Por: Rubén Ruiz R. Soconusco Hoy
Colaboración Especial
Por motivos personales, tuve que estar en Chilpancingo el lunes 5 de este mes, y con mi familia nos quedamos impresionados de la suspensión total del transporte. Como periodista no pude dejar de revisar los acontecimientos, y considerando que el estado de Guerrero siempre está en las notas, también he dado seguimiento a lo que aquí acontece, de tal suerte que puedo decir que cuando vengo, pongo en balance lo que afuera de esta entidad se dice.
Por ejemplo, esta crisis que está viviendo Chilpancingo donde identifico dos figuras centrales cuya responsabilidad debe ser revisada: La autoridad constitucional que recae en la Presidenta Municipal, Norma Otilia (Hernández Martínez), y en la Sandra Luz (Valdovinos Salmerón) la Fiscal General del Estado, que recibió del Poder Legislativo la confianza para actuar.
Ambas tienen periodos constitucionales: una a punto de vencer, la Alcaldesa, al menos en un primer periodo, y la Fiscal, que lo detentará hasta el año 2027.
La temporalidad de ambas pasa por diversas circunstancias, pero en las dos mujeres está unido un mismo problema: transporte versus inseguridad.
Pasando por alto a la Alcaldesa, cuya voz emite vibraciones de emoción cuando habla de su imaginario poder de arrastre electoral y al anuncio de una nueva pachanga que la llevó a portar ese mote, queda la parte seria del tema ocupado por la Fiscal.
La Fiscal, que solicitó licencia por seis meses, pero podría regresar antes, así lo establece el documento que envió al Poder Legislativo, tiene un balance débil en el tema del transporte. La participación de esta área dentro del trabajo de seguridad dejó mucho que desear a los transportistas, a sus familias y a todos los habitantes capitalinos.
Sobre ella está una sobrada figura de poder militar que no ha logrado establecer estrategia adecuada para que su trabajo permita la idea de que hay resultados.
Porqué tendría el Congreso que autorizar ese permiso, inédito en la historia legislativa de la entidad? Qué garantía permitirá a la soberanía de ese poder considerar que en su ausencia las cosas cambiarán? O deberá aguardar la sociedad guerrerense a que en ese tiempo la Fiscal aprenda como ser la garante de la procuración de justicia. Porque en demandas sentidas de hechos violentos solo se habló de carpetas de investigación, no de resultados, no logró cuidar ni a los de su casa, ahí está un Fiscal de la Tierra Caliente muerto. El balance, es necesario, faltará el valiente que hable por Guerrero.
