En Guerrero no parece que estén todas las condiciones para que la celebración representativa del mes patrio indique que se cuenta con la plena garantía de la paz. Pero no solo está en riesgo de que otros municipios puedan evaluar con sumo cuidado si llevarán a cabo esta actividad cívica, sino que el sector educativo tampoco tiene indicativos de que el ciclo escolar 2023-2024 esté cabalgando con normalidad.

El asesinato en la Tierra Caliente del Fiscal Regional es un indicativo de que la violencia no está erradicada y su proceso, está en eso, en un proceso donde no se conoce exactamente si representa estabilidad para la ciudadanía que se ha tenido que conformar con observar y autocensurarse, esto significa que la información que está en el plano de trascendidos de la presencia de grupos armados que obligan al abandono de sus casas para convertirse en desplazados no es un asunto que se desconozca.

Pero si considerábamos que solo el sector educativo que dependen del gobierno estatal y federal tiene problemas para iniciar el ciclo escolar, y no incluimos el tema de lo que han filtrado en la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Guerrero, sería parcial la revisión.

Si un ente con autonomía de academia, no de subsidio, presenta en al menos una de sus unidades académicas este problema y busca atender su alumnado con el sistema usado en la Pandemia por COVID-19 estamos ante un hecho que indica que también la zona centro, en su capital, Chilpancingo, presenta problemas de riesgo para la formación profesional por inseguridad.

Y si un evento esperado para conmemorar el Grito de Independencia que aglutina a la población para un festejo popular tiene riesgos, estamos ante un problema de inseguridad que no se está dimensionando.

Por ejemplo, la zona norte de Guerrero en su emblemático destino turístico colonial, Taxco, la violencia ha dejado sin vida a funcionarios públicos municipales, así como el secuestro de su policía, el cierre de negocios, el atentado a negocios, está en condiciones el Edil de decir que no pasa nada, cuando para que así se perciba es señalado de amenazar a periodistas y medios para silenciar su trabajo.

En Guerrero se vive una calma tensa. Para superar la idea de que todo marcha bien hace falta desplegar más estrategias sociales que de elementos de seguridad, instalar más Bases de Operación Múltiple y de decir que no pasa nada.

Si la sociedad vive que sus hijos no están en las aulas formándose, si los datos de que desplazados piden garantías para un retorno seguro a sus hogares y quienes lo han hecho no tienen forma de surtirse de alimentos ni de medicina, y los funcionarios que procuran justicia no tienen protección, la percepción de confianza se moverá en el tablero e irá en pos de lo que pueda darle garantías, al menos en promesa.

Nada pues de lo que suceda en esta semana de fiestas patrias será aislado. Todo circula en un mismo sentido: la búsqueda de seguridad. Surrealismo?

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