(Primera de Cinco Partes)

+  Virtudes y Defectos de los Mandatarios

+ Dimes y Diretes de los Sexenios de 1934 a 2023

+ Péndulo que va de Derecha – Izquierda y al Centro

Es comúnmente aceptado que fue cuando el general Lázaro Cárdenas, michoacano, terminó con el Maximato del general Plutarco Elías Calles, sonorense,  y lo envió en un avión a Los Ángeles, California, EE UU, cuando se vio en libertad de gobernar a su estilo y creó instituciones que van desde el primer sexenio mexicano (1934-1940), de inspiración soviética en el Plan Sexenal. Así, recibió el poder presidencial en 1934 y lo entregó al general Manuel Ávila Camacho, poblano, en 1940, después de controvertidas elecciones, ya iniciada la Segunda Guerra Mundial y poco antes de que Estados Unidos se uniera a los Aliados -Gran Bretaña y Unión Soviética-, en pleno, respondiendo al ataque a Pearl Harbor por Japón, el domingo 8 de diciembre de 1941.

Virtudes.- Lázaro Cárdenas repartió más tierras laborables a los campesinos que nunca, creó el Instituto Mexicano del Seguro Social. Viajó por todo el país, cruzando a nado ríos cuando era necesario, se sentaba a comer en el campo con los indígenas y las clases sociales más necesitadas y comía tacos con la mano para identificarse con ellos. Lo podemos constatar en el Archivo Casasola y otros, donde se marca su estilo personal de gobernar en un primer paso para establecer el socialismo en México y, después, el comunismo, esto último se acepta hoy, es una contradicción, siendo imposible que el proletariado, al ganar las revoluciones socialistas se convierta en una comuna, donde todo es de todos, dentro de una dictadura imperecedera. Los marxistas reconocen que la dictadura del proletariado es una contradicción de su ideología, mientras quienes no lo son, hablan simplemente de una utopía. Otro acierto del general Cárdenas fue el preparar a México para la II Guerra Mundial por los conocimientos militares que tenía desde la Revolución Mexicana, y como presidente, las relaciones internacionales, fungiendo como secretario de Guerra y Marina durante el periodo de su sucesor, el general Manuel Ávila Camacho, quien fue arropado con una imagen de High Class Bondadoso: el Presidente Caballero.

A Lázaro Cárdenas los oriundos de remotas latitudes le llamaban Tata Lázaro y muchos años después de su mandato, en los años 60’s, seguían creyendo que él era el presidente de México, hasta que alguien llevaba noticias a sus pueblos.

Lo Bueno y lo Malo.- La elección en que ganó la Presidencia Manuel Ávila Camacho en 1940 fue truculenta, toda vez que se oían más gritos y loas a favor de su adversario, el general Marco Andrew Almazán, pero el presidente Cárdenas, en entrevista con el periodista Jesús Hernández Tamez, de la United Press y de El Universal, declaró en Los Pinos que sí, Almazán había ganado las elecciones en la ciudad de México, pero que faltaban aún los resultados de las elecciones en el interior de la República, noticia que calmó a la gente.

Durante su campaña para la Primera Magistratura, Lázaro Cárdenas se apoyó con periodistas en sus oficinas de prensa, equivalentes a las direcciones de comunicación social de hoy, (a diferencia de las nuevas tecnologías) como podemos apreciar en elegante libreto propagandístico, equivalente hoy a un folleto, impreso en papel roto grabado, en sepia, y finamente diseñado por el artista Salvador Pruneda, el cual fue distribuido durante su campaña presidencial.

Javier Campos Ponce, Carlos Estrada Lang y Jesús Hernández Tamez eran excelentes periodistas y compadres. J. H. Tamez cubrió las elecciones cuando declaró Cárdenas en Los Pinos, delante de otro gran Periodista, José Pagés Llergo, ante la técnica de Tamez de una entrevista inusual. Luego de pasar todo el día oyendo ¡Vivas! a favor de Almazán y lo contrario para el general Cárdenas, preguntó al virtual presidente:

— ¿Quién ganó las elecciones?

A lo que el general respondió riendo: ¿qué tal si yo le hago la pregunta como si fuera el periodista, y usted la responde como si fuera el presidente?

–Está bien, respondió Tamez.

Y Cárdenas inquirió:

–¿Quién ganó las elecciones?

Tamez respondió:

–El general Almazán.

Y se rompió el hielo con una carcajada en los jardines de Los Pinos, donde tomaban una copita y fumaban a la moda, periodistas y políticos, en eso que solemos llamar democracia.

Cárdenas contestó con una frase que se ha repetido prácticamente en todos los comicios de la República Mexicana desde entonces:

–Efectivamente, sí, ganó Almazán, pero falta el conteo de los votos hasta que se cierre la elección por la tarde – noche, y se recaben todos los datos de las elecciones en el interior de la República.

Durante el sexenio del General Cárdenas se fundó la PIPSA, que, si bien ayudaba a la industria editorial importando grandes rollos de papel desde Finlandia, Canadá y Estados Unidos, para venderlos a los empresarios periodísticos a precios subsidiados, no siempre esto sucedía así, sino que se aplicaba hasta recientes fechas, como premio o castigo para cada periódico o revista que siguiera o no la llamada línea presidencial.

Una vez completado el conteo de los votos, ya sabemos que el presidente electo fue Lázaro Cárdenas del Río, lo cual no debe poner en duda su alta investidura.

Sin embargo, nadie sabe y si hay quien así lo entienda, que me lo explique por favor: ¿por qué el General Lázaro Cárdenas aceptó el ministerio de Guerra y Marina, luego de haber sido presidente de los Estados Unidos Mexicanos? Si alguien lo sabe, estaríamos llenando un hueco en la historia.

En este Péndulo de los presidentes mexicanos somos lo más objetivos de manera viable, con datos comprobados y comprobables.

Así me lo refirió el periodista y publirrelacionista Carlos Estrada Lang, quien en su juventud era responsable de la edición de un diario propagandista de Lázaro Cárdenas.

Javier Campos Ponce, excelente reportero, trabajó hasta sus últimos días en el diario La Prensa, de México, y me platicaba que, siendo jefe de difusión del General Lázaro Cárdenas, tenía buena condición física para seguirlo en sus campañas por todas partes de la República, y algunos periodistas no podían nadar, por ejemplo, y le pedían las versiones de los hechos y declaraciones del mandatario. Fue así como en la década de los 30’s, aún sin TV, los boletines eran muy importantes para hacer llegar la información a comunidades lejanas y de difícil acceso por radio, y a la prensa, como se le llamaba, a los diarios de la capital y de la provincia (término que ya no se usa ni gusta a los pobladores del interior, pues dan la connotación peyorativa de provinciano, discriminativo o poco listo).

Por otro lado, ahora se hace la diferencia entre impresos y medios electrónicos, siempre y cuando sigan las normas del periodismo y de la comunicación social, se les sigue considerando como prensa, con todas las de la ley, incluyendo redes sociales, con la salvedad de no difundir noticias falsas ni amañadas, fake news, como quiera usted llamarle. Así, el péndulo se movió de extrema izquierda a extrema derecha.

El socialismo se detuvo en México con la llegada del general Manuel Ávila Camacho, pero después siguió in crescendo, como veremos en los próximos cuatro capítulos.

(CONTINUARÁ Capítulo II de V, Péndulo de los Presidentes Mexicanos).

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