A un paso de La Chingada

Al final del sexenio le vinieron a estallar en la cara todas las mentiras:

Es el presidente más desinformado. No hay avances en materia de seguridad. La corrupción creció en su mandato. SEGALMEX se convirtió, no solo en una mancha, sino en la expresión máxima de su doble moral.

De aquella acusación: “fue el Estado”, el régimen Lópezobradorista terminará con una absolución al Ejército. La misma conclusión de Murillo Karam, al que mantiene en la cárcel por mera persecución política y para mantener aterrados a todos.

Pero el karma existe. La captura de Zambada y otro hijo de El Chapo, no solo lo exhibe como farsante, lo pone contra la pared. Refleja el grado de desconfianza del gobierno de Estados Unidos, y de Biden en específico, sobre AMLO.

Andrés Manuel López Obrador no sabía nada. Fue tortuosa la perorata de él y Rosa Icela Rodríguez, diciendo que no estaban informados pero que “hay colaboración”. Estas detenciones echan por tierra su política de “abrazos, no balazos”.

También se vuelve una amenaza contra él y su familia, porque al final del camino, estas detenciones revelan que hay un debilitamiento en las filas del Cártel de Sinaloa, sus aliados aparentes.

Fue evidente, si no es que, hasta cínica, la protección que el régimen le dio al CDS durante todo el sexenio, con su política de Estado “Abrazos, no balazos”, que ponían en relieve una vieja y sucia relación.

Creyó que podía convertir dinero sucio en bueno.

Pero la fuga de Ovidio Guzmán fue el extremo. La teatralidad del mandatario para justificar “males mayores” fue punto de quiebre, junto con el bofetón a la DEA, cuando suprimió su paso por el país y les quitó las visas.

Ahora, el vilipendiado Biden le cobró, al final del camino de ambos, todas las cuentas. Sin embargo, en el ajedrez que juegan, siguen vivas sus reinas, curiosa similitud y patético colofón, porque los dos están a un paso de La Chingada.

Mientras AMLO entra a su eclipse, el Cártel Jalisco crece en poder y violencia. Aumentan los desplazados en Chiapas, pone en ridículo a un gobierno fracasado. Ahora hasta Guatemala es más humanitario que México.

A López Obrador le han importado un comino los desplazados. Hoy cientos de Chiapanecos están refugiados en Guatemala. AMLO debería tener vergüenza tan sólo por ese hecho.

Hoy el movimiento de la llamada Cuarta Transformación sólo queda como ejemplo claro del abuso del poder, antidemocracia, autoritarismo, autocomplacencia, débil autocrítica y enorme auto exaltación.

López Obrador queda como un hombre cobarde, que arremetió contra mujeres, ejerció la violencia política de género, violó no sólo las leyes y la constitución, sino los fallos judiciales de la Suprema Corte al negar el derecho de réplica.

AMLO y los suyos deben estar hoy preocupados. El asesinato del brazo derecho de Omar García Harfuch, por sí solo, era ya una señal de que el CJNG está muy cerca. Con esos asesinos no se puede negociar.

Ahora la detención, captura, entrega o secuestro de El Mayo Zambada y de otro hijo de El Chapo, incrementan los niveles de riesgo que se vive en todo el país, a partir de la violencia generada en el sur.

Están en riesgo familias y posesiones, porque el CJNG ha introducido el elemento del NARCOTERRORISMO y, sea quien sea el futuro presidente de Estados Unidos, aplicarán ese código para perseguirlos.

El CJNG ha colocado minas terrestres, bombardea con drones, ataca con tanques monstruo, incendia, desplaza comunidades enteras. Ha hecho de Chiapas un territorio sin ley, mientras Rutilio Escandón sólo posa para las fotos.

El régimen cree que mantiene el control del juego, porque le impone la lista de jugadores a la sucesora, y la exhibe como una dócil alumna que siempre obedecerá sus “consejos”.

Sin embargo, al final del sexenio, quizá lo mejor, será irse a Cuba o Venezuela, porque, La Chingada está muy cerca, muy a la mano de “El Mencho”. Ese es el estado en que dejará al país: de la chingada.

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