Hay registros de creencias de que los nahuales son en su mayoría brujos, pues se transforman en animales para “echar el mal”. Estos se alimentan del alma de las personas, a quienes les provocan enfermedades e, incluso, la muerte.

También existen chamanes que son nahuales, pero ellos usan este don para defenderse de los brujos.

Para que los brujos tomen forma de animal tienen que hacer una serie de rituales y así invocar sus poderes nahuales, también se cree que se trata de una proyección fuera del cuerpo, cuando el brujo duerme, su alma se desprende y deambula hasta incorporarse en un nuevo ser.

De acuerdo con Pastrana, en el libro Las cabezas rodantes del mal, brujería y nahualismo en los Altos de Chipas (1990), los tzotziles de Zinacantán tienen la creencia que todos los humanos tienen un espíritu guardián que los acompaña durante toda la vida.

Por cada alma humana corresponde un chanul , toná. Cuando la persona muere también lo hace su chanul, mientras que su nahual regresa al inframundo y se queda en la espera de un nuevo dueño.

Los tzeltales de Oxchuc dicen que solo los ancianos con cargos importantes, los chamanes y los brujos son nahuales, pero estos son incorpóreos y únicamente bajo algunas circunstancias la naturaleza los materializa en animales.

Para los tzeltales del municipio de San Juan Cancuc, existen hombres y mujeres con poderes de animales, a estos se les conoce como labiles, estos seres usan sus poderes para enfermar a las personas e incluso matarlas.

El autor menciona como ejemplo que cuando un labil le tiene coraje a una persona, se transforma en viento para destruir su milpa, también se dice que se pueden convertir en rayos y de esa forma atacan al individuo en cuestión. México Desconocido.

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