Por Edmundo Cázarez C
-Tercera y última parte-

Reza el refrán que nadie es profeta en su tierra, sin embargo, para Pedro Sol, uno de los más grandes caricaturistas que ha dado nuestro país, en los tiempos de crisis, también son tiempos para el humor. Un caricaturista singular por su estilo propio, quién, con una sobrada sensibilidad y agudeza, ha logrado retratar, en cada uno de sus dibujos, los aspectos paradójicos del diario acontecer de un gran país llamado MÉXICO.

El trabajo de Pedro Sol, aún dentro de una crisis terrible y profunda como la que vive, hoy en día, esta gran nación debido al desencanto, al enfrentamiento y encono social que ha provocado la 4T, le da un valor especial, pues comprueba que, incluso, en los tiempos de infortunio, siempre se puede arrancar una sonrisa.

En esta tercera y última parte de la entrevista exclusiva que concedió a ÍNDICE POLÍTICO, afirma que si los presidentes no tienen la capacidad de saberse reír de ellos mismos… ¡Para qué son presidentes!!

Como fundador de la Sociedad Mexicana de Caricaturistas, expresa que desde la presidencia de Gustavo Díaz Ordaz hasta la de Enrique Peña Nieto, incluyendo los periodos del PAN, fueron las épocas de oro para los caricaturistas y no como ahora, con la 4T, en donde, desde las mañaneras, el propio Jefe del Ejecutivo Federal, se encarga en denostar. Agredir e insultar a los comunicadores, haciendo uso de su libertad de expresión, se atreven a marcar los errores en los que incurre quien está al frente de la nación.

Asimismo, manifiesta su profunda tristeza que el Museo de la Caricatura esté en completo abandono y sin recibir ningún apoyo por parte de la Secretaría de Cultura, ¡ah!!, pero al Museo del Estanquillo, que fundó Carlos Monsiváis, y como era muy amigo de López Obrador, lo tienen en óptimas condiciones y con un buen respaldo económico.

Pedro Sol, hace un rápido análisis del trato que recibió por parte de los presidentes de la República, con los que tuvo la suerte de interactuar “Gustavo Díaz Ordaz, no obstante que no fue muy afortunado en lo físico, en privado, el señor era muy simpático y se divertía muchísimo con las caricaturas que aparecían en los periódicos y revistas”

También lamenta que los famosos “memes”, hayan venido a darle en la torre al humor de los caricaturistas. Al cuestionarle qué tipo de periodismo se ejerce en el México del 2002, dijo: “Los radioescuchas y televidentes tenemos que agradecer poder contar con un gran profesional de la comunicación llamado Ciro Gómez Leyva, quien nos informa y orienta con veracidad y exactitud. Uno de los mejores comunicadores que ha dado nuestro país”

Como reportero, platicar con él, fue hacer un viaje por la comunicación en México desde los años 70´s hasta la fecha. Dueño de una memoria envidiable. Durante el transcurso de la conversación, y sin dejar de prestar atención a nuestras preguntas, seguía trabajando en lo que le encanta hacer: ¡sus grandiosas caricaturas!!
-¿Cómo nace la Sociedad Mexicana de Caricaturistas?
-Es que era un relajo. Cada caricaturista, con el respeto que merece cada uno de mis queridos colegas, estaban muy dispersos. Andaban por todos lados y se metían hasta la cocina con su pinche huevo de ónix… ¡perdón!! Entonces, me dije, se tiene que formalizar como Sociedad Mexicana de Caricaturistas Autoral, con reglamentos y estatutos. No como un simple club de bohemios. De esta manera, cambio todo el sentido de su organización.
-¿Hubo protestas en contra de tu iniciativa?
-¡Por supuesto!! No faltó quienes argumentaban que los caricaturistas deberían ser totalmente libres. Indudablemente, soy el primero en pugnar por esa absoluta libertad, pero había que poner orden.
-Con la confianza que me dispensas y el respeto que me mereces, estaban acostumbrados a un trueque de componendas o recibir “regalitos” en sobres amarillos?
-Qué decente eres para decirme si eran “chayoteros” ¡Claro que sí!! Había amparos con la SHCP para evadir impuestos. Inclusive, un abogado nuestro, y que era también egresado de La Salle, un magnífico jurista, Pedro Luis Hernández, que resultó ser socio de Fructuoso López Cárdenas y nos prestaba su despacho, que estaba ubicado en la calle de Indiana, entonces, entre que, en Humboldt, junto al hotel Romano, teníamos la oficina de la Sociedad de Caricaturistas que, por cierto, se vino abajo con el temblor del 85, pudimos rescatar todas las caricaturas originales y se llevó al despacho de Pedro.
-Y qué pasó con el Museo de la Caricatura?
-Poco tiempo después, también pudimos rescatarlo y que me tocó inaugurarlo, porque, cuando me nombraron presidente de la Sociedad de Caricaturistas, estaba de a tiro muy chavito.
-Bueno, nadie es perfecto…
-Pues sí, pero decían: “Este pinche escuincle no sabe ni madres” Recuerdo que estaba de regreso de la serie de exposiciones que había realizado por Latinoamérica y conociendo a muchos caricaturistas. Conservaba una lista enorme de gente que había conocido en todo el país como Aquino, Fontanarrosa
-¿Los caricaturistas de otros países comulgaban con tu idea de participar en el Museo de la Caricatura?
-¡Para nada!! a excepción de Cuba, ya que Rius era un michoacano por nacimiento, un mexicano de corazón y un cubano apasionado. Asimismo, los venezolanos eran muy populares y querían ser quienes manejaran o apropiarse del Museo
-¿Y los caricaturistas mexicanos?
-¡Exacto!!, esa era mi principal preocupación, hacer algo por mi país y no encumbrar a los extranjeros. De esta manera, logré que el entonces presidente Miguel de la Madrid me escuchara, gracias a Ramón Aguirre, que era el Jefe del Departamento del Distrito Federal -Hoy, Gobierno de la Ciudad de México-
-¿Qué te dijo Miguel de la Madrid?
-Que buscara un lugar en donde podría quedar el Museo de la Caricatura. Se interesó y me apoyó enormemente. Nos dieron como opción, la Casona de Moctezuma, que estaba allá por la lagunilla, pero era imposible llegar hasta ahí. Así es que, sin pérdida de tiempo, busqué otra alternativa y encontré en Donceles 99, en donde está ahora el Museo, pero resulta que se está cayendo porque es un edificio muy viejo y requiere de un millonario mantenimiento.
-¿Cuántos años lleva de funcionar?
-Ya cumplió 35 años, bajo la concesión de comodato, de esta manera, no somos dueños del edificio. Miguel de la Madrid aceptó ir a inaugurarlo y durante todo este tiempo, hemos tenido fantásticas exposiciones.
-Como dice la canción “Madrid” de Agustín Lara, en España se piensa mucho en ti…
-Ja, ja, ja. Vaya que me pones de muy buen humor. Es que en España hicimos una muy buena labor, cuando existe un mundo de la caricatura, allá, que se llama Premio Quevedo, en donde entregan algo así como un Oscar al mejor caricaturista Iberoamericano y se lo entregaron a Quino, a muchos argentinos.
-¿Los caricaturistas mexicanos no son dignos de recibir un premio así?
-Pues hasta le facha, tal parece que no. Dicho premio ya tiene más de veintitantos años. Queremos promover a Helio Flores, Paco Calderón y valiosos caricaturistas que tiene México.
-A lo mero macho, ¿Por qué no se lo dieron a Rius, mi querido paisano?
-Si lo propusimos, pero no lo aceptaron porque era anticlerical y son universidades muy apegadas a la Iglesia Católica. Vinieron grupos de caricaturistas a México, en una especie de intercambio, así fue como nosotros pudimos ir a España.
-¿Miguel de la Madrid se enojaba cuando le hacían caricaturas?
-No, para nada. Creo que Manuel Alonso, que fue su director de Comunicación Social, lo tenía bien aleccionado al respecto.
-¿Y con Carlos Salinas de Gortari por sus orejotas?
-En ese tiempo había ingresado a El Financiero y Rogelio Cárdenas, que era el director general, estaba muy contento conmigo, porque aparte de ser su caricaturista de planta, era el Presidente de la Sociedad de Caricaturistas de México, siendo que El Financiero tuvo serios problemas con la presidencia de Salinas y hasta que Ernesto Zedillo llegó, fue como se calmaron las cosas.
-¿De verdad, a Salinas le molestaban las caricaturas?
-Muchísimo, sobre todo, en la campaña presidencial. Me acuerdo que se presentó un problema muy serio con él, debido a una entrevista que Alejandro Ramos le hizo, esa entrevista, fue lo que provocó que, durante todo su sexenio, El Financiero estuviera “vedado” y le retiraron toda publicidad oficial.
-A ver, no le saques, en ese tiempo, tú, eras el fotógrafo estrella de El Financiero, además, estuviste presente en esa entrevista, cuéntame lo que sucedió…
-Vaya que vienes bien documentado. Durante la entrevista, Salinas no aceptaba ciertas cosas que Alejandro le cuestionaba…
-No podía desmentirlo porque todo estaba grabado…
-Pues fíjate que no. Le prohibieron estrictamente el uso de grabadoras, tenía que anotar absolutamente toda la entrevista, tal y como te sucedió con la entrevista que le hiciste a María Félix, que tampoco te permitió que la grabaras.
-¿Qué fue lo que le preguntó Alejandro Ramos a Carlos Salinas, provocando que se encabronara?
-Si no mal recuerdo, le dijo algo acerca del Plan Nacional de Desarrollo, pero le pedía datos duros y en cifras, cuando Salinas había sido el secretario de Programación y Presupuesto.
-El presidente le dio los datos Alejandro?
-Sí, pero, eso, le causó mucha risa Alejandro. No creía nada de lo que le estaba diciendo el presidente Salinas, uff. Salinas cuando vio que Alejandro se estaba riendo de lo que le decía, estalló en cólera.
-Bueno, Alejandro Ramos era un buen reportero…
-Sin duda alguna, pero lo peor de todo. Antes de Salir del despacho del presidente, Alejandro le vuelve a repetir: Señor presidente, ¿Cuál fue la cifra que me dijo estaba destinada al Plan Nacional de Desarrollo? Se molestó tanto el presidente, que con el puño de su mano, golpeó la cubierta de su escritorio. Ordenó al Estado Mayor Presidencial que nos sacaran de inmediato.
-¿Alejandro Ramos y tú se apanicaron?
-¡No!! Alejandro sabía perfectamente que el presidente estaba mintiendo. Nos había dicho la primera cantidad que se le vino a la mente para salir del atolladero. Al lunes siguiente, sale publicada en primera plana de El Financiero, tal y como sucedieron los hechos en Los Pinos frente al presidente Salinas.
-¿Te gustaba ser fotógrafo de El Financiero?
-Por supuesto que sí. Iba a cada entrevista de Alejandro Ramos, porque él mismo me lo había pedido. Ahí me tienes, iba con mi camarita a todos lados con Alejandro Ramos y Rogelio Cárdenas y acabé siendo el fotógrafo de la dirección general. Después, ya tuvieron un excelente equipo de fotógrafos muy profesionales.
-¿Qué te dejó andar de fotógrafo personal de la dirección del Financiero?
-Uff, aprendí muchísimo de cómo se investiga la información. A perder el miedo frente a grandes personalidades, ya fueran científicos, intelectuales o políticos, Ahí conocí a todo un personaje, Aníbal Iturbide, el mismo que Abel Quezada dibujaba como “Gastón Billetes”. Inclusive, me tocó acompañarlo a Londres a una serie de reportajes que fue hacer, pero yo, me enfocaba más a los caricaturistas.
-¿Cómo era tu viaje con un director general de un importante diario de circulación nacional?
-Cuando no me necesitaba para tomar fotos, me dedicaba a recorrer todos los museos que había en cada lugar al que íbamos. Fue así como me cayó el “veinte” de hacer un museo de caricaturistas en México.
-¿Qué es lo que ha sucedido con el Museo de la Caricatura en México, muy aparte de que el inmueble se esté cayendo a pedazos?
-Ahí está, completamente abandonado porque no hay recursos para reactivarlo. El inmueble esta totalmente agrietado por los sismos.
-¿Las cosas se empeoran todavía más, con el actual presidente de la República que no le interesa la cultura?
-¡Qué barbaridad!! A López Obrador no le interesa, en lo más mínimo, un Museo de la Caricatura porque ya tiene el Museo del Estanquillo, que fundó su gran amigo Carlos Monsiváis.
-¿Jesús Ramírez Cuevas, es la herencia que Monsiváis le dejó…
-No sé si Monsiváis era su amigo o no, pero, lo que sí sé. Es que, al personal del Museo del Estanquillo, desde la presidencia de la República, les pagan muy requeté bien, muy aparte de un óptimo mantenimiento del edificio.
-¿Te da coraje?
-¡No!!, no estoy en contra de eso. Hasta las cenizas de Monsiváis ahí descansan, pero, a decir verdad, nosotros fuimos primero e hicimos una labor treinta y tantos años antes.
-¿Carlos Monsiváis fue al Museo de la Caricatura?
-Si, claro, ahí estuvo muchas veces y lo llegué a tratar en repetidas ocasiones.
-¿Con quién visitaba el museo?
-Llegaba acompañado de El Fisgón y se percataba de los esfuerzos que hacíamos por sacarlo adelante. No obstante que no contábamos con museógrafos ni con la capacidad económica que nos había brindado el presidente Miguel de la Madrid.
-Bueno, no decaigas porque tu obra ahí está…
-Tienes razón, yo me divertía mucho cuando me adentraba en los estudios de cada uno de mis colegas y ver como trabajaban.
-¿Un caricaturista tiene una “musa” que los inspire con sus dibujos?
-¡Que buena pregunta!!, esa “musa” a la que te refieres, es la vida diaria y tenemos que ir delante de la noticia del día siguiente.
-¿Qué te motivaba ver los trabajos de Carreño, Rosas o Freyre?
-Todos ellos, para mí, han sido y fueron, mis mejores maestros. Era ver la magia de cómo dibujaban, eso, es sumamente difícil que alguien venga y te diga: “Quiero que me enseñe hacer monitos”
-¿Caricaturistas o moneros?
-¡Qué bueno que me preguntes eso y te lo agradezco!! Somos caricaturistas porque nos basamos en la imagen de las personas. La gente no son monos, son seres humanos que merecen un respeto, pero nos atrevemos hacer críticas o parodias, a través de un dibujo, de su quehacer.

  • De todos los presidentes de México con los que te ha tocado convivir, ¿Quién de ellos se molestaba por las caricaturas?
    -Con el primer presidente con el que entré en contacto, fue José López Portillo, y de ahí, hasta la fecha.
    -¿Cuál de ellos es el que más se ha prestado para que le hicieran caricaturas?
    -¡Ninguno!!
    -¿Presidentes amargados?
    -Mira Edmundo, ¿si no tienen sentido del humor?, entonces, ¡Para qué son presidentes!!
    -¿Nos hace falta un presidente carismático como lo fue Adolfo López Mateos?
    -Es que un presidente debe de tener esa capacidad de saberse reír de ellos mismos.
    -¿Los presidentes son hijos de los prejuicios sociales?
    -¡Vaya que pregunta!!, mira, yo no sé. ¡Qué buena pregunta me acabas de formular!!
    -¿Ni Gustavo Díaz Ordaz las soportaba, no obstante que no fue tan afortunado en su físico?
    -Dicen que don Gustavo, en privado, era un tipo de lo más simpátrico que te puedas imaginar, con su círculo de amigos, se divertía muchísimo con las caricaturas que aparecían en los periódicos y revistas. No me tocó ni siquiera conocerlo porque yo era un niño de 8 años de edad, pero, quienes lo conocían, aseguraban que el señor era “un pan de Dios”. Otra persona totalmente distinta al entonces Jefe del Ejecutivo Federal que representaba.
    -¿Y Adolfo López Mateos?
    -¡Tampoco lo conocí!! Pero lo que he estudiado y comentarios que me han hecho, quienes sí tuvieron un trato muy cercano con él, dicen que era un hombre sumamente carismático. Que al igual que su antecesor Adolfo Ruiz Cortines, también le encantaba jugar dominó con sus amigos y colaboradores.
    -¿Luis Echeverría?
    -No me preguntes nada sobre Echeverría, porque, tú, te sabes al derecho y al revés toda su vida. Pero tampoco le molestaban las caricaturas, mucho menos, se ponía furioso ni atacaba a los caricaturistas.
    -¿José López Portillo?
    -Ese señor, fue un pachanguero en toda la extensión de la palabra. Me han platicado que caricatura que le gustaba, le pedía a su vocero que le llevaran el original y al autor para agradecerle. Era un caballero.
    -¿Miguel de la Madrid?
    -Con De la Madrid, con él, sí tuve un trato directo, tal y como te lo comenté antes. A don Miguel, le encantaba asistir a las exposiciones de caricaturas. Era un hombre culto y aceptaba las bromas.
    -¿Aguantaba vara?
    -Sí, como no. Llegamos hasta reunirnos en casa de alguno de los colegas caricaturistas y don Miguel iba.
    -¿Un buen trabajo de Manuel Alonso, su vocero?
    -Se preocupaba mucho porque hubiera cordialidad y nadie se sobrepasara ¿no?
    -¿Manuel Alonso vendía la imagen presidencial como si fuera una bolsa de papas?
    -¡No lo sé!! Uff, ¡Que duro eres!! Con los caricaturistas y con los reporteros era muy amable…
    -¿Cada quién habla de la feria, como le va en ella?
    -Después de que fue vocero de Miguel de la Madrid, se fue de cónsul en Nueva York, luego como director general de la Lotería Nacional y lo seguí tratando, te repito, Manuel Alonso fue todo un caballero. Ya no lo volví a ver y me enteré que había fallecido. Algo que le tengo que agradecer a Manuel Alonso, es que nuestros encuentros con el presidente de la República eran hasta las tres o cuatro de la mañana.
    -¿Les invitaba algún trago?
    -Un Whisky, que es lo que él bebía. Lo único malo, es que fumaba mucho. Nos hacia bromas y nos contaba chistes.
    -¿Carlos Salinas?
    -Fíjate que Carlos Salinas, era un tipo que no se ponía furioso por las caricaturas.
    -¿Cuántas veces tuviste interacción con él?
    -Uy, no me acuerdo cuántas, pero lo que sí te puedo decir, es que tenía un excelente sentido del humor, con excepción a la entrevista que le hizo Alejandro Ramos, porque a partir de ahí, conocimos la furia de un presidente
    -¿Ernesto Zedillo?
    -También era amable…
    -¿…Un presidente gris?
    -Eso es lo que se afirmaba con respecto a su función de presidente…
    -¿Cómo era en corto?
    -Era amable y respetuoso. Esas son las oportunidades que nos brinda esta bendita profesión de caricaturistas, interactuar no solamente con los presidentes de la República sino con todos los políticos.
    -¿Vicente Fox?
    -¡Uyy!!, don Vicente era idóneo para las caricaturas y no se enojaba.
    -¿Felipe Calderón?
    -Tenía su genio, pero era cuate.
    -¿Peña Nieto?
    -Nunca se metió con nosotros. Gracias a David López y Roberto Calleja, recibimos un trato respetuoso.
    -¿Tuviste la oportunidad de tratar a Cuauhtémoc Cárdenas, decían que siempre andaba enojado?
    -Sí, sí, tuve la oportunidad de tratarlo, y en grupo, le decíamos que sonriera un poquito, porque hasta en las campañas políticas en busca de la presidencia, era terriblemente serio. Le decíamos, una y otra vez, que pertenecía a una familia política muy rica y que tenía que vender el lado afable.
    -¿Y qué les decía?
    -“Pues ni modo, así soy yo” Era su respuesta. Es por eso que, en TVAzteca, le hacían sus monigotes todos feos. Aquellos muñecos que hacían Garci y Alarcón, unas enormes botargas. Asimismo, Héctor Lechuga lo criticaba mucho.
    -¿Qué crees que vaya a pasar ahora que sacaron, de nueva cuenta, “El Privilegio de Mandar”, sabiendo que López Obrador se va directo a la yugular?
    -Uff, no lo sé. He visto un par de programas y se burlan mucho de él.
    -¿Crees que los vaya amenazar con retirarles la concesión?
    -¡Sería un catastrófico error!! Al mismo gobierno le conviene que existan este tipo de programas de críticas muy duras, tal y como lo hacían en su tiempo Chucho Salinas y Héctor Lechuga, cuando Marco Antonio Flota era el productor.
    -¿Es parte del circo?
    -No sé Mundo, ¡me pones entre la espada y la pared!! Hubo momentos en que sí los llegaron a infraccionar. Acuérdate lo que le sucedió a Manuel “El Loco” Valdez, cuando se burló de Benito Juárez. Existían reglas que aplicaba la Secretaría de Gobernación que no permitía esos excesos.
    -¿La temible Dirección General de Radio, Televisión y Cinematografía -RTC-?
    -No sé si también la Productora e Importadora de Papel -PIPSA-, también le entraba al quite, pero de repente, bloqueaban algunos medios de comunicación.
    -¿De qué vive un caricaturista en este incierto 2022? ¿Vive de milagro?
    -Antes, era una época de oro para los caricaturistas de México u no como ahora. Se nos tomaba más en cuenta y había espacios para los caricaturistas. Desde Gustavo Diaz Ordaz hasta Enrique Peña Nieto, incluyendo los periodos del PAN, fueron las épocas de oro para los caricaturistas mexicanos, y no como ahora, con la 4T.
    -¿Los “memes”, los han perjudicado en su trabajo?
    -Sin lugar a dudas, los famosos “memes”, han venido a darle en la torre al humor de los caricaturistas.
    -¿Por qué, si son medios digitales?
    -Es que el “meme”, es muy fresco e inmediato, además, ¡anónimo!!
    -¿El sol sale para todos?
    -No, la verdad es que eso no se vale…
    -¿Por qué?
    -Yo sostengo que el caricaturista debe sostener su firma.
    -¿La tecnología los ha desplazado?
    -En parte, nos ha ayudado, porque puedes trabajar desde tu casa, ya no tienes que ir corriendo a entregar tus cartones y por internet puedes hacer hasta maravillas con efectos. Antes, los enviábamos por fax.
    -Dice el refrán que lo que se aprende de joven jamás, de olvida. Desde que empezamos, veo que no dejas de dibujar.
    -Mundo, hace casi cincuenta años que no nos veíamos, te quiero regalar una caricatura que te estoy haciendo. Primero realizo unos trazos y luego les doy un toque final con tinta china.
    -¿Qué noticieros ven la televisión?
    -Veo a Joaquín López Dóriga al mediodía. En las mañanas y en las noches, no me pierdo ninguno de los espacios de Ciro Gómez Leyva.
    -¿Qué opinión te merece Ciro?
    -Ciro Gómez Leyva, es uno de los mejores comunicadores que ha dado nuestro país. Un profesional de la comunicación. Educado, respetuoso. Mira, cuando estuvo en CNI Canal 40, marcó una huella por su estilo. Luego, en Milenio Televisión, se ubicó en las preferencias por su objetividad y veracidad. Ahora, ni qué decir de la brillante labor que realiza tanto en Grupo Fórmula como en Imagen Televisión. Es algo que debemos agradecer los radioescuchas y televidentes por tener frente a los micrófonos y de las cámaras de televisión a un verdadero comunicador.
    -¿Qué opinas que desde las mañaneras se agreda e insulte a los comunicadores?
    -¡Qué pena!!, pero es el estilo de López Obrador. Desde que fue Jefe de Gobierno del Distrito Federal, era su estilo y en nada ha cambiado hasta la fecha. No es nada nuevo.
    -¿Ves las mañaneras?
    -Ya te dije que veo a Ciro y me mantengo perfectamente bien informado. No, no es una buena opción ver las mañeras, mejor sal a pasear a tu perro.
    -En Estados Unidos, La Corte y El Congreso tiraron a Nixon, gracias a una denuncia de un importante medio de comunicación ¿En México, les faltan güevos?
    -En México, a quien le falta güevos, como lo señalas, es a la ciudadanía en general porque no existe una oposición real
    -¿Nos hacemos de la vista gorda?
    -Me quitaste la palabra de la boca. Exactamente, como que nos hacemos de la vista gorda, con esas marchas gigantescas, todos vestidos de blanco y que no sirven absolutamente para nada.
    -Como dice El Buki, ¿Hasta dónde vamos a parar?
    -La gente está muy decepcionada y resentida. Existe mucho descontento. La gente está harta de tanta violencia y bajan al ratero de la pesera y hacen justicia por mano propia.
    -¿Vivimos una verdadera “ley de la selva”?
    -¡Sin lugar a dudas!!, pero ahora, la misma gente mata al ratero y ya no espera a la autoridad.
    -¿Ojo por ojo?
    -Sí, desgraciada e indudablemente. Hay un cansancio brutal. Bien lo dices, quién sabe hasta dónde dejarán que llegue todo esto.
    -¿Abrazos y no balazos?
    -Esa, es una descomunal tontería y no propia de un presidente de la República.
    ¿México, ya está hasta la madre de mentiras?
    -Uff, ya no sé que responderte. Quizás, como que aún tenemos fe de que venga un cambio todavía.
    -¿Qué llegue otro falso “mesías”?
    -No, ojalá no. ¡Que la lengua se te haga chicharrón!!
    -¿El regreso del PRI que salve a la nación?
    -No, el PRI ya no regresará porque ya no existe como el partido que fue alguna vez, ahora, es un apéndice de Morena. No mi querido y preguntón amigo, el PRI ya no existe. Ni tampoco veo al PAN como opción, tendría que existir una transformación interna.
    -A lo mero macho, ¿Aun existe lo que llamaban “la oposición”?
    -No, tampoco yo la veo por ninguna parte. ¿Te puedo preguntar algo y sin que te molestes?
    -Pedro, querido amigo, adelante…
    -¿Dónde traías guardada la metralleta de preguntas? Eres una verdadera ráfaga y me tienes sorprendido.
    -Pedro amigo querido, muchas gracias por tu tiempo, antes de irme ¿Qué opinas del cerco instalado con vallas en Palacio Nacional que no permiten que ni te acerque?
    -Así tendrá la conciencia el huésped de Palacio Nacional. Con ninguno de los anteriores presidentes se había visto algo así. Ni con Gustavo Diaz Ordaz, ni con Vicente Fox o Peña Nieto, habíamos visto algo tan deprimente y reprobable.
    -De verdad, muchas gracias por tu tiempo ¿Deseas agregar algo más?
    -Edmundo, desde que te conocí en el salón de clases de nuestra querida Escuela de Periodismo Carlos Septién García, denoté tu amor por el periodismo. Ahora, déjame decirte que te admiro por esa avidez e inteligencia que posees. Eres un gran entrevistador. El agradecido soy yo por haberme dado el honor de tenerte aquí en esta tu casa. Qué orgullosos deben sentirse tus hijos, tu familia y tus amigos, entre los que, te ruego, me permitas seguir contándome, por tu profesionalismo. Nunca pierdas tu estilo.

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