Al menos 19 árboles evidentemente sanos y con más de 20 años de edad cada uno, fueron cortados en el interior de la unidad deportiva II de Chilpancingo (Crea), y sin que estos representarán algún tipo de riesgo para los deportistas, por lo que la acción podría considerarse como un daño ecológico.

De acuerdo con trabajadores de esta unidad deportiva, hace una semana el administrador, Héctor Manuel Calvo Sánchez, llegó en estado de ebriedad y fue cuando ordenó que se cortaran todos los árboles que se encuentran a un costado de las canchas de basquetbol.

Usuarios de las canchas denunciaron que es una arbitrariedad, una aberración y una locura, porque estos árboles ofrecían sombra, oxígeno y belleza para las canchas que ahora están desoladas, y calurosas.

Esteban Miranda Ramírez, indicó que es estudiante de economía y cada vez que tiene horas libres, salen temprano o incluso se escapan de la escuela van a este lugar a jugar basquetbol, “en los árboles colgábamos las mochilas, y cuando te cansas ibas a ese lugar a buscar sombra, ahí tomabas agua, pero ahora no hay nada, bueno los tronquitos que dejaron y en los que podemos sentarnos”.

Los jóvenes indicaron que seguirán yendo a estas canchas a jugar porque es lo que les queda cerca y les permite entretenerse un rato mientras no tiene clase, sin embargo, estableció que para el director lo único que podrían decirle es que “la porra lo saluda”.
De acuerdo con la secretaría de Ecología del municipio de Chilpancingo, Ángela Arely Quezada Castro, la dependencia a su cargo no emitió ningún permiso para el derribo de árboles e incluso ya inició una visita de inspección, para determinar responsabilidades y en su caso emitir una sanción contra de quien resulte responsable, que debe ser la persona encargada de este espacio.

La funcionaria indicó que de acuerdo con la ley, por cortar un árbol se aplica una sanción de aproximadamente 6 mil 700 pesos, además de la reparación del daño ecológico que en este caso tendría que ser la plantación de al menos 40 árboles por cada uno que se cortó, es decir que el funcionario que en estado de ebriedad ordenó cortar los árboles tendría que pagar una multa de 134 mil pesos, y plantar alrededor de 800 árboles.

La secretaria indicó que el procedimiento para poder llegar a la sanción es que primero se realiza la visita de inspección, luego se hace una notificación a fin de que la persona que realizó la tala pueda ofrecer sus alegatos en los que podría presentar el permiso para cortar los árboles y ya después se emite la sanción, misma que en su calidad de secretaria no tendría capacidad de hacer ningún descuento, y se deberá pagar completa.

Estableció que por tratarse de una instancia gubernamental donde se hizo la tala quizás podría intervenir algún ente superior jerárquico a ella y aplicar algún descuento que sólo podría ser en el aspecto económico, lo que tiene que ver con la reparación del daño se tiene que cumplir al cien por ciento.

“Le vamos a pedir primero que muestre su permiso que obviamente no tiene porque nosotros no lo expedimos y ninguna otra autoridad puede otorgarlo”.

Cabe resaltar que si este ecocidio hubiera ocurrido en la Ciudad de México el administrador de la unidad deportiva podría terminar en la cárcel, pues sus leyes son más rígidas y establecen que a la persona que tale un árbol sin permiso, se hace acreedora a una multa de hasta 192 mil pesos y deberá permanecer de 3 meses a 5 años de prisión y en este caso eso se debería multiplicar por 20.

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