Mary Shelley en 1818 coloca en la sociedad no solo el papel de la literatura de terror con el que fue retada a escribir, sino que da a ese enfoque la fascinación del momento sobre la ciencia, la vida, la muerte y también hace volver la mirada de la sociedad británica al reconocimiento de la aportación a la literatura de las mujeres.

En la nueva adaptación de esta obra realizada por el mexicano Guillermo del Toro, quien se reivindica con esta después de su película “la forma del agua” que pese a alcanzar un premio no logra hacerla trascender en la sociedad y busca con éxito centrar la atención en una visión quizá más cercana a la propuesta de la autora, una mujer que aporta y cuestiona la filosofía de la obra y que es la esencia misma de su propuesta: Dar vida.
Mirar la película en el contexto del México que vivimos, con el dominio del partido MORENA, con la protesta ciudadana, con la violencia, con la dádiva que distorsiona la percepción de la realidad y sepulta la conciencia, me lleva a considerar que salvo el último rasgo de humanidad y de amor que provoca Frankestein, MORENA tiene semejanza con Víctor Frankestein.
Víctor se obsesiona con la idea de vencer a la muerte y generar vida a partir de ella. Encuentra su mecenas en intereses oscuros que obtiene ganancias a partir de la muerte, sin escrúpulos y que, en el fondo, quiere usar al científico para tener vida eterna.
MORENA como el científico, está construido con “cuerpos muertos” de diferentes personas de los partidos que provienen, logra sacar de cada uno la parte que le ayudará a crear lo que llamará “monstruo”, y usa la catástrofe de la naturaleza a su favor.
Víctor, el “monstruo” es encadenado por su creador porque le tiene miedo e intenta someterlo a golpes y dádiva, con dolor pero sin liberarlo
de sus ataduras, le recuerda permanentemente quién es su creador para dominarlo y le impone su nombre como una forma no de identificarlo sino de perpetuarse a sí mismo… como MORENA.
La lucha entre ambos nos muestra la lucha actual de MORENA frente a la sociedad que rechaza y teme al monstruo y se persiguen pero se justifican, matan a quien intenta ayudar porque se opone a la superviviencia del monstruo e intentan aniquilar cualquier muestra de subordinación.
Víctor Frankestein, el científico es cuestionado sobre la conducta de su creación sobre el amor, sobre Dios, sobre la filosofía de su obra; MORENA sabe que no tiene una ideología propia, que los cadáveres que integran su estructura tiene sus propios intereses y ocultan lo que apesta porque, finalmente, también una parte de esos cadáveres está dentro del cuerpo del movimiento.
Frankestein busca destruir a su creador porque le falta ideología en la permanencia que le dio, como MORENA evade su responsabilidad de siete años de ejercicio de gobierno echándole culpa al pasado, reviviendo los cadáveres políticos que sean necesarios para ocultar el rostro de su monstruo que busca destruir con violencia, con miedo, con desconfianza, con descalificación cualquier cuestionamiento.
Sin embargo no puede ser MORENA el Prometeo de la mitología griega como se pretendió, y aunque intenta ser un benefactor de la sociedad mexicana, carcome no como águila, sino como buitre el hígado de las finanzas para sobrevivir. Quizá para el 2027, algunas partes de ese Frankestein logren recuperar su propio cuerpo, recordar su ideología, y se vayan contra su creador para encontrar una esencia de la que no fueron dotado: humanidad y amor. Surrealismo?
SURREALISMO POLÍTICO
MARTÍN MARTÍNEZ OLVERA

