El pendejo (*)
Por: Miguel Ángel Mata Mata
LA SOLEDAD DE LA COSTERA
Él es un hombre mayor a los noventa. Fue exitoso como mercadólogo, en el tiempo en que esa profesión no aparecía. Al final de su vida laboral decidió fincar su residencia en Acapulco.
Ni una pandemia, un sismo o dos huracanes lo han ahuyentado. Él sigue ahí, frente a la mar.
Una de esas cálidas noches le sorprendió a la mitad de la costera Miguel Alemán. Triste, acarició la soledad de su auto en el central carril, de tres disponibles. Nadie detrás, por delante o a los costados. La soledad de la costera heló su nostalgia:
¿Cuándo, antes, la costera lució tan solitaria, como hoy?
La nostalgia del Acapulco internacional, convertida en una orden de cinco tacos al pastor, llamó su atención.
Solitario mesero meneaba su cabecita de la derecha a la izquierda, y de la izquierda a la derecha. Su instinto le decía que ese joven cazaba al ausente cliente.
La soledad ha sido la respuesta. Pocos son los que hoy vienen a visitar al ajado Acapulco.
¿Por qué?
LOS BLOQUEOS
Primero salieron supuestos colonos afectados por el huracán Otis. “Jamás fuimos censados ni recibimos dinero o enseres”, dijeron bien plantados en el corazón de la costera Miguel Alemán, en la glorieta de la Diana Cazadora.
Les siguieron grupos de supuestos familiares de marineros y capitanes de yates de recreo. “Jamás nos ayudaron”, clamaron otra vez ahí, en la glorieta.
Les siguieron grupos de dueños de restaurantes y quienes dijeron ser prestadores de servicios turísticos en las playas. Como que algo no comenzó a cuadrar con esos inconformes instalados ahí, en la glorieta de la Diana Cazadora.
La tarde del martes circuló en redes y medios de comunicación el anuncio de una agrupación llamada Frente Democrático de Guerrero. Anunciaban el bloqueo de carreteras federales y avenidas principales de importantes ciudades del estado de Guerrero, incluida la glorieta de la Diana Cazadora.
La agrupación, desconocida hasta antes de ayer, publicó, entre otras, las causas por las cuales bloquearían vialidades: que “se cambie el uso del suelo en la comunidad San Pedro las Playas para la construcción de un desarrollo inmobiliario”, en aquella localidad ubicada en las zonas inundables de Acapulco.
En Chilpancingo, trágica coincidencia, uno de los tres ejecutados en un ataque portaba una manta de ese nuevo Frente Democrático. Se especula que bloquearía, junto con otros transportistas, vialidades en la capital del estado.
LOS AUTÉNTICOS TURISTEROS
En redes sociales, a partir de una entrevista que ofreció al noticiero de Pepe Cárdenas, en Radio Fórmula, el economista acapulqueño, Javier Morlet, alguna empresaria relató la dificultad por la que atraviesan los empresarios dedicados al turismo, luego de los huracanes.
La empresaria relató cómo, a partir del huracán Otis, ella, y otros muchos, tuvieron que pagar la renta de sus locales; el impuesto mensual al dos por ciento, al gobierno del estado; el ISR e IVA a la autoridad federal; en muchos casos el predial al municipio; el agua a la CAPANA, a pesar de no contar con el servicio; la energía eléctrica a la CFE la que, a pesar de haber suspendido el cobro por un lapso, al final hizo altos cobros y, la cereza del pastel:
El Instituto Mexicano del Seguro Social suspendería los cobros, según lo dicho por el ex presidente López Obrador en su mañanera. Mentira. Al final de la jornada el IMSS envió requerimientos a los crédulos empresarios: “solo fue una prórroga”, les dijeron.
Deberán pagar todos los bimestres, a pesar de la tragedia.
El colmo ha sido que, quienes han decidido creer que la economía se recuperará, han abierto sus negocios para hallarse con la triste realidad de que sus empleados no quieren regresar al trabajo porque ya recibieron dinero del gobierno, lo mismo que enseres para el hogar.
Ahora andan en las protestas y bloqueos en la Diana Cazadora. Alguien les ha dicho que solo protestando le torcerán la mano al gobierno federal y este les dará más.
Han abandonado su trabajo formal para convertirse en carne de cañón de lucradores profesionales.
LA REALIDAD
La semana pasada hubo festejo por el 144 aniversario del inicio de la Revolución Mexicana. Por tal motivo hubo un descanso por casi cuatro días. Los leales entre los leales turistas, los chilangos, llegaron a las playas de la bahía.
Triste situación: una ciudad, en obra gris, con obras de reconstrucción que hacen poco agradable la estancia y, el colmo, bloqueos en la principal arteria de la ciudad por quienes, se supone, pudieron estar en la atención a los visitantes, ganar salario y propinas.
Prefieren estirar la mano y darle un balazo a la actividad turística de la ciudad.
AUN MAYOR TRISTEZA
El personaje descrito líneas arriba, en medio de la soledad de la costera Miguel Alemán, viajó por esa avenida en pleno puente vacacional. Lo que vio y sintió es el efecto de lo que podría ser permanente: la fuga del poco turismo que nos queda.
Al día siguiente salió. Quiso llegar a la zona dorada. El bloqueo santo de cada día lo impidió. Se metió a un restaurante icónico del puerto, cerca del Fuerte de San Diego. Leyó la carta y ordenó una tampiqueña, término medio, con una botella de vino.
— “Hay carne tres cuartos”, le respondió un jovencito disfrazado de mesero.
— Ja. Río antes de meterle tremenda regañada al flacucho que insistía: “la carne que hay es tres cuartos”.
Llegó alguien, al parecer con mayor jerarquía. Corrigió al joven y ofreció disculpas al comensal. “Es que nuestro personal anda en las protestas y hemos tenido que improvisar a jovencitos que trajimos de fuera del puerto. Él no sabe lo que hace”.
Aceptada la disculpa insistió en su botella de vino. “Es que tampoco tenemos vino”.
— Jaja, soltó ,la risotada. “Tráeme entonces una pinche Heineken”. Porque tampoco tenían Corona.
Acapulco ya está asi: ajado. Abandonado. Con improvisaciones. Con lucradores profesionales que le dan balazos al moribundo puerto que ha sobrevivido a una pandemia, un sismo y dos, dos, huracanes.
EL PENDEJO
Cuentan que allá, en un pueblecito de la región de La Montaña de Guerrero, un campesino sufrió la pérdida de parte de su granja, ante el paso de una tormenta.
— “Gracias, mi Señor Dios, porque a pesar de que destruiste el corral, me quedó la milpa, los árboles, las gallinas y los chivos. Gracias, Señor, mi Dios”, dijo con los ojos puestos en el Cristo y, él, en el reclinatorio con las manitas juntas, a la mañana siguiente, en la iglesia del pueblo.
La noche siguiente llegó un vendaval y arrasó con la milpa.
— “Gracias, mi Señor Dios, porque a pesar de que destruiste el corral y la milpa, me quedan los árboles, las gallinas y los chivos. Gracias, Señor, mi Dios”, dijo con los ojos puestos en el Cristo y, él, en el reclinatorio con las manitas juntas. El badajo de la campana de la iglesia llamaba a misa de siete.
Llegó una tromba a la noche siguiente. Arrancó los árboles frutales, de raíz, y se los llevó a la Quinta Chingada.
— “Gracias, mi Señor Dios, porque a pesar de que destruiste el corral, la milpa y los árboles, me quedan las gallinas y los chivos. Gracias, Señor, mi Dios”, dijo con los ojos puestos en el Cristo y, él, en el reclinatorio con las manitas juntas.
La noche que siguió otra tormenta azotó la región. Desaparecieron las gallinas. Con todo y huevos.
— “Gracias, mi Señor Dios, porque a pesar de que destruiste el corral, la milpa y los árboles, y se fueron las gallinas, con sus huevecitos, me quedan los chivos. Gracias, Señor, mi Dios”, dijo con los ojos puestos en el Cristo y, él, en el reclinatorio con las manitas juntas.
Otro vendaval llegó a la siguiente noche. Se llevó a los chivos.
— “Gracias, mi Señor Dios, porque a pesar de que destruiste el corral, la milpa y los árboles, y se fueron las gallinas, con sus huevecitos, también te has llevado a mis chivos. Gracias, Señor, mi Dios.”, dijo con los ojos puestos en el Cristo y, él, en el reclinatorio con las manitas juntas.
— “¿Pero sabes qué, Mi Señor Dios? ¿Sabes qué?
— Acá. Acá. Acá está tu pendejo.
ASI, ACAPULCO.
Le pasó encima una pandemia que paralizó la economía.
Un sismo debilitó miles de edificios que jamás recibieron una inspección de las direcciones de protección civil.
Un huracán poderosísimo, cuyos vientos fueron comparados con las turbinas de un jet, destruyeron la ciudad y evidenciaron la corrupción de poco éticos arquitectos que construyeron, con cartón, condominios que vendieron en millones, y se justificaron, cínicos, con un “pero la estructura quedó muy bien”. Otis se llamó, y lo recordaremos.
Otro huracán llegó para inundar donde todos sabían que se inunda. Quitó la careta a jambados empresarios de la construcción que hicieron millones con la complicidad de FOVISSSTE e INFONAVIT, para vender casitas a incautos.
Se llevaron el dinero y dejaron el problema a los gobiernos que, cada año, deben pagar reparaciones y dar dinero a los damnificados. John se llamó ese fenómeno.
Ajado, como quedó, Acapulco recibe disparos al corazón de la actividad turística con bloqueos que buscan saciar necesidades individuales, por encima del derecho de los demás.
Como vamos, así, solo nos queda ir a la iglesia.
Postrarnos ante el reclinatorio. Juntar nuestras manecitas. Mirar al Cristo que tendremos al frente y decirle al “Señor, mi Dios. Acá está. Acá está. Acá está tu pendejo”.
EL PENDEJO
El pendejo es un pelo que nos nace, a todos, todas y todes, entre el órgano sexual y el ano. Todos los días, entre dos, tres o cuatro veces, es limpiado luego que es bañado con orín y excremento.
No lo puedes ver. No sirve para maldita cosa.
Pero. Pero si te lo arrancas, sientes que se vacía tu vida.
Hay, aún, más: un badajo, como el de las campanas, aparece como gota en la punta de ese pendejo. Es la máxima expresión y se le llama Badajo de Pendejo.
QUE CONSTE
QUE La próxima semana, a partir del miércoles, los secretarios de despacho del poder ejecutivo de Guerrero, salvo el fiscal de la entidad, habrán de comparecer ante los diputados locales, como parte den análisis al tercer informe de la gobernadora, Evelyn Salgado Pineda.
En un contexto de inestabilidad municipal y hechos de violencia, el Coordinador de la JUCOPO, Jesús Urióstegui García, trabaja de la mano con la gobernadora Evelyn Salgado. El liderazgo del joven político, garantiza estabilidad y gobernabilidad en Guerrero, saliendo al paso de conflictos que incluso no fueron generados por él, priorizando siempre el diálogo y el consenso.
QUE la presidente municipal de Acapulco, Abelina López Rodríguez, avanza, de a poco, pero firme, y en coordinación con la gobernadora, Evelyn Salgado Pineda, en la reconstrucción de un Acapulco que sigue como en obra gris, pero en franca reconstrucción.