TRAS BAMBALINAS. El miedo del 4Teísmo a la Generación Z

Por JORGE OCTAVIO OCHOA

Es infame buscar en las redes sociales y medios digitales, a los nuevos adversarios para culparlos de la tensión que vive el país. Doblemente infame es pretender reabrir el asesinato de Luis Donaldo Colosio, ocurrido hace 30 años en el sexenio del “Salinato”.

Pero lo más infamante ahora, es querer denigrar las movilizaciones de jóvenes de la llamada “Generación Z”, al puro estilo Díaz Ordaz, que atribuyó el movimiento del 68 a influencia extranjera, y decir que a los “centenial”, los mueve la ultraderecha.

La presidenta Amenaza con investigar para saber quiénes promueven esas acciones. Les da así a las protestas, un tono de insurrección. Quieren los 4Teístas, fichar como “traidores a la patria” a todos aquellos que en esto participen, o ficharlos como miembros comprados de Claudio X González y el PRIANISMO. 

La Generación Z son los jóvenes nacidos en 1995, la era del internet, conocidos también como los centennials, que han encontrado en la tecnología digital un modo de vida y expresión. A estos, es a los que ahora pretende perseguir, pese a que fue López Obrador quien usó esa estrategia para llegar al poder.

Seguimos sin saber, por ejemplo, por qué a medios ignotos, como Doble L Medios o Talleres del Sur, de Jesús Ramírez y Vietnika Batres, recibieron carretadas de dinero, sin que millones de mexicanos los conociera, ni hubiera tenido un ejemplar de ellos en las manos.

Olvídese usted de que siquiera los hubieran visto o leído. Es dinero líquido, que se usó para corromper “influencers”, agitar granjas de BOTS e implementar campañas mediáticas sin informar al Congreso, ni a la ciudadanía. Desde ahí, se movieron más de 2 mil 800 millones de pesos, para alimentar el discurso de odio.

Quién iba a pensar que la narrativa daría un vuelco. Hoy, ni todo el dinero a los influencers, ni toda el agua de los mares, han podido cambiar los hechos: con Andrés Manuel López Obrador, el volumen de muertos en Michoacán se triplicó desde que en el 2006 Felipe Calderón instrumentó su “Guerra”.

Con el panista hubo 4 mil 562 personas asesinadas, contra 13 mil 405 del morenista y 7 mil 964 del priista Enrique Peña Nieto. La comparación viene al caso porque Sheinbaum se refirió a una “Guerra” iniciada hace 19 años, justo al inicio del último sexenio panista.

Ella, de inmediato culpó a los medios, a los “comentócratas”. Habla de una guerra que desde los tiempos de Cuauhtémoc Cárdenas se gestó y ni PRI, ni PAN, ni PRD, ni mucho menos Morena, han podido resolver. Lo peor del caso, es que no se quiere dar cuenta de que, es a ella, a quien le han declarado frontalmente la guerra.

Además, fue Cárdenas Batel quien pidió el apoyo federal de Calderón. A la luz de los hechos, resulta hasta inmoral hablar de “ir a las causas” del crimen organizado, con la estela de evidencias sobre nexos familiares de morenistas con narcotraficantes. Esos son los casos de Ramírez Bedolla y Evelyn Salgado.

En ambos casos, el creador de Morena ya tenía información de los nexos de ellos dos, y muchos otros dirigentes de su partido, con Cárteles criminales que ahora extorsionan. Alfredo Ramírez Bedolla fue secretario de gobierno con Leonel Godoy, cuyo medio hermano fue vinculado con actividades de narcotráfico.

Ramírez Bedolla es sobrino de Adalberto Fructuoso Comparán Rodríguez, que la DEA tuvo fichado como cabecilla de Cárteles Unidos, enfrentado en Michoacán con el CJNG. Este sujeto, junto con su hijo, fue detenido en 2021 por introducir metanfetamina desde México a Texas.

Obviamente, el gobernador ha dicho que desde hace 10 años dejó de ver a su tío y a su primo hermano. Sin embargo, la cercanía de esa familia a los grupos criminales más peligrosos, como Los Viagras, está documentada. Nada de eso le pareció delicado al “creador” del movimiento más grande de América Latina: la 4T.

Hoy, bajo esa óptica, este régimen tiene ya 3 estados de la república en vilo: Michoacán, Sinaloa y Guerrero. Estos viven situaciones de excepción, con una violencia que se respira en las calles, en el día a día, por las extorsiones de criminales

La insurrección en Morelia y los gritos de “Claudia no escuchó y el gobierno lo mató”, pegan en la línea de flotación del 4Teísmo, por mucho que ella se enfurezca, y encuentre en los “personeros de la derecha”, a sus únicos enemigos.

Hoy, muchos quisiéramos ser solidarios con la presidenta tras el incidente en el Zócalo, donde un sujeto se le acercó de manera soez y peligrosa, pero el nivel de credibilidad de Morena cada día está más bajo.

No podemos olvidar la infame actitud de la gobernadora, Rocío Nahle, que redujo la muerte de la maestra Irma Hernández Cruz a un “paro cardiaco”, en medio del terror que sufrió por días, secuestrada y entre las metralletas de criminales.

La muerte del joven líder limonero Bernardo Bravo Manríquez habría quedado en el olvido, de no haber ocurrido el asesinato de Carlos Manzo. Pero 4 días después hubo otro, el de la regidora de Cacahuatepec, Oaxaca, Guadalupe Uribe Ceballos.

Las redes también explotan en reflexiones lapidarias, que no dan respiro al 4Teísmo y Morena: “El asesino (de Carlos Manzo) gozó de todos los apoyos que ellos se inventaron para ROBARSE el presupuesto y comprar voluntades”.

Aun así, Sheinbaum insiste en politizar el tema. Sigue en su rol de líder de partido, pero NO de jefa de Estado. Habla de “ir a las causas”, cuando la estrategia de los abrazos, evidentemente no ha funcionado. El enfoque principal de programas como “Jóvenes por el Futuro”, era precisamente esa generación de muchachos, acuciados por la pobreza, el abandono y la marginación de regímenes indolentes.

Ella dice que “fueron 36 años de abandono de los jóvenes. Apenas se recuperó durante 6 años, una política de avance de la educación y en atención a los jóvenes”. El asesino de Carlos Manzo era de dicha generación “objetivo”, a la que se quería atender. ¿Qué pasó entonces? ¿Qué falló?

Ella dice que “Nadie quiere que los jóvenes se acerquen a los grupos delincuenciales”. El problema es que, en uno de los estados gobernados por Morena, Sinaloa, es donde se ha desatado la peor cifra de muertos que país sin guerra haya tenido en su historia.

Lo peor: ahora, el crimen organizado ha optado por el secuestro de niños. La Fiscal General del Estado (FGE), Claudia Zulema Sánchez Kondo, reveló que en tan sólo 10 meses, en Sinaloa desaparecieron 144 menores de edad. De ellos, fueron localizados con vida 78 y 6 sin vida; 60 siguen desaparecidos.

Se trata de muchachos que, en teoría, nacieron bajo la cobertura de los programas sociales que ha implementado Morena después del 2018. Algunos tenían sólo 3 años. La intención, la buena voluntad se entiende, pero hay un fracaso evidente.

EN MICHOACÁN, LOS NIÑOS REACCIONAN

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