Vicente Guerrero y Agustín de Iturbide se entrevistaron en Acatempan, hoy Estado de Guerrero, varias ocasiones, para afinar el cese de la Guerra de Independencia y, en consecuencia, la consumación de la libertad de México.
El 10 de enero de 1821, Guerrero, Jefe del Ejército Insurgente del Sur, recibió una carta de Iturbide, comandante en Jefe de las fuerzas realistas, le pedía se sometiera al gobierno y, a cambio, le serían reconocidos su grado, su ejército y el territorio que dominaba.
Guerrero respondió negándose y conminó a Iturbide a pelear por la independencia. A su vez, Agustín le respondió que sólo les quedaba acordar, “por un plan muy bien trazado y buscar el camino más corto: “Cuando hablemos los dos, se asegurará de mis verdaderos sentimientos, deseo con más ardor ansías y comprobar con obras mi verdad y que su mano besa”.
Guerrero e Iturbide se reunieron en Acatempan, Iturbide rindió homenaje a Guerrero, el 15 de febrero, ambos sellaron su acuerdo “con un abrazo, dice la historia.
En la realidad, este acto no existió, es un simbolismo del acuerdo entre ambos.
Siguió la proclamación del Plan de Iguala, del que resultara la unificación de los ejércitos de Guerrero e Iturbide para surgir el Ejército Trigarante y consumar la independencia de México. Pero cuando Iturbide se proclama emperador de México, Guerrero se distancia de él.
Iturbide, al llegar al poder y convertirse en emperador, confinó a Vicente Guerrero y sus hombres en Zacatula, con el Nombre de “Patriotas de Zihuatanejo”, para desaparecer con ellos los vestigios insurgentes en el país.