“REMEMBER ACAPULCO”
Por: MARTÍN MARTÍNEZ OLVERA
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Acapulco es un punto de vacaciones que deja invariablemente, un recuerdo. Ha inspirado hermosas canciones, como de la Agustín Lara a María Félix; lugar de elección para pasar la famosa luna de miel, como la de John F. Kennedy y Jaqueline Bouvier; sitio predilecto de veraneo de turistas nacionales y, por un tiempo, lugar de diversión de jóvenes de Estados Unidos, los Spring break, así como lugar donde algún hecho de muerte -accidental- dejaría para la memoria colectiva la canción “amor eterno” de Juan Gabriel, cuyo origen estuvo dedicada a la muerte de una de las hijas de la cantante española Rocío Dúrcal.

Pero el “remember” Acapulco que Bebu Silvetti, a invitación del gobierno de Alejandro Cervantes Delgado, hiciera arreglos a la música tradicional guerrerense para socializar aún más la presencia de ese destino en la mente de vacacionistas e invitara a su estancia placentera en este lugar, cambió.
Se ha llenado de elementos de seguridad conformado por la propia policía estatal, el Ejército Mexicano y ahora con la Guardia Nacional, además de la policía municipal, incluida la turística. Y se considera que esa simple presencia dará como resultado la inhibición de la delincuencia.
Pero el “remember Acapulco” tiene una historia también de delincuencia que ha buscado hacerse de la “plaza” para el control no solo de la llamada extorsión, sobre todo a comerciantes, mercados y demás, sino también para el control -dicen- del trasiego de droga y asiento de quienes la venden o comercializan.
Los más recientes comunicados de la Fiscalía General del Estado señalan sobre los hechos violentos de Acapulco “se infiere la participación de la Delincuencia Organizada”, lo que, evidentemente, no genera sensación de seguridad a residentes y visitantes, sino que abre preguntas y no contribuye a la sensación de seguridad.
Por ejemplo, entre las preguntas están: qué está haciendo el municipio de Acapulco para inhibir el delito? Si la Fiscalía “infiere”, que significa deducir algo de otra cosa, de donde surge esa conclusión? Y, si la tiene, sabe qué grupos son, dónde operan, quién los dirige? Y la elemental: ¿Por qué no se les detiene?.
Frente a los esfuerzos de los gobiernos estatal y municipal para mantener a flote al puerto como destino turístico y presentarla como una buena alternativa a través de las declaraciones de vacacionistas hay otro ángulo, desde fuera, parece que las acciones para recuperar la seguridad del puerto están en una masa de engrudo.
Hace falta “algo” que detone la “sensación” de que están trabajando para recuperar la seguridad, no se trata solo de militarizar el lugar para hacer sentir que está en paz, hace falta la misma paz y tranquilidad, de lo contrario, el cambio de recuerdos que genera el puerto de Acapulco alejará hasta el turismo más leal que ha tenido, porque las encuestas que levantaron para mejorar, evidentemente no mejora el nuevo “remember Acapulco”, surrealismo?.