Pasados los ‘idus de agosto’ no significa que el Movimiento Morena haya alcanzado su madurez política, sino todo lo contrario y el ejemplo más claro lo fue sin duda la supuesta encuesta elección para definir a su candidato (a) a dirigir los trabajos de la candidatura a la presidencia en el 2024.

Oficialmente el ex precandidato Adán Augusto López, es ya parte escencial de la fórmula para llevar cabo los trabajos y la logística de la campaña presidencial de Morena. El inicio del proceso electoral y la observancia de la ley, y los convoque a todos, no sólo a las autoridades electorales y a las partes en competencia y también a la ciudadanía, porque antetodo Adán Augusto López es un político.

Adán Augusto tiene la inminente tarea de institucionalizar la vida democrática en Morena, ausente hasta hoy, arraigar en todos y cada uno de sus militantes el sentido de pertenencia, de orden y terminar de una vez por todas el verticalismo arcaico que tanto daño le ha hecho en su desarrollo y madurez democrática.

Adán Augusto tiene la ingente tarea de exigir desde los estratos seccionales de su partido a lo largo y ancho del país, hasta los profundos rincones, de saber cuántos son y dónde viven sus militantes. Armar a la velocidad de “ya” el padron de su militancia, y dejar de ser una esquizofrenia total de su desorganización.

Tiene en sus manos el consolidar estatutuariamente los consejos distritales, delegacionales y estatales. El tiempo y las circunstancias lo obligan. Lo menos qué tiene es tiempo, lo más grande a crear es un instituto político a la altura de las exigencias nacionales de su transformación.

El negrito en el arroz.
En el recién proceso del desarrollo de la encuesta, intenta se dio una penosa respuesta, expresión de quién a todas luces una y otra vez no está a la altura de las circunstancias, producto del arribismo popular que abrió las puertas a lo que es hoy producto de su inestabilidad, entre otras, cómo una verdadera atrocidad política ñ lo expresado por la ‘cenadora’ versus Ricardo Salinas Pliego, Citlali Hernández cuyas palabras fueron y son seriamente denigrantes para todos los mexicanos y muy en particular para los guerrerenses, “al ponderar que un voto de la sierra de Guerrero, tiene menos valor que un voto de una colonia de la ciudad de México” Sin que hasta hoy ningún dirigente de Morena en Guerrero haya levantado la voz para censurar semejante atropello a la dignidad de los guerrerenses.

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