Montaje Sputnik-Campeche: la influencia Bueso

En los días en que en Palacio Nacional se ha puesto de moda hablar de “montajes”, bueno resulta prudente analizar el realizado desde el 17 de marzo a la fecha, por la Comisión Federal para Prevenir Riesgos Sanitarios (COFEPRIS), la Fiscalía General de la República (FGR), la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), la Secretaría de Gobernación y la de Hacienda Federal, después de que soldados y oficiales del Ejército Mexicano, descubrieron en un avión de bandera hondureña, cinco mil 775 dosis de la vacuna rusa Sputnik-V, cuando pretendían ser llevadas de contrabando, del aeropuerto de Campeche a Tegucigalpa.

A bordo de la aeronave propiedad del empresario paquistaní Mohamed Yusuf Amdani Bai, los elementos de las Fuerzas Armadas, encontraron en dos hieleras, ocultas entre refrescos, botanas y dulces, los más de mil pequeños frascos del biológico para combatir el letal virus del Covid-19, minutos antes de que la aeronave privada del Grupo Karim’s, tomara pista para dirigirse a la nación centroamericana, que tiene inversiones en la entidad campechana, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá.

De inmediato el avión Cessna turbo hélice, fue asegurado y entregado a la representación ministerial de la Fiscalía General de la República, por los elementos castrenses, junto con los pilotos, una sobrecargo y tres pasajeros con pasaportes que acreditaban su nacionalidad hondureña, que serían verificados por los agentes del Instituto Nacional de Migración (INM), de la Secretaría de Gobernación (SEGOB), en la terminal aérea internacional “Alberto Acuña Ongay”.

Uno de los involucrados se identificaría como el doctor Enrique Bueso Madrid, quien aseguraría a las autoridades mexicanas, ser primo de Rosalinda Bueso Asfura, esposa del canciller Marcelo Ebrard Casaoubon, por lo que pediría permiso para hacerle una llamada desde su celular, para informarle de su detención.

Después de la comunicación telefónica, la actitud y trato de las autoridades militares y civiles, cambiaría a favor de los seis asegurados, de los cuales se proporcionarían solamente los nombres de Julio César Martínez y Gustavo Raudales, empleados que junto con Bueso Madrid, serian trasladados al hotel “Ocean View”, de la capital campechana, propiedad del magnate afgano.

Uno de los funcionarios del INM a cargo, revelaría que desde el “mando central” de una oficina de la avenida Juárez, en la ciudad de México, se había recibido la instrucción de brindar todo el apoyo y facilidades al grupo de extranjeros, por lo que no serían entregados al personal ministerial de la FGR a cargo de Alejandro Gertz Manero, para su resguardo carcelario, en tanto se levantaba la Carpeta de Investigación correspondiente, sino que se les trasladaría a la comodidad del centro de hospedaje de su jefe Mohamed Yusuf Amdani Bai.

Una noticia que daría la vuelta al mundo por ser un asunto de interés internacional, al tratarse de vacunas utilizadas de manera experimental, como ocurre con todas las que se fabrican y aplican en los cinco continentes para prevenir el contagio y muerte por el Coronavirus, que hasta este jueves 8 de marzo, según la Secretaria de Salud (SSA), acumuló 206 mil 146 decesos y dos millones 267 mil 19 infectados.

Situación por demás inexplicable para el fiscal del Ministerio Público federal, pues el grupo de hondureños había incurrido en varios delitos que en principio fueron considerados de gravedad, en materia de la legislación nacional e internacional, por tratarse de una importante cantidad de biológicos que iban a sacar del país, sin el conocimiento y permiso de las autoridades sanitarias, porque lo mínimo que procedía era un arraigo en su domicilio temporal y bajo vigilancia policíaca permanente para evitar su fuga.

Llamaría demasiado la atención, por lo inverosímil, que sin aportar ningún elemento de prueba, las autoridades de Salud del gobierno mexicano, declararan en cuestión de muy pocas horas, que las vacunas Sputnik-V, decomisadas por el Ejército Mexicano eran falsas, lo cual sería “avalado” sin el respaldo científico de análisis probatorio, por el laboratorio ruso, que se apoyaría fundamentalmente en las imágenes de los frascos que les enviaría por la SSA, a Moscú.

La empresa farmacéutica iría más allá en este montaje de conveniencias y por lo mismo nada transparentes, derivado de la contratación y compra de 24 millones de dosis, pactadas telefónicamente hace varias semanas, por los Presidentes Andrés Manuel López Obrador y Vladimir Putin, por lo que agradecería ampliamente al gobierno mexicano su intervención, para evitar la falsificación de los inmunizantes rusos en su territorio.

Sin embargo, estos arreglos encaminados a frenar mayores investigaciones periodísticas sobre la misteriosa trama de las vacunas Sputnik-V en Campeche, no lograrían su objetivo y quedarían en entredicho, al exigir a la Fiscalía General de la República, a la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios, los resultados de la obligada investigación que respaldara su afirmación de que se trataba de biológicos falsos.

La COFEPRIS, informaría hasta siete días posteriores a su intercepción, que daría comienzo a partir de ese 24 de marzo, los estudios correspondientes para dar certeza a su afirmación inicial, lo cual sin que exista ninguna justificación no se ha cumplido, 25 días después de anunciado.

Se daría entonces una intensa cortina de humo, para mantener el hermetismo acerca de lo sucedido y el seguimiento paralizado, por órdenes de la capital nacional, que ha derivado que para este viernes 9 de marzo, sea imposible ubicar a los presuntos responsables de delitos del Derecho mexicano e internacional, pues en la administración del hotel Ocean View, ya no están hospedados, además de que se informa que nunca estuvieron sujetos a vigilancia policíaca alguna.

Se ignora pues el paradero del grupo de centroamericanos encabezados por el médico Enrique Bueso Madrid, sin que ninguna instancia federal, estatal o municipal sepa su existencia, aunque todo hace suponer que han huido del país, aprovechando la cortina de humo que se han encargado de llevar a cabo las mismas Corporaciones responsables de aplicar la ley.

Todo gira en torno a la poderosa influencia del apellido Bueso, que ha funcionado favorablemente a este empleado de la empresa Altia Business Park, propiedad del magnate de Afganistán, emparentado con la cónyuge de origen hondureño, de Marcelo Ebrard Casaoubon, quien curiosamente ha anunciado que viajará en los siguientes días a Moscú para “amarrar” el envío, ya no de 24 millones de dosis de Sputnik-V, pactadas por el Presidente de la República con su homónimo de Rusia, con la intención de que se incremente la compra a 34 millones.

No deja de llamar la atención la prisa por viajar a la capital del ex imperio soviético, precisamente en los días del montaje Sputnkik-V-Campeche, además de que si se quiere ser estricto en la función de cada miembro del Gabinete Federal mexicano, la tarea que desempeña en la decisión de la compra de los inmunizantes, debería de corresponder por ley, exclusivamente al titular de la SSA, Jorge Alcocer Varela, por tratarse de un tema médico y científico, pues todas las vacunas que se han contratado con los laboratorios de diversos países que las producen, se encuentran en fase experimental, de ahí que tampoco sean catalogadas como 100 por ciento efectivas.

Ahora bien, es por demás importante precisar que la comercialización de tales medicamentos preventivos, no la realizan las Corporaciones Farmacéuticas con empresas privadas, sino de manera directa con los gobiernos contratantes como el de México, en el que la intervención del canciller ha sido evidente.

De ahí, que resulta no creíble, que las vacunas interceptadas hayan sido falsificadas, más aún cuando el magnate afgano Mohamed Yusuf Amdani Bai, con fuertes inversiones en Campeche, reconocería que, sin decir con quien, las había adquirido  y aplicado a los aproximadamente mil empleados y familias, de sus tres maquiladoras de ropa establecidas en tres municipios de la entidad, donde también es propietario del hotel Ocean View, que forman parte del Consorcio Grupo Karim´s.

En las únicas declaraciones públicas, que por cierto, no obstante ser el principal responsable de lo ocurrido,  no constan en ninguna Carpeta de Investigación de la FGR, como tampoco de las autoridades de la SSA, al haber ordenado la inoculación de los inmunizantes a sus empleados de las tres maquiladoras y un hotel, en tierras campechanas, sin la previa revisión y autorización oficial, por lo que se presume que este empresario sabía perfectamente que se trataba de biológicos de patente rusa, que México ha adquirido con la mediación y responsabilidad en la coordinación de recepción y suministros, del secretario de Relaciones Exteriores Ebrard Casaoubon.

Grupo Karim´s, que también tiene inversiones en Centroamérica y República Dominicana, negaría en un comunicado oficial emitido en Tegucigalpa, el pasado 23 de marzo, que intentó introducir a territorio hondureño el pasado 17 de marzo, las más de cinco mil dosis de Sputnik-V, desde Campeche, en el que también precisaría: “Con la mejor intención se buscaron alternativas para la adquisición de vacunas en aras de salvaguardar la vida de nuestros colaboradores y sus familias”.

Boletín de prensa, en que el Corporativo afgano en ningún momento hace referencia al aseguramiento de autoridades mexicanas, tanto de su aeronave, como del lote de vacunas, así como tampoco de la afirmación gubernamental de que se trata de biológicos falsos.

Y en plena contradicción de su declaración oficial, propiciaría la desinformación, al afirmar desde la ciudad de San Pedro Sula, que “ni a Grupo Karim’s, ni a sus ejecutivos se les ha imputado delito alguno. Con la mejor intención se buscaron alternativas para la

adquisición de vacunas en aras de salvaguardar la vida de nuestros colaboradores y sus familias de manera gratuita”. Rechazó que su propósito fuera el de comercializar la substancia en Honduras.

Por lo pronto, el viaje intempestivo del secretario de Relaciones exteriores de manera prioritaria a Rusia, y en segunda etapa China, en tiempos de una austeridad que no se cumple en la realización de dos viajes a países distantes, que desde el interior del Gabinete Federal se consideran innecesarios, pues ha sido el Presidente López Obrador, quien personalmente se ha encargado de negociar con los titulares de gobiernos correspondientes, la compra de las dosis necesarias tanto de Moscú como Beijing.

Habrá que recordar que Marcelo Ebrard Casaoubon, está casado en terceras nupcias con la hondureña Rosalinda Bueso Asfuro, desde 2011, después de que ella fuese embajadora de su país en México de 2007 a 2010. Al dejar la representación diplomática, luego de un golpe de Estado en territorio catracho, siendo novia del ahora canciller y en ese entonces jefe de Gobierno del Distrito Federal, la contrataría inmediatamente después de su desempleo, con un salario de 53 mil pesos mensuales en la nómina de su administración, sin que ella contara con los permisos migratorios para poder trabajar en México.

Un asunto que llevaría a los periodistas a solicitar información al Instituto Nacional de Migración de la Secretaría de Gobernación, obteniendo como respuesta que todo lo concerniente al caso de la ex embajadora Rosalinda Bueso Asfura, estaba clasificado como “confidencial”.

Tal vez por ello, el tema de las vacunas Sputnik-V de Campeche, en el que está involucrado un personaje del apellido Bueso, como ocurriría hace más de una década, se haya “encriptado”, por orden superior, como suelen hacer los omnipotentes políticos encumbrados en México, ahora en los días de la Esperanza del Cambio, que parece nunca llegarán.

Premio Nacional de Periodismo 1983 y 2013. Club de Periodistas de México.

Premio al Mérito Periodístico 2015 y 2017 del Senado de la República y Comunicadores por la Unidad A.C.

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