Divertir a los demás, la profesión próspera
Todos hemos escuchado que el trabajo, hoy por hoy, escasea, pero pocas veces entendemos a ciencia cierta el por qué de este fenómeno laboral y es por eso que conviene buscar respuestas, que no será la respuesta pero si da ciertas pautas del por qué.
Y es que nuestras sociedades construidas desde la llamada Revolución industrial del siglo XIX han colapsado y esto ha dado paso a que las nuevas tecnologías desplazan a pasos agigantados el trabajo humano, y cada vez son más las personas económicamente innecesarias.
En la actualidad, la Revolución Industrial, que tuviera su inicio en las ciudades del norte de Inglaterra, es ya mundial y que hoy ha quedado obsoleta.
“Hay muchas tendencias en las sociedades industrializadas que presagian un futuro en el que los seres humanos serán sustentados por las máquinas de la misma manera que nuestros antepasados vivían gracias al sustento que les proporcionaba la vida salvaje. (Moravec)
Ante esta crisis de que cada vez seremos sustituidos por las máquinas y es más estaremos sustentados por ellas, para muchos no les queda más que dedicarse a los nuevos trabajos que están a la orden del día: divertir a los demás: “casi todos los seres humanos trabajaremos para divertir a otros seres humanos”. (Moravec)
Sólo así se entiende a los influencers, youtubers, tik-tokeros, que se dedican de tiempo completo a crear contenido cuya finalidad es solo una: divertirnos. Nos han encontrado nuestro talón de Aquiles: divertirnos. Y esto sólo puede ser posible ante una vida sin sentido, metidos en horas infinitas de trabajo que no nos deja ninguna satisfacción, vidas enteras a soportar lo que somos y lo que hacemos. Así nace el tedio, la tristeza, burnout, ansiedad, neurosis, esquizofrenia, y un largo etcétera. De alguna manera tiene el hombre que vivir una vida alienada, o sea, vivir lo más ausente de uno mismo que se pueda.
“Se han desarrollado nuevas ocupaciones, que han sustituido a las de la era industrial. Muchas de ellas satisfacen necesidades que, en el pasado, habían sido reprimidas o disimuladas. Ha surgido una economía próspera de psicoterapeutas, religiones de diseño y boutiques espirituales. Pero detrás de todo ello se esconde también una ingente economía gris de industrias ilegales que proporcionan drogas y sexo. La función de esta nueva economía, tanto la legal como la ilegal, es entretener y distraer a una población que, aunque esté ahora más ocupada que nunca tiene la secreta sospecha de que sus esfuerzos no sirven para nada”.
Este agudo diagnóstico de John Gray, en su libro Perros de paja, (SEXTO PISO 2023) nos da muchas pistas de hasta dónde hemos llegados por el gran descuido en la formación de los seres humanos tal vez no hemos descubierto la solidez de la educación que necesita hoy por hoy todas las personas, o dicho de manera más clara, aún sabiendo que todos están necesitados de ubicar al ser humano vacío, le hemos entrado al quite de seguir distrayendo y divirtiendo a todos. Así nacen los sacerdotes, religiosas, religiosas influencers, youtubers, cantantes, que siguen en lo mismo: renunciando a formar y optando por distraer y divertir. Muchos, no todos, dan pena ajena incluso verlos ya no digamos oír lo que dicen.
LA DISCRETA POBREZA
Los trabajos tal y como los conocíamos cada vez desaparecerán paulatinamente, tal vez, más rápido de lo que creemos:
“En la actualidad, los oficios y las ocupaciones están desapareciendo. Pronto nos resultarán tan remotos y arcaicos como las jerarquías y los estamentos medievales.
“Nuestra única religión real es la fe superficial en el futuro, pero no tenemos ni la más remota idea de lo que este nos deparará. Solo los irresponsables incorregibles siguen creyendo en la planificación a largo plazo. Ahorrar equivale a jugársela, y las carreras profesionales y las pensiones son auténticas loterías. Los pocos que son realmente ricos tienen las espaldas bien cubiertas. La plebe -el resto de nosotros- vive al día”. (p.157)
En otras palabras, la clase media tiende a desaparecer y se le ve como un lujo que el capitalismo y no se puede permitir y pasarán todos a la pobreza y algunos, la gran mayoría a la pobreza extrema, sino que ya han pasado. Estamos asistiendo al fin de la igualdad, hoy la economía manda, lo queramos o no. A lo pobres se les deja solo a su suerte que se las arreglen solo como puedan, si es que pueden. Vivimos la oligarquía de los ricos. Y no se les puede tocar. (Según ellos, pero los tiempos cambian)
EL FIN DE LA PRODUCCIÓN Y EMPIEZA LA DISTRACCIÓN
De lo que se trata es combatir el aburrimiento, desde los niños hasta los ancianos, es como una plaga que ataca por todos lados, hay una amenaza principal es la pérdida del deseo.
Hay cada vez más necesidades exóticas, se inventan nuevos vicios, “el imperativo de la novedad perpetua, y su salud depende ahora de la fabricación de transgresión”.
Incluso han defensores de que los vicios en realidad lo que reclaman es una nueva economía:
“…la música,
los viajes, el hábito y el silencio no son más que dinero”. (J.H. Fryne)
Es la nueva economía, basada en la distracción, la diversión, y esto pasa por el fut-bol, conciertos, drogas, loterías, como que la nueva capital del mundo es Las Vegas, todos son antídotos contra el aburrimiento, parece que hay que vivir soñando y de la peor manera.
“Nuestros gobiernos se preparan para un futuro sin empleo […]. La gente seguirá trabajando, o mejor dicho, alguna gente seguirá trabajando, pero solo durante una década. Se retirará al final de los treinta, con cincuenta años de ocio por delante […]. Mil millones de balcones orientados al sol”. (Ballard)
Podemos poner en entredicho estas afirmaciones, pero algo de ello hay. Los ricos siguen trabando, el problema es el pobre que su realidad no le permite ver que lo único que le ayudará a salir adelante es trabajar con dignidad, y los empresarios que propongan trabajos mejores y remunerados que es una forma de compartir lo que tienen, no se trata de tener visiones paternalistas sino ser más equitativos.

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