Soila Solís puede ser el nombre de todas y todos los periodistas atoyaquenses, guerrerenses y del país, representa no la imagen sino la realidad del “filo de la navaja” en que se encuentra la certidumbre y la  seguridad en que vivimos los periodistas, vilipendiados, injuriados, señalados y amenazados desde la mismísima mañanera, por quién debiera de poner en práctica los principios emanados de la Constitución Política Mexicana: proteger la libertad de expresión, proteger a los periodistas.

Pero he aquí que sucede todo lo contrario, tal parece que  llevamos en la espalda la figura de la “diana” con los colores más vivos para que él o los sicarios no fallen. La libertad de expresión en este país se encuentra a muy poco del punto de No retorno, cómo la misma libertad de escoger por Vía de las urnas a nuestros gobernantes sólo por el  insano rencor de desaparecer cueste lo que cueste al INE. Y con ello la democracia, y con ello el totalitarismo, el fascismo. 

Este viernes 24 por notables circunstancias evitaron el plagio de la periodista Soila Solis Hernández en pleno centro de la ciudad de Atoyac, a las 07:45 a.m. la periodista atoyaquense al dirigirse a su trabajo fue “vigilada” y estuvo a punto de ser plagiada, de no ser por notables circunstancias que impidieron poner su vida en peligro. Pero conjuntamente con estos hechos resulta muy lamentable que desde la Oficina de Protección a Periodistas, al apretar su botón de pánico, desde el otro lado de la “línea” una voz mecánica le dijera sin rubor, “que ya no contaba con dicha protección” dada por una anterior amenaza en el 2015. Cómo cualquier cajero que fríamente escucha la voz mecánica “carece de fondos”.

La gobernadora de Guerrero Evelyn Cesia Salgado Pineda a reiterado en múltiples foros y ocasiones su innegable respeto a la libertad de expresión, a los y las periodistas, pero hay quiénes sólo por el hecho de proteger su salario, hacen todo lo posible por no incomodar a sus superiores, por una llamada de pánico de a quién hace semanas o meses perdió su calidad de protegido, o sea, “se le acabó el saldo”.

Muchas cosas se tienen que modificar, se tienen que cambiar, en los protocolos de protección a los periodistas que en este caso una llamada a la Fiscalia General del Estado, hizo que se tomara acción directa de la Fiscal Maestra Sandra Luz Valdovinos, para de inmediato ordenar se apoyará con protección a la profesora y periodista Soila Solis, como a su esposo el también periodista Jorge Falcón Arevalo.

Lo bizarro de la realidad es la misma realidad distopica en que nos movemos, en la forma y fondo del deshumanizado sistema de guiones que se tienen que cumplir desde un escritorio. La incapacidad de razonar, en este caso, el grito de alerta, de peligro de plagio surgido por lo más profundo del miedo y la desesperación de Soila, a oídos sordos, a empleados incompetentes, qué la llevó a gritar un ¡Ya Basta!!!

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