Por: Miguel Ángel Mata Mata/Reportero

¡JUSTICIA! ¡JUSTICIA! ¡JUSTICIA!

Chilpancingo, Gro., a 7 de octubre del 2024 (SG). – Se escuchó como el golpe de las gotas de lluvia en los tejados. Primero una gota, otra y otra hasta convertirse en una tormenta. Era como el llanto del cielo sobre el techo.

No eran gotas de lluvia. Fueron los aplausos que le rindieron homenaje, en tanto entró el féretro a la catedral de la Señora de la Asunción, en Chilpancingo, capital de Guerrero.

Adentro no cabía alguien. Afuera, en la Plaza Primer Congreso de Anáhuac, miles.

Dentro y fuera lloraban. Fue cuestión de que alguien gritase ¡Justicia!, para que el coro se convirtiese en avalancha de voces exigiendo ¡Justicia! ¡Justicia! ¡Justicia!

EN LA SANTA CRUZ

El cuerpo llegó dese la una de la mañana del lunes. Fue al amanecer, entre solitarias calles, ausencia de transporte público y la suspensión de clases en todas las escuelas, cuando comenzaron a llegar.

Le velaron en la iglesia del Barrio de Santa Cruz, junto a la escuela propiedad de Mercedes Calvo, esposa de Héctor Astudillo. De todo el país, los parientes fueron los primeros en llegar. Luego los vecinos y conocidos. Cerca de las once de la mañana comenzó la fila de políticos con cara de susto.

No daban crédito al golpe certero al Estado Mexicano, personificado en un joven de 43 años, quien logró el sueño de convertirse en presidente municipal del lugar que le vio nacer.

— “Es muy grave lo que ha pasado. El golpe es al Estado Mexicano, al gobierno federal, al de Guerrero, al municipal y a la sociedad en conjunto”, resumió conocido periodista entrevistado por un noticiero de la Ciudad de México.

Éste atentado es el primer homicidio, ejecutado con saña, en contra de un presidente municipal en pleno ejercicio del mandato popular.

Héctor Astudillo Flores, acompañado de los ex diputados Gabriela Bernal Reséndiz y Héctor Apreza Patrón, Betty Vélez, fueron de los primeros en llegar a ofrecer sus respetos.

Estuvo el dirigente estatal del PRD, Mario Ruiz Valencia; el presidente del Consejo Estatal perredista, Marco Antonio Organiz Ramírez y el ex alcalde se Acapulco, Jesús Evodio Velázquez Aguirre.

También Mario Moreno Arcos, ex candidatos a la alcaldía como Víctor Manuel Martínez Toledo; al ex diputado local, Ricardo Moreno y al ex alcalde de Tixtla, el ahora morenista, Hossein Nabor Guillén y José Luis Peralta Lobato.

EL CORTEJO

Cerca de la una de la tarde, partió el cortejo rumbo a la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción. Las decenas de dolientes se convirtieron en centenas y luego en miles. Las angostas calles no fueron suficientes. La fila se hizo larga, larga.

Entre porras, aplausos y llanto, aparecieron carteles que exigen justicia. Hombres y mujeres enojados, tristes, impotentes, arrojaron, pétalos de rosa al paso de la carroza fúnebre. Cubrieron de rojo, rojo sangre, pedazos del negro pavimento.

Así fue desde el barrio de Santa Cruz, por la calle Moisés Guevara, luego por la avenida Juárez, doblar a calle Madero, hasta llegar a la Catedral. Mariachis y tlacololeros les estuvieron siguiendo.

Por ahí se recogió el testimonio del dirigente del grupo Sur Poniente, conformado por poco más de 23 colonias populares de la ciudad: “Maestra Evelyn Salgado, le encargo este asunto, también a la compañera Claudia Sheinbaum, que vea qué hay en Chilpancingo. Que se haga justicia lo más pronto posible”.

Recordó que, desde antes del inicio de esta administración, el primer día de octubre, ha habido tres crímenes llamados de alto impacto en la ciudad: de quien iba a ser el próximo secretario de Seguridad Pública, Ulises Hernández; días después, del secretario general del ayuntamiento, Francisco Tapia.”

EN MISA

El silencioso llanto de miles, dentro de la catedral y fuera, en la Plaza, pone la piel como chinita. La impotencia estalla cuando miras que, al lado, aparece a quién culpar.

Norma Otilia Hernández, ex presidente municipal, se apareció a la mitad de la plaza, entre la multitud. Pudo acudir a ofrecer sus respetos por la madrugada, cuando solo los familiares acompañaron a Alejandro. O pudo hacerlo en la iglesia de Santa Cruz, convertida en escaparate fúnebre para políticos que dicen ser sinceros.

Pero lo hizo en medio de la multitud dolida.

La respuesta fue contundente:

— ¡Fuera, fuera, fuera!, le gritaron.

— ¡Hipócrita, asesina!, le humillaron.

Tuvo que salir, rodeada por guardias de seguridad y entre reporteros a quienes dijo: “Él era mi amigo”.

¿DÓNDE ESTUVO ALEJANDOR ARCOS CATALÁN MOMENTOS ANTES DE MORIR?

Entre la multitud los rumores crecieron. La echadera de culpas fue el ejercicio fúnebre en Santa Cruz, la catedral o la plaza pública. De entre los rumores brilló uno, congruente.

— “Que investiguen dónde estuvo Alejandro antes de morir. Él tuvo un acto público ese día, antes que despareciera”, comentaba anónima y profunda voz, susurrando, con miedo a que le escuchasen los vecinos de funeral.

TEPECHICOTLÁN

La localidad de Tepechicotlán pertenece al Municipio de Chilpancingo de los Bravo (Estado de Guerrero).

Hay 1,469 habitantes y está a 1,045 metros de altura.

En la lista de los pueblos más poblados de todo el municipio, es el número 12 del ranking.

Según la página de Facebook de Alejandro Arcos, a la que comenzaba a subir sus actividades públicas, ese fue el lugar en donde el presidente municipal llevó brigadas de salud para atender a los vecinos afectados por las intensas lluvias, antes de desparecer.

— “¡Luego de ahí se lo llevaron!”, rubricó el anónimo temeroso.

Para llegar a Tepecochitlán, hay que tomar la carretera federal hacia Acapulco. Al llegar al poblado de Petaquillas hay que doblar a la izquierda.

Ese fue el último lugar donde se le vio vivo a Alejandro. Alejandro, el alcalde bueno.

¿Quiénes le acompañaban?

Ahí se ve, en las fotos.

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