La llegada de Claudia Sheinbaum Pardo a la presidencia marca a la historia. Después de 200 años de mandatarios hombres, México, un país históricamente dominado por estructuras patriarcales, celebra la llegada de su primera presidenta.
Este hecho no solo es significativo por lo que representa a nivel político, sino también por lo que simboliza en la lucha de las mujeres por ocupar espacios de poder y responsabilidad.
LARGO CAMINO DE BARRERAS
Desde la independencia en 1821 hasta el presente, México ha tenido 65 titulares del Poder Ejecutivo, todos ellos hombres. Durante estos dos siglos, las mujeres han enfrentado barreras estructurales que les impedían llegar a los más altos puestos de toma de decisiones.
La investigadora del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la UNAM, Guadalupe Valencia, señala que este fenómeno responde a la persistencia de “esas barreras que impiden a las mujeres acceder a puestos de alta dirección o responsabilidad”.
La llegada de Sheinbaum Pardo, sin embargo, marca un punto de inflexión. Para Fernando Vizcaíno, del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, es evidente que la sociedad mexicana ha cambiado considerablemente en las últimas décadas.
“¿Por qué no llegó una mujer a la presidencia hace 20 o 40 o 50 años?”, se pregunta Vizcaíno. Y responde: “Porque nuestra sociedad tenía características de estructura, de jerarquía y patriarcales muy diferentes que se han ido, en cierta forma, diluyendo, no desapareciendo”.
A pesar de los avances, queda claro que las desigualdades persisten. Sin embargo, este es el momento de las mujeres, un tiempo en el que, como dice Valencia, “las mujeres hoy podemos sentirnos con derecho de exigir una óptica transversal que ilumine de morado, de lila, de verde las políticas públicas”.
LIDERAZGO FORMADO EN LA CIENCIA Y LA ACADEMIA
Claudia Sheinbaum no solo rompe con siglos de gobernantes masculinos, también representa una presidencia con un perfil académico y científico inusual en la política mexicana.
Con ella, serán nueve los presidentes formados en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y será la segunda con estudios en física e ingeniería, después de Pascual Ortiz Rubio. “Es además un gran gusto que llegue a la presidencia una científica que es también una colega, una académica, una investigadora de esta universidad”, comenta con orgullo Valencia.
Este perfil no es solo una curiosidad académica; es un testimonio de la evolución de las instituciones educativas y de la inclusión de las mujeres en áreas tradicionalmente dominadas por hombres, como las ciencias exactas y la ingeniería.
La figura de Sheinbaum Pardo, por tanto, se erige no solo como una líder política, sino también como un símbolo de los avances de las mujeres en el campo académico y científico.
CAMBIO GLOBAL Y LOCAL
Con su toma de posesión, Sheinbaum Pardo es la mandataria número 27 en el mundo, uniéndose a una selecta lista de mujeres que actualmente ejercen el máximo cargo de sus naciones.
El ascenso de Claudia Sheinbaum a la presidencia de México es un reflejo de la evolución de la sociedad mexicana. Es, como subraya Guadalupe Valencia, “tiempo de mujeres”, un tiempo en el que las estructuras patriarcales comienzan a ceder y las mujeres se apropian de su derecho a liderar.
El primero de octubre de 2024 será recordado como el día en que una mujer rompió el techo de cristal más alto en la política mexicana, pero también como el comienzo de una era en la que las mujeres se consolidan como protagonistas en la construcción del futuro de México.