EL MUNDO AL REVÉS  

A 35 años de aquel episodio, cuando militares armados cortaron cartucho en los sótanos de San Lázaro, para impedir el intento de la oposición de abrir los paquetes electorales de aquella elección de 1988, AMLO ha olvidado todo. Ahora las cosas son al revés.  

Dejó en el olvido ese episodio del pasado. La elección robada a Cuauhtémoc Cárdenas quedó sepultada. Manuel Bartlett, la mano que meció la cuna, hoy goza de cabal salud protegido por la 4T, y los AMLISTAS entonan el himno nacional, pero para defender el ingreso de militares armados.  

El que fuera reverenciado como “líder moral de la izquierda”, hoy se encuentra con un pie dentro del grupo de los “conservadores moderados” adversarios del gobierno de López Obrador. El Ejército tiene el permiso de entrar con sus fusiles FX-05 calibre 5.56 mm, para empezar a acostumbrarnos.  

Es una actitud infame, que las llamadas “corcholatas” deberán tener en mente a partir de noviembre, cuando se decanten las encuestas en favor de alguno de ellos. Así como AMLO trata hoy a las instituciones, en particular al INE, así los tratará a ellos.  

Si piensan que tendrán independencia, están muy equivocados. Es claro que López Obrador no es partidario de la autonomía y, contra su promesa de hacerse a un lado, él meterá la mano -y todo el cuerpo- en el momento que no le guste el rumbo de la campaña del aspirante.  

Él mantiene la idea y es cierto, de que sigue siendo el factótum de la elección del 2024, pero tiene preocupaciones. De hecho, las primeras señales de alarma se encienden, curiosamente en las elecciones del Estado de México y Coahuila, que podría perder ambas.  

EL ENOJO DE ANDRÉS MANUEL  

El enojo de Andrés Manuel viene, no sólo por la diáspora de intelectuales de izquierda que sus excesos han provocado. No sólo es Cuauhtémoc Cárdenas, ahí está Adolfo Gilly entre otros, por el deterioro ético e ideológico que ha sufrido su partido tras el abordaje al poder.  

En el Estado de México, en el 2018 Morena gobernaba 62 de los 125 municipios de la entidad junto con el PT y el Partido Verde. Contra todo lo que se piensa, el otrora poderoso PRI sólo tenía 20 municipios en su poder. En el 2021, el efecto López Obrador se desplomó.  

El PRI ganó alrededor de 50 municipios; actualmente ese partido, junto con PAN y PRD, gobiernan más de 77 y, sumado Movimiento Ciudadano y otros partidos, la oposición gobierna más de 87 municipios en dicha entidad.  

En la ciudad de México el panorama es similar. En el 2022 sufrió su primer desencanto cuando vio que la capital de la república se fracturó dramáticamente entre Morena y oposición. Desde entonces elaboró su discurso en contra de las clases medias individualistas, aspiracionistas y de “intelectuales orgánicos”  

La llamada “izquierda” ha fracasado, carcomida por su propia voracidad desde que el PRD asumió el poder en el gobierno de la Ciudad de México con Cuauhtémoc Cárdenas a la cabeza y luego con el propio López Obrador. Paso a paso, ha perdido el piso ético que debiera haber cimentado sus estructuras.  

El PRD, como ahora ocurre con Morena, vivió un acelerado proceso de corrupción que ahora sólo deja ver grupos que se disputan el poder, pero sin compromisos éticos. Morena está lejos de representar los intereses del pueblo. La sociedad no está dentro de ese partido.  

Morena se mueve bajo los dictados de un nuevo líder “moral”, que piensa que, repartiendo becas a jóvenes, o pensiones a gente de la tercera edad, cumple un objetivo social. Eso dista mucho de ser democrático. Hay suciedad y perversión detrás de esas acciones.  

LA CARNICERÍA  

En suma, resulta desproporcionado, brutal, infame, el deslinde que hizo AMLO la semana pasada para arrinconar a Cuauhtémoc Cárdenas. Aquel 1988 quizá ya está muy lejos de la memoria, sobre todo de los jóvenes de ahora que no nacían cuando el régimen priista controlaba las elecciones en todo el país.  

En aquel entonces no existía credencial para votar con fotografía. Antes de ese año no había un solo gobernador de oposición. El Senado era completamente priista. De los 300 distritos electorales para formar la Cámara de Diputados, sólo 11 eran de oposición. Los de representación también eran del PRI.  

En 1976 sólo se registró un candidato a la presidencia de la república: José López Portillo. Los medios periodísticos eran absolutamente controlados por el PRI. En 1988 el secretario de gobernación, Manuel Bartlett, fue quien anunció la caída del “sistema” de conteo electoral que frenó la derrota de Carlos Salinas de Gortari.  

Todo esto lo relata Fernando Vázquez Rigada, en un pequeño video de unos minutos, que pone en relieve el brutal retroceso que pretende imponer AMLO a través de su famoso Plan B. Quiere desbaratar literalmente al INE, romper todas sus estructuras y echar a la calle a más de 6 mil funcionarios electorales.  

Así como impuso el cambio de la aviación de carga al AIFA; la construcción de ese aeropuerto; el trazo de un Tren Maya que será todo, menos de los pobres; un sistema pensionario que entregue “gananciales” a las Fuerzas Armadas. Eso es lo que está en juego en nuestros días. Nada más, ni nada menos.  

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