“Hay golpes tan duros en la vida del hombre, como el odio de Dios” Gabriel Celaya

Cabalgaron los Jinetes del Apocalipsis, sobre la tierra? Arremetieron sobre este terruño denominado Acapulco, donde dejaron dolor y olor a muerte, irá y desesperación, desaliento y esperanza, ante la pregunta, de qué estamos hechos y para qué estamos preparados.

Menos de dos minutos bastaron para recordarnos lo frágil que somos y lo fuerte, enormemente fuerte que podemos serlo, no para enfrentarnos a la fuerza de la naturaleza sino para mostrar de lo que somos capaces ante esas adversidades… “Y la vida nació entre las luminiscencias del temblor”.

Pero porqué usar el dolor humano para mostrar algo que no somos. “Por mi pueden quedarse a dormir ahí”, atajó la alcaldesa Adela Román Ocampo ante los primeros plantones de su administración, cuando en campaña, si es que hizo campaña, afirmó, “Van a contar conmigo”. Y le creímos…lo que se fue desvaneciendo al paso de los días, las semanas con la arrogancia y soberbia que la caracterizan y que traía muy oculta pues requería de los votos.

No es la única, ni lo será, pese hoy a caminar sobre escombros y abrojos nadie cree que sea un real sentimiento lo que maneja…el dolor humano no se mitiga con demagogia… La 4T ahí quedó en Acapulco, entre los escombros que dejó a su paso el terremoto del pasado 7 del presente, lo que le faltaba a la pandemia..sepultarla.

La 4T desapareció, tal vez nunca existió en Acapulco y será muy difícil instalarla en Guerrero, no hay partido y muy difícil será la gobernabilidad en el mismo. Adela Román alimento la vanidad y la ambición por encima de los valores y el oficio político que mucha falta le hizo, se adjudico el poder omnimodo al tenor del inquilino de Palacio Nacional, olvidó los consensos para armar un proyecto de gobierno, y sin equipo, porque este no lo tuvo, solo escuchó las palabras vanas y la adulación de los aplausos…que rara vez sin cinseros

Dieciocho meses de pandemia y tan solo menos de dos minutos de un sismo para destrozar un proyecto político que nunca maduro, pero no se va con las manos vacías, pero si su imagen profundamente deteriorada, entre los escombros y las paredes cuarteadas mostró lejanía, hartazgo, cansancio, deseos de desaparecer, acompañada de un equipo de jóvenes funcionarios que pudieron ser más, estar en otros niveles, pero no lo permitió, los uso como peones, sin saber que al final de la partida, rey, reyna y peones vuelven al mismo cajón.

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