AMLO se encuentra en su peor momento. No sólo desencajado por una marcha ciudadana que le fracturó por completo sus esquemas mentales, porque la realidad se impuso contra sus propósitos de exhibir y fue exhibido. Trató de minimizar, de ridiculizar, hasta se río de la misma, llenando de epítetos a los participantes. 

Y cuando se da cuenta de su “mejor imposible”, inventa un Plan B, a todas luces inconstitucional o la aplicación de otras leyes por demás peor de inconstitucionales, para concluir con el llamado a una marcha de “acarreados y con él al frente”, al mejor estilo priista, como lo hizo en el 2006.

Con esta marcha reedita lo peor de sí mismo, del priismo que lleva en la médula, y lo peor de sus propios fantasmas. De ahí su odio por todo aquel y/o aquello que vaya en su contra. Esto no es un libreto, es la realidad plasmada por Elena Chávez.

AMLO jamás marchó contra las trasnacionales que le impidieron su reforma eléctrica, tampoco marchó contra Trump y su política antimigratoria, no a marchado contra la Border Patrol y su violencia contra  los paisanos,  no a marchado contra la delincuencia organizada por los más de 150 mil asesinados, hasta hoy. No a marchado contra los carteles, que tienen azorada a la sociedad. Tampoco el senador Félix a marchado contra la violencia que inunda su estado, debe recordar que es senador por el estado de Guerrero, No acólito de su jefe político.

Contra quién marchara AMLO? Contra sus propios fantasmas, odios y ambiciones y en ello pretende llevarse a los mexicanos. No tiene más razones pero continúa con la polarización del país. De ninguna manera queremos, ser testigos de un enfrentamiento, ni lo deseamos, pero él lo está alimentando y mucho menos escuchar  parafraseando a Hitler, “Arde México, Arde México”.

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