Gran mujer y artista, María Cenobia Izquierdo Gutiérrez más conocida como María Izquierdo, nació en 1902, en San Juan de los Lagos, Jalisco. Fue la primera pintora mexicana en exponer sus obras fuera del país.

Estudió en la academia de San Carlos, en la Escuela Nacional de Bellas Artes y cursó historia del arte con el renombrado maestro Antonio Caso. Su influencia más grande fue Rufino Tamayo. Su trabajo presenta naturalezas muertas, retratos y paisajes, con el uso de colores intensos. Es considerada como artista de la corriente Surrealista.

En sus primeras obras, del periodo 1927-1930, muestra su entorno más inmediato, retratos de sus seres queridos y amigos, ejemplo de ello son los cuadros Retrato de Belem (1928) y Niñas durmiendo (1930), que es el retrato de su hija Amparo y su sobrina.

Años antes había comenzado su desarrollo en pintura al ingresar a la Escuela Nacional de Bellas Artes, a finales de la década de 1920. Se mantuvo como alumna de la antigua Academia de San Carlos, desde 1927 hasta 1929.

Aún joven, tuvo la oportunidad de viajar y asentarse por un breve tiempo en los estados de Aguascalientes y Coahuila. Se casó con un hombre mayor, se separó y estableció una relación sentimental con Cándido Posadas Izquierdo.

La primera exposición de María se llevó a cabo en una galería de arte que había en el Palacio de Bellas Artes, en la Ciudad de México, misma que era atendida por los pintores Carlos Mérida y Carlos Orozco Romero.

La más importante influencia y, que se refleja en su trabajo pictórico, es la del mexicano Rufino Tamayo, con quien entabló una relación profesional y afectiva profunda.

Tiempo después, tuvo una relación con el pintor sudamericano Raúl Uribe, quien se encargó de vender su obra fundamentalmente a diplomáticos. El artista la abandonó años después, tras un ataque de hemiplejia a la artista.

Se recuerda el legado que dejó María Izquierdo, mujer que pudo sacar su arte del país, llevando por primera vez una exposición individual a Estados Unidos, en el Arts Center Gallery de Nueva York, en 1930, que la convirtió en la primera expositora mexicana en esa nación.

María Izquierdo murió pobre, el 3 de diciembre de 1955 en la Ciudad de México, su legado en pintura aún se reconoce y expone en diferentes partes de la República Mexicana, así como fuera de ella.

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