• 15 de 17 aspirantes han acudido; uno fue aplaudido por su proyecto
  • La Convención Bancaria será crisol por quinta ocasión consecutiva
  • Tras el éxito del primer debate presidencial, la ABM copió el modelo
  • Al no hacer caso, AMLO construyó su Banco del Bienestar con sucursales

Carlos Ortiz Moreno / Expresiones Guerrero

Con sus 87 años de existencia de los 96 de la Asociación de Banqueros de México, la Convención Bancaria se convertirá por quinta ocasión en el crisol de la política mexicana. Los actuales tres candidatos presidenciales completarán la lista de 15 de 17 aspirantes que han desfilado en el evento. Solo uno ha sido aplaudido por el poder económico del país.

Por voz del presidente de la ABM, Julio Carranza Bolívar, se conoció en conferencia de prensa que el presidente Andrés Manuel López Obrador y los tres candidatos a sucederlo asistirán a la 87 Convención Bancaria, la cual se llevará a cabo en Acapulco el 18 y 19 de abril próximos. Según la agenda programada, el presidente López Obrador estará el primer día.

Al segundo día acudirán Claudia Sheinbaum Pardo, por la Coalición Sigamos Haciendo Historia, conformada por el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), Partido del Trabajo (PT) y Partido Verde Ecologista (PVEM); Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz por la alianza Fuerza y Corazón por México, integrada por el Partido Acción Nacional (PAN), Partido Revolucionario Institucional (PRI) y Partido de la Revolución Democrática (PRD) y Jorge Álvarez Máynez, de Movimiento Ciudadano.

1994 es considerado como uno de los años más polémicos de la historia moderna del país, puesto que se vivieron revueltas sociales con los zapatistas, el magnicidio de un candidato presidencial, una fuerte crisis económica y muchos otros aspectos que dieron pie a que años después se presentara una apertura democrática que no se veía en el país debido al dominio del Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Fue precisamente en ese año, el priista Luis Donaldo Colosio Murrieta propuso la realización del primer debate presidencial al que aceptaron inmediatamente Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, del Partido de la Revolución Democrática, y Diago Fernández de Cevallos, del Partido Acción Nacional. Pero un disparo en la cabeza le impidió concluir su propuesta.

Ernesto Zedillo Ponce de León lo sustituyó tras el asesinato y, posteriormente, ganó la elección que muchos la califican como un resultado moral a favor del sonorense que perdió la vida en Lomas Taurinas, una colonia pobre de Tijuana, Baja California.

A la siguiente elección presidencial, la Asociación de Banqueros de México decidió colocar su evento tradicional en un escenario político. Se trataba de que los aspirantes a la Presidencia de México expusieran sus proyectos nacionales, especialmente los relacionados con la Banca mexicana, vapuleada por gobiernos anteriores al serles arrebatados, mediante expropiación, sus instituciones.

El 5 de marzo del 2000, Acapulco fue el marco para que Vicente Fox Quesada, del PAN, aunque surgido de un grupo empresarial llamado Amigos de Fox, algunos de los cuales estaban afiliados a la ABM; Francisco Labastida Ochoa, por el PRI, y Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, por el PRD, se presentaran en la 63 Convención Bancaria.

El panista, quien a la postre rompió la hegemonía partidista del PRI en la Presidencia de la República al ganar la elección de ese año, fue el más aplaudido por los representantes del poder económico de México que consideraron su propuesta económica como viable, similar a la de Labastida Ochoa, y diferente a la de Cárdenas que, según los banqueros, estaba pensada para un país que no existe.

Fox Quesada, en aquella ocasión, ofreció un proyecto a gusto de los banqueros, una transición sin sobresaltos, estabilidad macroeconómica y apoyo a la Banca. Hasta les prometió mantener a un par de secretarios de Estado de la actual administración “porque queremos pasar por un puente seguro” al próximo sexenio.

La respuesta de los banqueros fue un largo aplauso, que ocupó el doble del tiempo del que le brindaron al priista Francisco Labastida, y que motivó incluso una explicación de Roberto González Barrera, de Banorte, quien afirmó que los aplausos fueron porque “Fox nos dijo lo que queríamos escuchar”.

El 25 de marzo del 2006, el presidente del Banco de México, Guillermo Ortiz Martínez, regañó a los banqueros por las elevadas comisiones de los servicios que, 18 años después, siguen igual y más grande la cartera vencida. A la 75 Convención Bancaria de Acapulco solamente acudió Roberto Madrazo Pintado, del PRI. Ni Felipe Calderón Hinojosa, posterior ganador de la contienda y la Presidencia de la República, ni Andrés Manuel López Obrador se presentaron.

La 69 Convención Bancaria devino foro exclusivo para Madrazo, pero el priista tuvo una anodina participación en la que se centró en recordar a sus contrincantes, a quienes definió como representantes de “la extrema izquierda conflictiva y radical, y la extrema derecha”.

En esa ocasión, la reaparición del finado exgobernador René Juárez Cisneros como coordinador general de la campaña permanente (la que se realiza sin la asistencia del candidato) fue más mediatizada que la presencia de Madrazo Pintado. El acapulqueño había renunciado tras la polémica que desató su relación con Kamel Nacif Borge, acusado de pedofilia, trata de blancas y violencia contra la periodista Lydia María Cacho Ribeiro.

El 17 de mayo del 2012, la convención de banqueros escuchó las propuestas para enfrentar los desafíos de la Nación, abordados por los candidatos presidenciales Gabriel Quadri de la Torre, de Nueva Alianza; Enrique Peña Nieto, del Partido Revolucionario Institucional y Partido Verde Ecologista de México; Andrés Manuel López Obrador, de la Coalición Movimiento Progresista, integrada por PRD, PT y Movimiento Ciudadano, y Josefina Vázquez Mota, del Partido Acción Nacional.

A la postre, el ganador de esa contienda fue el priista Enrique Peña Nieto que se llevó el 39.17 por ciento de la votación nacional, seguido por Andrés Manuel López Obrador, con 32.41 por ciento; Josefina Vázquez Mota, con el 26 por ciento, y Gabriel Quadri con el 2.34 por ciento.

El 12 de marzo de 2018 se realizó la 81 Convención Bancaria número 81 en el puerto de Acapulco donde, como cada año, se discutieron los retos y avances del sector financiero bajo el título La banca comprometida con México.

Acudieron los presidenciales independientes Margarita Zavala, Jaime Rodríguez Calderón, alias El Bronco, y Armando Rios Piter. Además, se presentaron José Antonio Meade (Coalición Todos por México), Ricardo Anaya (Coalición Por México al Frente) y Andrés Manuel López Obrador (Coalición Juntos Haremos Historia).

En esa ocasión, Marcos Martínez, entonces presidente de la Asociación de Bancos de México y anfitrión de la Convención Bancaria, repitió hasta la saciedad que su gremio no tiene candidato ni partido por lo que trabajaría con quien resulte vencedor en las elecciones de julio próximo.

Aunque los banqueros tuvieron una especial simpatía por José Antonio Meade, quien hasta hace unos meses se desempeñaba como secretario de Hacienda y mantenía una relación muy estrecha con el sector, finalmente el ganador de la contienda presidencial fue el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador.

Hace seis años, el candidato de la coalición Juntos Haremos Historia planteó a la banca ampliar el servicio a más puntos del país dado que, según sus datos, alrededor de mil municipios, de los 2 mil 469 municipios que hay en el país, no tienen servicios bancarios.

Como los banqueros del país le hicieron poco caso, su ya agonizante gobierno creó su propio modelo: el Banco del Bienestar, una institución bancaria mexicana de desarrollo dependiente directamente del Poder Ejecutivo de México que se convirtió en el principal dispersor de recursos de programas sociales del gobierno federal. Ello le permitió construir 3 mil 149 sucursales de las que 2 mil 750 fueron levantadas por soldados de la Secretaría de la Defensa (Sedena).

En una aparente mesa puesta para la sucesión partidista, como en los tiempos de hegemonía priista, Claudia Sheinbaum Pardo, Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz y Jorge Álvarez Máynez tendrán a su disposición el escenario para que los que manejan los dineros privados del país generen sus propias condiciones de actuación.

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