“RESPETO A LOS PANTEONES”
Por: MARTÍN MARTÍNEZ OLVERA
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Cuando escuchamos hablar de un panteón lo que nos llega a la mente es el proceso de un duelo. Pasado ese momento de acompañamiento viene otro que se vive más de forma individual, en las visitas a las criptas, en el mantenimiento de esos espacios, y en las visitas sociales de mayor relevancia según el deudo: madre, padre, profesor, etc.

Pero hay quienes hemos hecho, como Garrick, el célebre personaje del poema “Reír llorando” de Juan de Dios Peza, un espacio de visita, de recorrido para conocer los personajes que en ellos descansan, y hasta de llevar un café, un libro y acompañar a quienes están ahí.
En una reciente visita a un panteón observamos que el espacio ha cambiado. Y no me refiero al espacio físico por algún arreglo municipal, sino a que la denuncia que habíamos recibido sobre el “manejo sexual” que está desarrollándose en esos lugares pueda ser cierto. Como lamentablemente encontramos.
Cuál es el modo de operar de quienes de alguna manera están profanando esos lugares, de acuerdo, nuevamente, a esa denuncia?
En los accesos hay niños que ofrecen sus servicios de lavar lápidas, botes de flores, floreros, jarrones, hierba, incluso barrer esos lugares.
Pero ahora, hay otros en edad más adolescente con reservada presencia LGBT, que son llamados por sujetos para citarse al final del panteón, donde, nos dicen quienes por visita de sus deudos, han sido testigos de relaciones sexuales en ese espacio.
Coincido con ellos cuando señalan que los panteones deberían tener el respeto de lo que significan. Pero también en que hemos perdido espacios de reflexión. Para convertirse también en espacios de riesgo para jovencitas y jovencitos que quieran visitar en solitario esos lugares, incluso mujeres.
Bienvenida la apertura, la ampliación de los derechos LGBT, sin embargo, también debe ser necesario que impulsen el respeto a su derecho a una vida sexual respetuosa y al mismo tiempo, respeten el significado de esos espacios donde no hay solo gente muerta, sino recuerdos de vidas. ¿Surrealismo?