De Julio Ayala Carlos

  • El trabajo de los cuatro obispos…

SÍ. HAY QUIENES CUESTIONAN LAS REUNIONES de los cuatro obispos de la Iglesia Católica, correspondientes a igual número de obispados en que está dividido Guerrero, para conseguir la paz en el estado –aunque el secretario general de Gobierno se oponga–, para darle seguridad a los guerrerenses. Por el contrario, muchos otros, miles, me atrevo a decir, lo agradecen. Un claro ejemplo, son los chilpancinguenses.

Porque, hay que decirlo, es gracias a esos cuatro obispos, a las pláticas que sostuvieron con los líderes del crimen organizado, que éstos se pusieron de acuerdo y acordaron, según se ha dicho, una tregua en su disputa por Chilpancingo, respetándose su territorio y “sus negocios”. Gracias a ello, desde el fin de semana pasado, la capital del estado no ha registrado ningún hecho de sangre que enlute a los capitalinos.

En efecto, gracias a ese acuerdo entre los grupos delincuenciales, la ciudad capital se ha reactivado en el transporte, y en consecuencia, la movilidad de la población, así como las actividades económicas que por ocho días se paralizaron. Gracias a ello, los empleados pueden ir a sus centros de trabajo, los padres llevar a sus hijos a la escuela, y las amas casa ir al mercado, por sólo citar tres ejemplos. Y claro, el miedo, el temor y la zozobra prácticamente ha desaparecido entre los chilpancinguenses.

¿Qué no es correcto ni legal la actuación de los obispos? ¿Qué se infringe la ley? ¿Qué no es su función? ¿Qué están usurpando funciones? ¿Qué hay que aplicarles la ley, que hay que llamarlos a cuentas? ¡Uuufff!

El secretario general de Gobierno, Ludwig Marcial Reynoso Núñez, es uno de ellos, de los que están en contra de que los obispos, incluyendo el obispo emérito, y uno que otro sacerdote de la Iglesia Católica, está en contra de que se reúnan con los líderes delincuenciales para llamarlos a la paz, al acuerdo, con el fin de parar el baño de sangre y el enlutamiento de los guerrerenses. De acuerdo a este sujeto, los obispos deben dedicarse a lo suyo, y el gobierno, incluyéndolo, a trabajar por la seguridad pública.

Sólo que, y esto hay que decirlo, es precisamente por la falta de resultados de Reynoso Núñez, que Guerrero está como está. Es decir, con inseguridad y violencia, con protestas, marchas y plantones. Precisamente por su falta de operatividad, como responsable de la política interna del estado, Guerrero tiene problemas.

Ciertamente el susodicho secretario no está haciendo bien las cosas, y sin embargo, se atreve a exigirle a los obispos dejar de hacer lo que están haciendo, cuando él, que es su responsabilidad, no lo hace. Es decir, no hace lo que debe, y se opone a que otros lo hagan.

Cierto. Por supuesto que no son legales los acercamientos de la Iglesia con los líderes de la delincuencia, e incluso, pudiera configurarse algún delito; sin embargo, hasta dónde se sabe, los obispos tampoco hablan en nombre del gobierno. Hasta lo que se ha dicho, las pláticas entre ambas partes, tienen que ver con un acuerdo entre ellos para parar el enfrentamiento que tienen.
Ciertamente es preocupante, y hasta mezquino, el que quienes no hacen su trabajo todavía se oponen a que otros la hagan; eso es, también, hasta perverso.

En fin que ojalá y de nueva cuenta los obispos católicos logren otros acercamientos con los líderes delincuenciales en pugna con el fin de que éstos lleguen a acuerdos. Lo que importa, sin duda, es que en el estado haya paz y tranquilidad para los guerrerenses. Que las muertes, producto de la delincuencia se acaben, y que la población salga a las calles sin temor o miedo de que les pase algún hecho lamentable.

Por último. Es un hecho que quien gobierna el estado, Evelyn Salgado Pineda, está haciendo lo que humanamente puede, y los recursos públicos le alcanzan. Por desgracia, no todo lo puede hacer personalmente, y lo lamentable es que funcionarios como Ludwig Marcial Reynoso Núñez, entre otros, no le ayudan mucho, de lo contrario, no le explotarían tantos problemas al gobierno del estado.

Mientras tanto, con todo y los contratiempos, Chilpancingo ha vuelto a la normalidad. ¿Hasta cuándo? No lo sabemos…

Comentarios: ayala.jc30@gmail.com

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