No lo planeé con anticipación, simplemente se me ocurrió llenar un día libre, con este paseo que resultó cien veces mejor de lo que esperaba.

Mis hijos eran pequeños cuando visitamos este lugar la vez anterior. Por supuesto, desde entonces ha cambiado muchísimo. Sobre todo, porque en este gran intervalo de tiempo, dos series televisivas llenaron días, meses y hasta años en nuestra vida familiar: Friends y The Big Band Theory.

También llegaron los siete libros de J. k. Rowling, La serie Harry Potter.

Primero la saga y luego ocho películas.

Todo ese material vuelve a la vida en los estudios WB. Desde el momento que te suben al sedwick para recorrer estas calles históricas, comienza una serie de recuerdos, de escenas, de películas. Comienzas a reconocer los momentos que el guía describe, a revivir la magia del cine…

Seguidamente, tuve la oportunidad de estar en set de grabación, y sentarme en el sitio favorito de Sheldon Cooper, en el sofá de Friends el Central Perk Café, volar en una escoba, hacer Giros de Muñeca con una varita y por si fuera poco, también me convertí en prisionera de Azkaban.

Una mañana que no tenía gran cosa, se convirtió en un día inolvidable.

Y, ¿Sabes algo, querido lector?

Me alegro tanto, no solamente al haber dado a este día un sabor especial. Me felicito y agradezco, por querer vivir cada día como lo que es: ESPECIAL. ÚNICO.

No necesitamos alejarnos tanto de casa. A veces un simple paseo, una caminata por los alrededores, obsequiendonos el tiempo de observar y escuchar los colores y sonidos que están allí, pero que no notamos al no poner suficiente atención, le darán a tu día ese sabor delicioso, sabor de privilegio de estar vivos.

Si estás en casa, baila aunquenadie te vea. Canta como si estuvieras sola, o mejor aún, ante un público que te ama. Sonríe como lo haces frente al espejo.

Si preparas un plato, solo para ti, adórnalo preséntalo a tus ojos como una obra de arte.

En el baño, enciende una vela, pon música… Goza.

Estamos vivos. Y muchos de nuestros parientes, amigos, conocidos, compañeros, no pueden decir lo mismo.

¿Te das cuenta de lo afortunado que eres?

Con amor y gratitud,

Marissa LLergo.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *