La lealtad de los militares es indiscutible y aunque externen su opinión (como cualquier ciudadano sin uniforme) seguirán obedeciendo órdenes aunque no les guste la dirección política actual del país. Todas las fuerzas militares tienen que ser así cuando surgen de gobiernos democráticos auténticos por el voto del pueblo, de lo cual ya podemos presumir los mexicanos desde hace varios sexenios pues es bien sabido que antes había muchos fraudes electorales.

Estos temas deben abrirse a la discusión con la población en general, los medios de comunicación y la academia con total apertura. Es tiempo de hacer toda una programación de relaciones públicas para radio y una televisión e Internet incluyentes, aunque este último, es apenas explorado por los Legos, pero los jóvenes saben manejarlo muy bien ya que el Internet no es solamente para redes sociales sino que además de la web, que es en la que nosotros navegamos, hay otras muy importantes y a las que no tenemos acceso. Lástima que la tradición mexicana de los medios es hacer todos estos programas en la televisión en los dos primeros años de gobierno del nuevo presidente, y probablemente del nuevo partido con mayoría en el Congreso, a lo que el expresidente Miguel Alemán llamaba los años de promesas en que escribían todos su cartita a Santa Claus, incluyendo la campaña y los primeros dos años para conocer a la nación, luego llamaba a los 2 años intermedios los de ejecución, pero con la mira siempre más adelante pues fue el primer presidente que llevó a México a la industrialización y a la modernización en escalas que para entonces eran inimaginables. Los últimos dos años los comparaba con Santa Claus, que debía de entregar los juguetes que le habían pedido sus fans desde antes de que llegara al poder o a la Navidad que es lo mismo, y es ahí donde vienen muchas desilusiones. Estas encuestas se deben de hacer con todas las de la ley pues para ello hay formularios más antiguos que Miguel de la Madrid quién fue el que realizó encuestas de aprobación de acciones de gobierno cuando tomó el poder, no fue AMLO y además, qué tanto hacen consultas?, si desde hace muchos años nuestra Carta Magna prevé el plebiscito y el referéndum como dos instrumentos muy importantes para variar y sancionar la actuación del Ejecutivo solamente que en el presente sexenio le tuvieron miedo, porque si se hubiera seguido ese procedimiento tenían que tomar el parecer de todos los congresos estatales y sacar la verdad a la luz.

Siguiendo esas acciones se podría borrar del ideario nacional que hablar de temas militares es tabú. Así se construyen mitos y fantasías negativas respecto a la buena imagen de las Fuerzas Armadas, lo que costó un gran esfuerzo durante muchos sexenios.

Pero también hay que ver cómo está la situación del otro lado y no pensar siempre que el jardín del vecino luce más verde, ya que debe incluirse en el sector militar el derecho a la libre expresión sin temor al castigo o la censura, dentro de los estrictos márgenes de su propia legislación y procedimientos de actuación, muy extrañado por su ausencia absoluta en este sexenio que presume de libertad de expresión y que sanciona a todos los periodistas de diversas maneras o llamando a sus jefes de información o a los mismos dueños de los medios de comunicación para sacarlos de la jugada es decir para que ya no sigan criticando al gobierno del PG.

Finalmente hay que recobrar la buena imagen del ejército y la armada desde que terminó la revolución mexicana y la gente se percató de que hacían una gran labor en la reconstrucción del país y también ayudando con el famoso plan D N 3 para ayudar a la población en casos de desastre, punto este último que quiero mencionar: el que se ha tardado en dar la declaratoria para las zonas de desastre ha sido el PG y ha dejado muy mal sabor de boca con las calamidades que nuestro pueblo ha sufrido y sigue sufriendo por la falta de ayuda. Medicamentos y por ejemplo la reconstrucción de Acapulco, tan azotado por el huracán OTIS. La relaciones entre civiles y militares es un tema poco abordado y debe ser un sólido pilar de nuestra democracia, no cómo un símbolo de conflicto, que nos han hecho ver los políticos de uno y de otro lado con el clima de violencia en el que ha caído nuestra sufrida nación.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *