Por Abel Miranda Ayala

La muerte del sacerdote Bertoldo Pantaleón Estrada es la sexta muerte de un miembro del clero en el estado de Guerrero en años recientes, además de un ataque a balazos en que el religioso resultó ileso, otros curan han denunciado secuestros, amenazas y extorsiones.

En el año 2004 el sacerdote Marco Antonio Crispín Flores fue localizado sin vida a la altura del Crucero de Maxela, a 25 kilómetros de Iguala, su cuerpo mostraba huellas de tortura, el se desempeñaba como párroco de la iglesia de la comunidad de Cacalotenango perteneciente al municipio de Taxco y fue sepultado en el santuario de Tixtla su ciudad natal.

En el año 2014 dos sacerdotes de Guerrero fueron asesinados, uno de ellos fue John Senyondo de Uganda, que fue reportado como desaparecido por la diócesis de Chilpancingo- Chilapa durante el mes de mayo y sus restos se localizaron en una fosa de la ciudad de Iguala.

En diciembre, el padre Gregorio Gorostieta, “Goyo”, perteneciente a la diócesis de Ciudad Altamirano, fue asesinado y sus restos abandonados en un paraje de la carretera Iguala- Ciudad Altamirano.
En febrero del año 2018 fueron asesinados los sacerdotes Iván Añorve Jaimes y Germaín Muñiz García, el hecho ocurrido en la entrada a la cabecera municipal de Taxco, y los sacerdotes regresaban de un baile en la comunidad de Juliantla que había sido amenizado por el grupo musical Bronco.

Los curas fueron atacados a balazos y quedaron dentro de su camioneta privados de la vida por los impactos de arma de fuego, el motivo del crimen nunca fue aclarado.

Otro incidente de violencia en contra del clero fue el registrado en febrero del 2024 en el que se atentó contra el sacerdote Filiberto Velázquez cuando salía de la normal de Ayotzinapa a donde había acudido a una reunión de organización en el marco del movimiento por la presentación con vida de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa, los impactos de bala los recibió su vehículo y él resultó ileso.

Obispo
El obispo emérito de Chilpancingo Salvador Rangel Mendoza también fue víctima de un atentado en el que se le privó de su libertad en la ciudad de Cuernavaca Morelos y se le localizó días después en un hotel seriamente golpeado.

Sobre el incidente hubo muchas versiones pero no hay una claridad plena en torno a lo que ocurrió con el obispo.

Este mismo obispo dio a conocer que sacerdotes de la Sierra de Guerrero estaban amenazados y extorsionados por grupos delincuenciales algo que se resolvió luego de que él dialogara con líderes de organizaciones delictivas.

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