Con 87 años a cuestas, 12 metros de altura y con la mejor sombra del Zócalo de Acapulco, cayó el milenario árbol de amate de la familia Picus Americano.

Con raíces largas y también producen raices aereas para reforzarse y sostenerse.

El árbol es originario de México y las Antillas.

Testigo presencial del desplome del amate preciso que eran las 5:50 de la mañana cuando se oyó el estruendo aplastando un puesto ambulante de los nuevos, tres botes de basura, el pasamanos de las escaleras que conducen al palacio municipal antiguo, un poste de luz y una de las letras de aluminio del Muro de la Memoria.
En la víspera de la Navidad del año pasado, la AFADEM lo bautizó como El Árbol de la Esperanza.

Este milenario árbol también tiene como nombre científico Insípida. Frondoso árbol que era referente de la plaza pública Juan Álvarez.

Bajo su sombra, activistas de Morena agrupados en el Colectivo de Organizaciones Sociales y Sindicales, realizaban sus asambleas informativas desde hace 70 semanas, los domingos de 10:00 a las doce del día.
En 1989, el árbol fue testigo mudo de cuando un toro que había escapado de la Plaza Caletilla llegó hasta el extinto Café Astoria, dónde causó destrozos y su dueño, el abogado José Salgado Sotelo nunca pagó los daños a la señora Rosario Padua, la responsable del legendario café.

Esta mañana, una cuadrilla de trabajadores de Servicios Públicos empezaron a leñarlo para limpiar la plaza, que ya no contará con este tanquezote de oxígeno.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *