• Prosa. Un programa de justicia social
• Triunfa un alcalde contra los mezquinos

ESTA SEMANA QUE CONCLUYE, EL ALCALDE DE TLAPA, o lo que es lo mismo, el primer presidente indígena de ese municipio, Gilberto Solano Arreaga, reactivó el Programa de Seguro Alimentario (Prosa), por el cual miles de mujeres, jefas de familia, de manera gratuita reciben productos de la canasta básica, en lo que es un acto de justicia social en favor de los más pobres, olvidados y desprotegidos del Corazón de la Montaña.

Y es que el programa de referencia, que inició con su gobierno, fue suspendido temporalmente porque gente perversa, mezquinos a más no poder, no sólo lo cuestionaron, sino que pretendieron su desaparición, y en consecuencia, que los más pobres de Tlapa, como lo son las jefas de familia, a las que está dirigido, se quedaran sin este apoyo, y en consecuencia, sin recibir productos de la canasta básica, es decir, sin recibir, de manera gratuita, frijol, arroz, pastas, aceite, azúcar, sal y café y hasta chiles en lata.

Por fortuna para las beneficiarias del Prosa, quienes reciben una “Tarjeta Rosa” por la que reciben los productos básicos, las instancias correspondientes no sólo le dieron la razón al alcalde de Tlapa, de quien hay que decir proviene de una familia humilde, sino que fue objeto de un amplio reconocimiento por haberlo implementado, pues ni siquiera Acapulco, que económicamente es el municipio más importante del estado, tanto por el presupuesto que tiene asignado como por los ingresos propios, tiene uno igual o parecido, y menos que beneficie a todas las jefas de familia.

Hay que decirlo. Encabezar un municipio no sólo implica hacer uso de los recursos públicos asignados o los que recauda de manera directa, sino que tiene que ver, y esto es lo más importante, que los utilice con responsabilidad, honestidad, transparencia y eficiencia, y lo mejor, en la atención de quienes más lo requieren, es decir, los que menos tienen, como lo son las mujeres y hombres de la tercera edad, los niños, las madres solteras y por supuesto las jefas de familia, quienes en los hechos siempre permanecen en el olvido.

Éste es, pues, lo importante del programa, o lo que es lo mismo, que llega sin intermediarios a los más pobres, a quienes un kilo de frijoles o de arroz, por citar dos ejemplos, sirven para que una familia completa coma un día o más, dado la situación económica existente, pues a pesar de los apoyos estatales y federales, éstos no son suficientes dado que en prácticamente todo el estado el precio de la tortilla ronda los 30 pesos el kilo, sin contar además que el dinero que reciben se va en la compra de medicamentos porque el gobierno federal aún no ha cumplido con dotar a los centros de salud de ellos.

No obstante, no a todos gusta, decíamos, el Programa de Seguro Alimentario, indudablemente un acierto del alcalde, quien en su reactivación, acompañado de su señora esposa, la presidenta del DIF municipal, Guadalupe Alarcón Arcos, quien aún se recupera de las lesiones sufridas en un terrible accidente que sufrió junto a Solano Arreaga, cuando regresaba a Tlapa después de un intenso día de gestión en la capital del estado, señaló las peripecias pasadas para que se continuara entregando productos de la canasta básica a las jefas de familia.

Dijo: “hace un año iniciamos con este programa, que a muchos dolió, porque nos acusaron en México para que esta ayuda no les llegara. Sin embargo, hace dos meses ganamos un juicio y con la ayuda de Dios, aquí está justicia”, tanto que, agregó, el Prosa fue avalado por la Federación.

También hay que decirlo. Ojalá y este programa se aplicara o replicara en otros municipios en donde también es necesario, no sólo como un acto de justicia para las madres y jefas de familia, sino porque verdaderamente lo requieren. En estos tiempos de crisis, todo apoyo, incluso el más modesto, sirve de mucho a los menos tienen. Por supuesto, y esto hay que puntualizarlo, se requiere visión de los alcaldes, compromiso y sensibilidad humana. Ojalá y le copiaran a Gilberto Solano Arreaga.

Y ojalá también, esos perversos, con veneno en el corazón, esos que se oponen a que se apoye a los que menos recursos económicos tienen, esos que tienen un alma mezquina, en vez de ponerle trabas a un alcalde que le quita horas al sueño, lo apoyen para que haga un buen gobierno, para que en Tlapa, al menos, si no ocurre en otros municipios, se siga beneficiando a las jefas de familia.

Sí. Ojalá y haya más alcaldes que trabajen por su pueblo. El pueblo, sin duda, sabrá agradecérselos. Bien por Tlapa. Bien por su alcalde.

Comentarios: epistolassurianas@hotmail.com

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