermoso: Acapulco.

Esa fiesta nos dejó la pelea de gallos, traída de Filipinas, lo mismo que las palmas de coco; el uso de lacas que hoy se usan en las cajitas de Olinalá o los vestidos con hilos de oro y plata, como dice la canción, que aún se elaboran en Acatlán, cerquita de Chilapa y que se llaman, a la fecha, vestidos de acatleca.

— Esas fueron fiestas, no, a decir del clásico, como las de ahora…

5.

La semana pasada, miles de trabajadores de servicios turísticos desde la plaza Álvarez, o Zócalo, hasta las playas de Caleta y Caletilla, esperaban el primer ingreso fuerte luego de la ausencia de turismo por la pandemia a causa del Covid.

En los festejos por el aniversario de la revolución mexicana, hubo un puente vacacional largo que les dejaría buen ingreso, pero… su gozo se fue al pozo.

La presidente municipal de Acapulco, Abelina López Rodríguez, decidió cerrar a la circulación la avenida costera Miguel Alemán para sentarse a escuchar un concierto de la cantante veracruzana Yuri, a partir de las seis de la tarde del domingo. A mitad del mero puente vacacional.

A causa de la imprudencia municipal, los yates que ofrecen paseos a miles de turistas cancelaron sus salidas; los autobuses que llevan turistas a ver el espectáculo de los clavados de La Quebrada no pudieron llegar al lugar y los que llevaron a los turistas a las playas de Caleta y Caletilla no pudieron regresar a sus hoteles sino hasta que el capricho de la presidente sació su ego, por ahí de la una de la mañana.

Fue la fiesta de la falta de ingreso para miles que hacen una mini economía en esa microrregión del puerto.

— Fue el Hambre Fest para los trabajadores turísticos.

6.

Éste último mes, Acapulco recuperó el cuarto lugar nacional entre los municipios con mayor número de muertes violentas en el país.

La presidente municipal escuchó, ya en dos sesiones de cabildo, decir a su jefe de la policía que él no va a exponer a sus elementos para detener la violencia.

Ni su confesión de partes, que lleva al relevo de pruebas y que acepta la complicidad del jefe policiaco con quienes provocan la violencia han logrado sensibilizar a la presidente. Aún le paga cuantioso salario.

Las playas, como la ubicada junto al hotel Calinda, escupen cuerpos de muertos asesinados.

Estacionamientos, como el ubicado junto al restaurante La Mansión, en La costera, son escenarios de balaceras entre criminales mientras los policías que debieran combatirlos, se esconden en la cobarde declaración de su jefe policiaco: “no voy a exponer a mis elementos para que se enfrenten a los malos”.

Ni los policías, ni la marina Armada, ni Guardias nacionales, vieron el enfrentamiento a balazos a la mitad de la bahía desde dos embarcaciones…

— Fue el Bala Fest en la bahía.

7.

La fiesta con que la presidente municipal colapsó el centro de la ciudad, dejó sin ingreso a miles de humildes trabajadores; causó el enojo de miles de turistas, pero logró festejar ese cuarto lugar nacional.

¿Cómo llamar a la fiesta de Yuri, en plena costera?

¿Beli Fiesta o el Beli Fest porque, de cariño, así le dicen, a la señora presidente?

Aunque, por los hechos sangrientos de los últimos días:

— Muerte Fest en Acapulco, pero al ritmo de Yuri

PREGUNTAS QUE MATAN

Por fin ¿Sancionan o no al diputado Alfredo Sánchez Esquivel por destruir la biblioteca del Congreso Local o por ofender a la nueva presidenta de la Junta de Coordinación Política?
¿Hasta cuándo habrá agua en Acapulco?

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