Hermenegildo, y Julián de Ávila, nacido en el Rancho de las Tortugas, muy cercano a Tecpan, hoy de Galeana, a un lado de la parcela familiar del Cuajilote, eran buenos amigos, se encontraron en el centro del poblado y se saludaron. Se conocían desde niños.

Julián, era su aliado y había participado en la revuelta contra el Temastián, jefe civil, José Navarrete apoyados por lo curas y comentaron los pasajes de cómo los expulsaron por sus vilesas y de la vergüenza abandonaron el pueblo. Se extendieron en la charla sobre los planes de trabajo y de qué hacer para producir más y otros tópicos de las noticias en la población.

Julián de Ávila y Hermenegildo se unieron a Morelos el 5 de noviembre de 1810, estuvo cerca de Hermenegildo y era uno de los que más convivía, pues a veces trabajaba en el Cuajilote, propiedad del padre de Galeana, como peón.

Ávila, fue al que le encargó Morelos la custodia del Cerro del Veladero en Acapulco, primer espacio ganado por su ejército.

Desde ese montículo se dominaba toda la extensión de Acapulco, se veían los movimientos de los soldados del Virreinato, llegada de barcos. Todo lo ocurriera.

Ávila estaba pendiente de los movimientos de los españoles y, bajaba con sus hombres y atacaba la guarnición virreinal y de inmediato subían a la colina donde el grupo dejado arriba atacaría a los soldados que los persiguieran. Guerra de Guerrillas.

Así lo hizo varias veces, incluso lograron matar y a herir a varios soldados y mantenían en constante alerta los jefes militares que nunca pudieron darles alcance en su huida a la cima del famoso Veladero. Hermenegildo, fue más trascendente, fue pieza clave en más de 75 combates para darle la Victoria a Morelos. De mi libro, De la Cárcel a la Insurgencia, Hermenegildo Galeana.

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