En nuestro México surrealista, donde la caja chica del “Cash” se protege con la Guardia Nacional, donde se escuda la inoperancia e inseguridad de pasajeras y pasajeros en aras de la movilidad de personajes políticos, los grupos políticos se reúnen para mantener, no crea usted, que el bienestar social, sino el bienestar de y permanencia de liderazgos construidos con el sudor y el esfuerzo de un colectivo que acude a las urnas en masa a votar.

Los ensayos están a la vista y estaremos los próximos meses atentas y atentos al ejercicio que realizarán los Estados de México y Coahuila, donde diversos partidos con canonjías y prebendas se aglutinan en dos grandes grupos en busca, justamente, de mantener el poder.

Hasta el momento no hay nada extraordinario en ello, ni siquiera el perdón que le otorgaron el PAN y el PRD al PRI que representa Alejandro Moreno, mejor conocido como Alito, con un acuerdo que no está tan firme, primero porque este personaje ha dado muestra de que si algo no tiene es honor a la palabra, y segundo, porque dicen algunos priístas que no permitirán que el 2024 los encuentre sin candidato o candidata presidencial.

lo surrealista de este tema es que, también se están construyendo nuevos grupos familiares de poder.

Según da cuenta una investigación periodística de El Universal, “en los últimos 81 años, 88 familias ostentan el poder político en el legislativo”, y agrega que ello “muestra de que la distribución del poder en México no ha cambiado mucho en el último siglo”.

Estos provienen de uniones también entre grupos de familias, cuyos apellidos se van moviendo del primer a segundo orden, pero prevalece el lazo consanguíneo desde el Siglo XX. Y otros más que se están construyendo y dando lugar a un bipartidismo político para retener y ostentar el poder.

Pero nuestro estado de Guerrero, al estar también dentro de la República Mexicana, y no me refiero al Poder Ejecutivo o al Poder Legislativo, sino al poder académico que tiene desde 1960 la Universidad Autónoma de Guerrero que ha pasado desde representar las luchas del pueblo hasta representar sus propias luchas, incluso acercarse al poder gubernamental en turno para mantener no una relación institucional, sino una relación de interés mutuo, no se quiere quedar atrás.

Y como también ahí hay investigadores de mucho respeto, los hay también quienes buscan con afán catapultar desde la academia el poder político estatal, por ello, quizá, es que están construyendo una base de trabajadores con afinidad de apellido y de simpatía de grupo.

Quizá dentro de poco, podamos encontrar a investigadores que decidan también tomar los apellidos de insignes personajes universitarios y encontrar en las filas laborales, académicas y administrativas, apellidos de familiares. Finalmente el voto es eso, un beneficio colectivo y no precisamente cuando digo colectivo me refiero a la sociedad, sino a los grupos que ya están dentro. Surrealismo?

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *