CALLE DOCE
Por José González Cedillo
Despiertan a La Bandida para homenajear a Carmen Salinas, Jesús Martínez “Palillo” y a Pepe Arévalo, el de Los Mulatos y como invitados especiales en alguna de las 10 representaciones, indistintamente, destacan Marcelo Ebrard, Claudia Sheinbaum, Adán Augusto López y Ricardo Monreal, diputados, senadores, funcionarios y medios del espectáculo.

La puesta en escena de “La Casa de la Bandida, tres corcholatas, un colado, más los que se apunten”, es un remix al estilo de José Luis Montañez, periodista, escritor, guionista, productor y Director del Diario Imagen, que retoma la pecadora historia del mejor burdel de los cincuentas; de los sin cuentas.

La propuesta de Montañez tiene varios aciertos arcanos; se estrena el siete de junio Día de la Libertad de Expresión, de los Periodistas, en el Teatro Gran Recinto, allá por Tlalnepantla, Estado de México, tres días después de las elecciones del Edomex, en plena efervescencia de la sucesión presidencial.

Es un homenaje a Carmen Salinas, a Pepe Arévalo y de paso para Don Jesús Martínez Palillo; es un inventario somero de los asiduos parroquianos al burdel más selecto de los cincuentas; entre ellos el Comandante Fidel Castro Ruz, así como los autollamados Los Divinos: José Alvarado, Juan Soriano, Octavio Paz y Carlos Fuentes; el Flaco de Oro, Agustín Lara; Pepe Jara; Marco Antonio Muñiz y otros seres con aspiraciones mundanas.

El también Director del Diario Imagen, José Luis Montañez, inventó una parodia de lo que sucede en una mesa de redacción de los diarios de antes; de la tinta, el papel y las galeras; de las caballonas para que los periódicos, calientitos, estuvieran impresos a la cuatro de la madrugada para la circulación nacional.

En esta parodia se sabrán detalles no contados de la muerte de Luis Donaldo Colosio por testigos presenciales; pondrán a la vista el nombre de la corcholata mejor posicionada para la grande en 2024 y desmitificarán que los periodistas y reporteros son unas lacras sociales como lo quieren hacer creer alguno entes; cuando son algunos los periodistas mafiosos, los come cuando hay, muerde almohadas, centaveros y chayoteros del medio.

Y en un acto justiciero se pondrá en la balanza que no todos los políticos son corruptos tal como lo describe Benito Castro al parodiar en La Casa de la Bandida a Don Jesús Martínez Palillo; “Malditos políticos abusivos, rateros, lacras, pulpos chupeteadores, pocalucha, debería darles vergüenza robarle a los infelices, que escasa madre tienen, nacieron en incubadora, descastados.”

La puesta en escena tiene como protagonistas a Benito Castro, Pepe Arévalo, Mari Carmen de la Peña, hija de El Mimo; la actriz Ruth Mendoza, el actor y cantante Martín Muñoz, Jorge Nieto, David López, Edith Escalada; el Sexyballet DI; con una producción de Don Pricci, José Luis Montañez; coproductor Gustavo Salinas y con la dirección de Fernando Garcilita.

Como actores invitados para representar la parodia de la mesa de redacción con temas del momento; la seguridad, la corrupción, los asesinatos de periodistas, entre otros temas, están Francisco Reynoso, Carlos Pozos, Lord Molécula; el cronista Roberto Vizcaíno; los columnistas Salvador Martínez y Ramón Zurita, quienes fielmente incitarán a visitar La Casa de La Bandida, como en los viejos tiempos, luego de la talacha periodística.

En conferencia con medios, José Luis Montañez detalló que serán diez representaciones y cada una de ellas tendrá diferentes sketches y que cada puesta será grabada y producida con la posibilidad de que Netflix la considere como una serie de 20 horas de grabación.

La Casa de la Bandida se presentará del 7 al 10 de junio en dos funciones, a las 18:00 y 20:30 horas y, el 11 de junio, a las 16:30 y 19:00 horas, en el Teatro Gran Recinto, la que posteriormente será llevada al Cesar Palace de Las Vegas, Nevada, Estados Unidos en septiembre próximo.

La Bandida una de las primeras traficantes de México

Dios los cría y ellos se juntan: en el filo de una narrativa surrealista, La Bandida, en alguno de sus viajes a Chicago, conoció a Al Capone, el principal contrabandista de alcohol en Chicago. Ella no se quedó atrás, fue una de las primeras traficantes de cocaína en México.

La Bandida fue la mujer que controló el bajo mundo de la Ciudad de México, postreros días de la Revolución Mexicana. Graciela Olmos, el nombre de pila de La Bandida, formó parte de la División del Norte, como soldadera y amante de un revolucionario.

Cuenta la leyenda que en alguna de las parrandas de Al Capone y sus mafiosos la viuda del militar José Hernández “El Bandido” asistió como invitada. En honor a su finado esposo Graciela Olmos fue reconocida por los revolucionarios como “La Bandida” y con su bella y entonad voz le cantó a Capone Cielito Lindo y La Cucaracha e inclusive derrochó voz con el corrido de El Siete Leguas, de su autoría en honor al caballo de Pancho Villa.

A su regreso de Estados Unidos, disfrazada de hombre trajo consigo un maletín con 46 mil dólares y con ese cambio fundó su famosa casa de citas que era atendida por más de 100 meseros y mujeres, allá en la calle de Durango 247, en la colonia Roma.

A la casa de La Bandida asistieron de toreros, intelectuales, políticos y estrellas de cine e incluso Presidentes de la República como Adolfo López Mateos y gracias a la protección de Maximino Ávila Camacho, el hermano incómodo de Manuel, el Presidente de México, pudo ser una de las principales distribuidoras de drogas de la capital del país.

La historia siempre trae su torta bajo el brazo pero no siempre la buena escuela para los herederos del trono, de la silla presidencial; quizá, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto aprendieron algo del pasado histórico del país.

Valga la rola de Fabrón Cavor, “Las Cosas Calladitas que Nadie Sabe”.

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