La plata zacatecana fue la financiadora de la buena vida y sostenimiento de la monarquía española durante tres siglos y el nivel de vida de los zacatecanos nada requería de la realeza española.

En ese auge minero, Juan de Tolosa conoció a la hija de Cortés. Cautivado con la belleza mestiza de Leonor Cortés Moctezuma, se casó con ella en 1550 y la hizo viajar de México a Zacatecas realizando una de las más ostentosas, hermosas y singulares bodas de esa época.

Isabel Moctezuma se contentó con su hija y moriría el mismo año del casamiento, heredando a Leonor el 20 por ciento de la encomienda de Tacuba con más de tres mil pueblos y sus habitantes, lo cual la convertiría en una mujer muy rica y de influencia. Con su casamiento, obvio, aumentó su fortuna.

Con este matrimonio se iniciaría una descendencia de vascos y aztecas que poblaría la región con el correr de las décadas.

Juan de Tolosa y Leonor Cortés tuvieron tres hijos: Juan de Tolosa Cortés Moctezuma, que se convertiría en vicario de Zacatecas; Leonor, casada con Cristóbal de Zaldívar Mendoza, otro fundador de Zacatecas; e Isabel, casada con Juan de Oñate, explorador y fundador de Santa Fe, Nuevo México, la primera colonia española, fundada en los Estados Unidos.

La trascendencia del esposo de doña Leonor en Aguascalientes quedó marcada cuando, por disposición del rey, recibió las tierras de Tepezalá, Cuicillo y Sierra de Ibarra, puntos importantes del Camino Real. La zona se reforzó con pobladores y guarniciones militares para detener a las hordas chichimecas que la asolaban.

Por el boom minero, las regiones se poblaron Tepezalá, Ciénega Grande y Cuicillo, fue una de las primeras poblaciones del estado hidrocálido. En 1546 Tolosa fundó Tepezalá, hoy Aguascalientes, era un sitio estratégico de doble utilidad: servía producía minerales y centro de refugio para viajeros.

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